'Perdidos' es una de las series más influyentes de la televisión. Con seis temporadas, emitidas entre 2004 y 2010, su éxito en todo el mundo desató un fenómeno sin igual que marcó un antes y un después en el medio. La ficción creada por J.J. Abrams se impuso al auge de las series premium, dando paso desde la cadena generalista ABC y junto a 'Mujeres desesperadas' a una nueva era dorada de la televisión.
A punto de cumplirse 20 años de la emisión de su revolucionario (y carísmo, 13 millones de dólares) piloto, somos muchos los que recordamos 'Perdidos' con muchísimo cariño y nostalgia. Ver la serie semana a semana, comentar los episodios en Internet, elaborar teorías o debatir sobre sus giros creó una experiencia comunitaria que marcaría una época. Sin embargo, desde dentro, las cosas se viven de otra manera, y según desvelan nuevos testimonios de personas que trabajaron en la serie a lo largo de sus seis temporadas, la sala de guionistas y el rodaje fue supuestamente un lugar de frecuentes comportamientos racistas y ambiente tóxico.
Las acusaciones provienen del nuevo libro de Maureen Ryan sobre cómo se hizo el fenómeno de ABC, titulado 'Burn It Down', del cual Vanity Fair ha publicado en exclusiva un extenso fragmento (bajo el titular "llusiones Perdidas: La historia jamás contada de la cultura venenosa de la exitosa serie") en el que se recogen declaraciones de varias personas que formaron parte del equipo, entre ellas el actor Harold Perrineau, que interpretó a Michael Dawson, y el propio Damon Lindelof, coshowrunner de la serie, que reconoce haber "fallado" a la hora de crear un ambiente seguro en la sala de guionistas.
La autora entrevistó a más de una docena de trabajadores anónimos que recuerdan con cariño el proceso inicial de creación de la serie, aunque desvelan que la ilusión y creatividad inicial evolucionó en una atmósfera de trabajo desagradable. Los entrevistados identifican el punto de inflexión en la llegada de Carlton Cuse, exjefe de Lindelof al que este pidió que le ayudará con las labores de showrunner después de sentirse totalmente abrumado por sus responsabilidades en una serie de esa escala y complejidad. Poco después de su incorporación, se produjo una tanda de despidos y, desde ese momento en adelante, el drama tras las cámaras no se detuvo, replicando lo que Ryan describe como un comportamiento habitual por parte de los "autores que manejan mucho poder sin apenas supervisión"; y que recuerda inevitablemente al caso de Joss Whedon en 'Buffy, cazavampiros'.
Ryan especifica que las personas con las que habló trabajaron en la serie en un punto u otro a lo largo de sus seis temporadas y aclara que la mitad son personas de color y más de la mitad son mujeres. Todos ellos coinciden en sentirse orgullosos de la serie, pero reconocen lo difícil, e incluso "traumático", que fue trabajar en ella. Monica Owusu-Breen, que formó parte de la tercera temporada, asegura que a los showrunners "en realidad no les gustaban sus personajes de color", y que por ese motivo, "no había manera de navegar esa situación" y "la única manera de liberar el estrés" era "llorar durante horas en casa antes de ver a tus hijos".
Por otro lado, un actor anónimo, al que Ryan llama Sloan, recuerda que, al principio, el reparto se llevaba muy bien, pero el dinero acabó rompiendo la unidad del grupo durante su larga estancia en Hawái, donde se rodaba la serie. Perrineau (que ofrece su testimonio sin acogerse a la anonimidad) lo corrobora y habla de desigualdad salarial entre actores blancos y de color. Al principio, el reparto principal trató de conseguir un acuerdo similar al de 'Friends' (en el que los seis protagonistas cobraban lo mismo), pero el frente unido no tardó en resquebrajarse, favoreciendo a los actores blancos, que ocupaban la parte más alta de la tabla salarial.
En relación a esto, Perrineau afirma que sus compañeros de reparto blancos acaparaban las tramas más importantes, mientas que los de color quedaban relegados a arcos secundarios. "Quedó bastante claro que yo era el negro. Daniel Dae Kim era el asiático. Y luego estaban Jack, Kate y Sawyer", dice el actor. Otro/a guionista anónimo/a asegura que a los guionistas siempre se les decía desde arriba que los personajes blancos, Locke, Jack, Kate y Sawyer, eran "los héroes", y que "a nadie le importaban los demás. Vosotros dadles unas cuantas escenas en otra playa y ya está".
Perrineau, que era uno de los actores con una carrera más reconocida gracias a la transgresora serie de HBO 'Oz' y 'Romeo y Julieta de William Shakespeare', se unió a la serie seducido por las promesas de su equipo creativo en cuanto a diversidad de su reparto e igualdad narrativa. Sin embargo, el entusiasmo dio paso a la decepción.
Perrineau revela que acudió a los productores de 'Perdidos' para comunicarles que los actores blancos estaban siendo priorizados, tanto en el rodaje como en la promoción: "No tengo que ser el primero ni tener el mayor número de episodios. Pero me gustaría formar parte de ello. Y parece que esta serie ahora va sobre Jack, Kate y Sawyer", les dijo. La excusa de los productores fue que la gente se sentía "más identificada" con Locke, Jack, Kate y Sawyer y que "así es como la audiencia sigue las historias". El actor también compartió su preocupación con Cuse, al que le dijo, en referencia a la trama de la desaparición de su hijo, Walt: "No puedo ser otra persona a la que no le importe la desaparición de un niño negro, ¿verdad? Eso solo refuerza la narrativa de que a nadie le importan los niños negros, incluso a los padres negros". Según Perrineau, poco después de esto, Cuse anunció que Michael no volvería a la serie.
