Todos hemos tenido ídolos en nuestra adolescencia. ¿Tú no? Vaya, pues es una auténtica pena. Con el tiempo, nos hemos podido avergonzar de aquellos gustos imposibles que nos acompañaron en la etapa más compleja de nuestra vida, y también una de las más apasionantes y divertidas, pero en la mayoría de las ocasiones despiertan una nostalgia acogedora. Pues bien, el mío y el de mucha gente, que no me engañáis, fue Jim Carrey. Y casi no es del todo justo usar el pasado. Hubo una serie de años en los que cada uno de sus estrenos despertaba tanto entusiasmo como las polémicas que rodeaban sus salarios y las batallas que enfrentaban a múltiples productoras para hacerse con sus servicios. 'Dos tontos muy tontos', 'Ace Ventura', 'La máscara'... Clásicos de la comedia siempre machacados por un sector de la crítica que solamente aceptó a Carrey cuando saltó al género dramático con interpretaciones tan maravillosas como las de 'El show de Truman', 'Man on the Moon' y '¡Olvídate de mí!', tres obras maestras.
Sin embargo, no podemos negar la evidencia. Algo pasó, y desconocemos las razones, pero Carrey empezó a encadenar decisiones erróneas que han convertido el último tramo de su carrera en un inesperado naufragio salvado por puntuales éxitos comerciales ('Como Dios') con los que parecíamos reconciliarnos con nuestro actor favorito. Pero no. Ni siquiera sus intentos por aportar papeles diferentes a los que nos tenía acostumbrados terminaron por funcionar, todo lo contrario. No perdemos la esperanza, pero lo cierto es que nos quedan pocas tablas a las que agarrarnos para esperar una resurrección artística que, en cualquier caso, sería recibida con entusiasmo por unos espectadores que siempre le mostraron su cariño.
A la espera de ese instante en el que todo vuelva al lugar que se merece, y por el que seguimos cruzando dedos, aquí tenemos sus ocho peores trabajos, ocho películas que se convirtieron en auténticos tropiezos para Carrey. Algunos de ellos fueron bastante inesperados, pero otros se veían venir de lejos. Lo peor de un actor al que queremos volver a ver en todo su esplendor. Así somos los fans. Y así son los ídolos.
Las peores películas de Jim Carrey
'El número 23'
Lo peor que tiene el siguiente proyecto de Carrey, 'True Crimes', es que el único recuerdo que tenemos del actor en el género del thriller es 'El número 23'. Y no. No rotundo. Joel Schumacher, que venía de dirigir una simpática revisión de 'El fantasma de la ópera', fue incapaz de encontrar el tono a una película que se inicia con apariencia de comedia fallida y termina convertida en uno de los peores homenajes a Lynch jamás perpetrados. Carrey, más comedido de lo que la propuesta parecía indicar, hace lo que puede con un personaje imposible, protagonista de una trama imposible y con un desenlace imposible. La nada pretenciosa y hortera.
'Las chicas de la Tierra son fáciles'
'Las chicas de la Tierra son fáciles' es una de esas películas que uno se plantea hasta que punto pasó por las manos de alguien. ¿De verdad nadie pudo parar un proyecto así? La foto que ilustra este texto ya es suficiente para descartar la idea de revisar un trabajo totalmente ridículo, sin la más mínima chispa, con un reparto perdidísimo que parece haber accedido sin haber leído ni una sola frase del guión. Geena Davis y Jeff Goldblum acompañan a un Jim Carrey que parece estar preguntándose todo el tiempo si su carrera quedará estancada para siempre por culpa de esta historia de romance, sexo y estupidez. Escapad de ella.
'Un loco a domicilio'
Tenemos que ser justos. En comparación con el resto de películas que aparecen en esta lista, 'Un loco a domicilio' es una obra maestra. Por su radical propuesta, su sentido del humor, oscuro y osado, su delirio conceptual y su clímax aterrador. Pero, sencillamente, Carrey está insoportable. Y lo dice alguien que siempre ha admirado profundamente la expresividad del actor, sus gestos imposibles, su físico maleable como la plastilina. Pero aquí lo lleva todo hasta un exceso imposible. Si esta película hubiera llegado más tarde en su carrera, es probable que Carrey hubiera sacado oro de un personaje marginal y traumatizado, solitario y desesperado. Pero aquí no hay ni un solo matiz, tan solo fuegos artificiales que terminan cansando.
'El Grinch'
Ni los mayores detractores del cine de Ron Howard, ni del propio Jim Carrey, podían imaginar el desastre que fue 'El Grinch'. El personaje, creado por el imprescindible Dr. Seuss, era un auténtico bombón que merecía una película a su altura, pero ni Howard ni Carrey consiguieron encontrar el tono, el ritmo y la capacidad para maravillar a los espectadores con ninguna de sus decisiones. Visualmente está más cerca de lo hortera que de lo encantador y el sentido del humor brilla por su ausencia. Y casi mejor así, porque en las pocas ocasiones en las que se intenta provocar la carcajada, el error es total. ¿Lo más doloroso? Veníamos de 'El show de Truman' y 'Man on the moon'. Ay.
'Dick y Jane, ladrones de risa'
Si Jim Carrey está considerado, con toda justicia, un genio de la comedia, es porque es capaz de levantar cualquier propuesta del género con su sola presencia. Aunque a veces no lo consiga. 'Dick y Jane, ladrones de risa' no es una mala película, es un entretenimiento ligero sin mayor pretensión que la de hacer pasar un rato, pero uno no puede dejar de pensar que, de haber surgido en los años dorados del actor, todo habría funcionado muchísimo mejor. Porque Carrey, salvo puntuales destellos, parece totalmente desinteresado en la historia, poniendo el piloto automático y dejándose llevar desde la pereza absoluta. Alguna media sonrisa es muy poco bagaje para una película así. Suspenso.
'Una serie de catastróficas desdichas de Lemony Snicket'
Tras el éxito de 'Como Dios', notable comedia en la que Carrey parecía capaz de equilibrar la balanza entre el exceso y lo sobrio, y antes de '¡Olvídate de mí!', su mejor interpretación y la mejor película que ha protagonizado en su carrera, tuvimos (tomo aire) 'Una serie de catastróficas desdichas de Lemony Snicket'. ¿Te acuerdas? Ya, normal, yo tampoco. Nadie pareció interesado en esta especie de homenaje descafeinado al universo de Tim Burton que conseguía entretener sin fascinar, algo que intentaba hacer todo el tiempo de manera insistente. Carrey parece cómodo en su papel de villano, componiendo un auténtico personaje de dibujos animados en carne y hueso, pero su oficio no salva a la película de su inevitable destino, la indiferencia absoluta.
'Los pingüinos de Sr. Poper'
Si ha habido un punto exacto en el que nos planteamos hasta que punto la carrera de Jim Carrey estaba en un punto bajo, fue con 'Los pingüinos de Sr. Poper'. Las decisiones que llevaron al actor ha acceder a protagonizar una cinta familiar tan pobre en todos los sentidos son un misterio, pero la sensación constante es la de un tipo completamente perdido, sin saber muy bien como ha llegado hasta una escena en la que monta un parque de hielo en su piso. Algunos nos contagiamos de la ternura y excedimos nuestra benevolencia, que algo de compasión tenía, y valoramos de manera ligeramente positiva la propuesta. Pero es imposible negar la evidencia. Aquí no hay nada, tan solo la sombra de Carrey. Triste.