Entonces, ¿en qué quedamos? ¿Vaso medio vacío o vaso medio lleno? No falla. La metáfora de las metáforas sobre la visión particular que cada persona puede realizar a la hora de establecer un balance, una opinión, o incluso, una sensación, sigue siendo perfectamente válida a la hora de recordar la cosecha cinematográfica que ha dejado este 2016 que agoniza. Lo que ocurre es que, a la hora de realizar las listas de lo mejor y lo peor del año, nos encontramos en unos meses especialmente satisfactorios en relación a los estrenos. Y es que las carteleras suelen recibir a finales de cada temporada y comienzos de la siguiente las películas, a priori, más prestigiosas, reservadas como si fueran un tesoro por los estudios de cara a los múltiples premios que se entregan en esta etapa. Los blockbusters, ya se sabe, suelen ser más primaverales y veraniegos.
Por eso, cuando echamos la vista atrás y observamos las películas que hemos ido viendo a lo largo del año, nos encontramos ante esa situación en la que los argumentos entre lo bueno y lo malo se equilibran de manera casi mágica. No, no ha sido un año especialmente brillante para la industria, especialmente en lo que respecta a sus grandes superproducciones, las cuales han brillado en la mayoría de casos muy por debajo de lo esperado. Tampoco han terminado de arrancar varias secuelas destinadas a reventar taquillas, ni nuevos intentos de crear franquicias relacionadas con best sellers juveniles, ni remakes que, lejos de aportar algo nuevo o interesante, han caído en el mayor de los ridículos.
A continuación, nos adentramos en las diez peores películas del año según el criterio de eCartelera, basándonos en la suma de las listas que hemos propuesto cada uno de los redactores de la web en relación a lo que consideramos los mayores despropósitos cinematográficos de 2016. Aquí tenéis un recorrido por las propuestas más fallidas que se han visto en la gran pantalla este año, un paseo por los horrores que nos han hecho removernos en la butaca entre el sopor y la indignación.
Las 10 peores películas de 2016
'Ben-Hur'
Un presupuesto de más de 100 millones (más una decena más en promoción y distribución) y una recaudación en la taquilla estadounidense de poco más de 11 millones durante el fin de semana de su estreno. Aún así, poco castigo para este remake de una de las grandes películas del Hollywood clásico, un prodigio cinematográfico que ha sido insultado gravemente por una serie de decisiones artísticas y creativas que han convertido a 'Ben?Hur', versión 2016, en uno de los mayores desastres de los últimos años.
Aburrida e incapaz de transmitir algo similar a la épica o la emoción, esta revisión dirigida por Timur Bekmambetov, responsable de otra 'joya' de la talla de 'Abraham Lincoln: Cazador de Vampiros', no conseguía sacar partido ni de la mismísima carrera de cuadrigas. De su epílogo a ritmo de empalagosa canción pop mejor ni hablamos.
'Dioses de Egipto'
Para el director Alex Proyas, todo comenzó de manera muy satisfactoria con 'Dark City', se empezó a torcer con 'Yo, Robot', y se terminó de hundir con 'Señales del futuro'. Pero, siete años después de aquel horror protagonizado por Nicolas Cage, el cineasta regresa por todo lo alto con 'Dioses de Egipto', el blockbuster más hortera, alocado, excesivo, ridículo y delirante de los últimos años.
Aquellos que se acercaran al cine esperando una épica mitológica de primer nivel se dieron de bruces con un circo en el que lo absurdo se instalaba en la pantalla desde el primer plano y no hacía más que aumentar escena tras escena. Si no te la tomabas en serio, funcionaba como entretenimiento pasado de rosca. Si te la tomabas en serio, era imposible dar crédito. Seguimos necesitando un tiempo para digerirla.
'Objetivo: Londres'
¿Piensas que has tenido un mal año? Pues piensa en Gerard Butler. Sus dos estrenos en nuestro país en 2016 han sido 'Dioses de Egipto' y 'Objetivo: Londres'. Imaginad. Esta secuela de la ya de por sí olvidable 'Objetivo: La Casa Blanca' conseguía lo que parecía imposible, convertir aquella primera entrega en un notable espectáculo de acción.
Y es que esta segunda parte anula cualquier tipo de virtud que pudiera atesorar una segunda parte basada, exclusivamente, en repetir la fórmula de la manera más aburrida posible. Ninguno de sus responsables parece interesado en lo que está ocurriendo en pantalla. ¿El espectador? Menos. ¿Lo peor? Ya está confirmada su continuación para cerrar (por favor) la trilogía.
'La chica del tren'
Tan solo un año después de su publicación, 'La chica del tren' llegaba a la cartelera dispuesta, esencialmente, a repetir la jugada que en 2014 convirtió a 'Perdida' en uno de los thrillers más potentes y estimulantes de las últimas temporadas. Y la comparación no es en absoluto gratuita, ya que ambas propuestas comparten relatos fracturados, optando por una narración fragmentada en tres voces, una desaparición como misterio central, giros constantes y una reflexión sobre la compleja psicología femenina y masculina.
Pero, donde la película de David Fincher triunfaba a base de elegancia visual, pulso narrativo y ritmo de primer nivel, por señalar tres de sus múltiples virtudes, 'La chica del tren' descarrilaba, perdón por el chiste fácil, con todo el equipo a cuestas. Un despropósito que se descubre muy pronto como un producto justificado, exclusivamente, para atraer a los lectores que disfrutaron de una novela cuyo potencial, que tampoco era nada del otro mundo, quedaba convertido en puro artificio mucho más cercano al temible telefilm de lo que hubiéramos deseado.
'Batman v Superman: El amanecer de la Justicia'
Tras el gran fiasco artístico que supuso 'El Hombre de Acero', Zack Snyder regresaba al universo cinematográfico de DC con 'Batman v Superman: El amanecer de la Justicia' y con todas las miradas y prejuicios posibles encima. Una opción a la revancha que el cineasta aprovechó en un primer tramo en el que, pese a un montaje caótico, consigue alguna imagen cuyo potencial visual es innegable, aportando algo de poesía épica a un relato hilvanado con frágil pegamento.
Una primera mitad en la que todo es apasionado y excesivo, que te agarra de la solapa y te atrapa hasta que, por desgracia, todo estalla por los aires. No se puede decir que no se viera venir pero, lástima, Snyder termina cansado de la (aparente) contención y decide plantear un tercer acto en el que la destrucción, las explosiones y los aburridísimos fuegos artificiales regresan para quedarse. No hablamos de ese ansiado enfrentamiento entre los dos héroes, tenso y trepidante, sino todo lo que ocurre después, tras una de las decisiones de guión más absurdas de los últimos años. A partir de ahí, 'Batman v. Superman: El amanecer de la Justicia' cae en lo peor del género, en el ruido por el ruido, la furia por la furia, el caos por el caos. Pese a un conjunto de emotivos epílogos que cumplen su función, la sensación es la de haber rozado el milagro y haberse quedado mucho más lejos, a las puertas de la grandeza.
'Warcraft: El Origen'
Empecemos por el final. 'Warcraft: El Origen' es un desastre. De los grandes. Y no parece tanto culpa de sus responsables directos, entendiendo que nos referimos al director y guionista, sino a los que toman la última decisión, los que agarran las tijeras y ejecutan sin piedad ni compasión. En ninguno de los casos parece esconderse una gran película detrás pero, de haberse respetado la visión de aquellos destinados a controlar a la bestia, se podrían haber minimizado los golpes y el fracaso, porque de eso estamos hablando, habría sido menos evidente. Partiendo de uno de los juegos más exitosos de las últimas décadas, Duncan Jones se ponía al frente de una adaptación que pasa de un inicio titubeante a un desarrollo anodino, repleto de tópicos y lugares que hemos visto mil veces antes, y casi siempre, con mejores resultados.
A falta de ver el montaje del director, el cual ha sido descuartizado de manera más que evidente, 'Warcraft: El Origen' supone una decepción mayúscula en este 2016, un reino que nace vencido y al que no le quedan fuerzas para levantarse. Un primer paso que disipa la ilusión de cara a una continuación que debería mejorar en todos sus frentes para alcanzar el aprobado. Orcos y humanos, en su primera convocatoria, ni lo rozan.
'La quinta ola'
El principal problema de esta adaptación del best seller juvenil escrito por Rick Yancey es que destacaban más sus costuras que sus efectos especiales. Porque hablar de ritmo narrativo, coherencia argumental o personajes con entidad sería una perdida de tiempo casi más grande que la de intentar disfrutar de una estrategia de marketing puro en movimiento. 'La quinta ola' nació con el único y (demasiado) evidente objetivo de entrar a formar parte de las afortunadas sagas juveniles que arrastran a legiones de fanáticos a las salas.
Pero, claro, para algo así necesitas, al menos, algo más que una sucesión de tópicos vistos una y mil veces en el género, un reparto perdido en medio de una trama que va cuesta abajo sin frenos y un director incapaz de formular un discurso propio que aporte algo refrescante. En definitiva, nada funciona. Ni Chloë Grace Moretz.
'Agente Contrainteligente'
Sacha Baron Cohen es un tipo divertido, un humorista que atesora alguna de las creaciones cómicas más logradas de los últimos tiempos, con 'Ali G', 'Borat' y 'Brüno' a la cabeza. En esa especie de trilogía de la carcajada llevada al límite de lo políticamente correcto, línea que traspasaba con hilarantes resultados en más de una decena de ocasiones, Baron Cohen se mostraba tan inspirado que parecía destinado a jugar en la liga de los más grandes. Y no perdemos todavía la esperanza, pero si su carrera va a seguir transitando por territorios como los de 'Agente Contrainteligente' deberíamos ir tirando la toalla.
Más parecida a una parodia de sus mayores logros que a una comedia con peso específico y personalidad propia, esta tontería protagonizada por un hooligan que se ve inmerso en una historia de espionaje para reforzar sus vínculos afectivos con su hermano mayor tarda muy poco en encender el piloto automático y meterse de lleno en una sucesión de gags fallidos y escenas de acción dirigidas con el pulso de un adolescente debutante. De lejos, una de las comedias más decepcionantes del año.
'El bosque de los suicidios'
¿Creías que el cine de terror no iba a tener su espacio aquí? Te equivocabas. El género tiene con 'El bosque de los suicidios' un ilustre representante en este especial con lo peor del año. Ni su punto de partida, un poco más interesante de lo que nos solemos encontrar en este tipo de propuestas, conseguía salvar una película que, por encima de cualquier otra cosa, era profundamente aburrida.
Algún susto de andar por casa por aquí, algún monólogo interno por allá, un giro de guión absurdo cada diez minutos y listo, ya tenemos el desastre listo para su estreno. Los amantes del terror estuvieron atentos y no se dejaron engañar por ella, dejándola caer en el terreno de la indiferencia absoluta. La vimos, la olvidamos y seguimos con nuestras vidas. Como si nunca hubiera ocurrido.
'Escuadrón Suicida'
Se ha escrito y hablado tanto de 'Escuadrón Suicida' que es muy complicado aportar algo nuevo al asunto de si es una buena o una mala película. Sus fans la seguirán defendiendo a muerte, señalándola como la pieza divertida y refrescante que el universo cinematográfico planteado por DC Comics necesitaba con urgencia, mientras que sus detractores continuaremos intentando descifrar las razones que llevaron a un estudio a permitir el estreno de una película a medio escribir, montada con los ojos cerrados y obsesionada con destruir todo el potencial y el carisma de sus personajes. Nada tiene sentido en ella.
La acumulación de flashbacks como recurso narrativo es casi insultante, su villano es uno de los peores que se han podido ver en un blockbuster en mucho tiempo, su insistencia de adornar cada una de sus escenas con grandes éxitos musicales es tan gratuita como irritante, y por si fuera poco, destrozan un personaje tan importante como es el mismísimo Joker hasta convertirlo en poco más que una molesta anécdota. 'Escuadrón Suicida' tenía potencial de sobra para estar en la lista de las mejores películas del año. Vistos sus resultados cinematográficos, se merece coronar la de las peores.