En la sala de guionistas, el ambiente era supuestamente peor según los testimonios. Varios guionistas acusan a los showrunners, Cuse y Lindelof, de "tolerar o incluso alentar la atmósfera general" en la sala, donde supuestamente se oían comentarios racistas con frecuencia. Owusu-Breen asegura que la única guionista asiática del equipo (que no menciona por nombre, pero podría ser Christina M. Kim) la llamaban "la coreana", en lugar de usar su nombre. A otro/a guionista que iba a adoptar un bebé asiático, otro miembro del equipo supuestamente le dijo que "ningún abuelo quiere un nieto con los ojos rasgados". Y según la entrevistada, Lindelof informó a los guionistas sobre la marcha de Perrineau diciendo "me ha llamado racista, así que lo he despedido". "Todos se rieron", recuerda Owusu-Breen. "Había mucha mierda racista. Era muy feo".
Adewale Akinnuoye-Agbaje interpretó a uno de los personajes más enigmáticos de la serie, Mr. Eko. Owusu-Breen trabajó en el episodio en el que el personaje muere y recuerda que "Carlton dijo algo tipo 'Quiero colgarlo del árbol más alto. Ojalá pudiera cortarle la polla y metérsela por la garganta. En ese momento, yo le dije 'Quizá deberías moderar la imaginería de linchamiento para no ofender'", haciendo una referencia velada a las cicatrices de esclavitud en la comunidad afroamericana.
La guionista y productora Melinda Hsu Taylor asegura que Lindelof le dijo "no confío en ningún guionista que no sea miserable, porque eso me dice que no te importa", y recuerda tener un lápiz de ojos en su mesa para rehacerse la raya después de llorar frecuentemente en el trabajo. Finalmente, Javier Grillo-Marxuach ( 'Cristal Oscuro: La era de la resistencia', 'Cowboy Bebop') también comparte su experiencia en la serie usando su nombre real. Paralelamente, el creativo ha publicado un extenso comunicado en el que justifica su participación en el libro y aclara que su intención no es provocar la cancelación de Lindelof y Cuse, sino concienciar sobre el problema con la esperanza de que "se pare a los abusadores" y "los abusados estén menos estigmatizados". Grillo-Marxuach dimitió después de la segunda temporada, según él por el ambiente de trabajo tóxico en la sala de guionistas, que describe como "un ecosistema con su propia megafauna carnívora". Y añade en su comunicado: "Formar parte de la hipocresía, aunque sea una útil, se vuelve muy doloroso. Esta rabia me ha dejado cicatriz. Ya me he cansado de pagar por el ego de Darlton [Cuse y Lindelof]".
La versión de Lindelof y Cuse
Después de entrevistar a los trabajadores de 'Perdidos', Ryan acudió a Lindelof con sus declaraciones para obtener su versión de los hechos y el creador reconoció que falló como líder. "¿Mi nivel de inexperiencia fundamental como jefe, mi papel como alguien que debía crear un clima de peligro y riesgo creativo, proporcionando seguridad y comfort dentro de ese proceso creativo? Fallé en ese empeño", dice Lindelof.
"Yo pensaba, 'vale, mientras haya uno o dos guionistas que no sean físicamente como yo y no piensen exactamente como yo, voy bien'. Pero con el tiempo aprendí que eso es incluso peor", añade en referencia a la tendencia de Hollywood de usar la diversidad como parche para quedar bien. "Para esas personas, olvídate de la ética o la moralidad que hay en esa decisión, ¿el efecto humano de ser la única mujer o la única persona de color y que te traten así, que te conviertan en el otro? Yo formé parte de eso, al mil por cien".
Sin embargo, Lindelof dice no recordar haber hecho el comentario sobre el despido de Perrineau y se refiere a las acusaciones de priorizar a los actores blancos explicando que ese problema se extendía a todos los miembros del reparto, sin importar su raza:
"Todos y cada uno de los actores expresaron algún grado de descontento porque no los estábamos usando lo suficiente. Forma parte de estar en una serie coral, pero obviamente sí había una cantidad desproporcionada de atención sobre Jack, Kate, Locke y Sawyer, los personajes blancos. Harold tiene toda la razón señalando eso. Es una de las cosas de las que me he arrepentido profundamente en las dos décadas siguientes. Creo que Harold nos comunicó legítima y profesionalmente sus preocupaciones sobre el personaje y lo importante que era que Michael y Walt -y Rose- fueran los únicos personajes negros de la serie".
En cuanto a los testimonios de los guionistas, Lindelof dice sentirse "impactado, horrorizado y sorprendido", y asegura no recordar ninguno de los comentarios racistas mencionados por los entrevistados. "No me puedo imaginar a Carlton diciendo algo así. [...] Te juro que no recuerdo esos comentarios específicos. Y no estoy diciendo que no ocurrieran. Solo digo que me está friendo el cerebro que eso pasara y que yo fuera testigo de ello o lo dijera. No computo que todo eso saliera de mi boca o de la boca de personas que sigo considerando mis amigos".
Por su parte, Cuse también ha publicado un comunicado en referencia a las graves acusaciones de comentarios racistas:
"Me siento profundamente arrepentido de que cualquier persona trabajando en 'Perdidos' tuviera que escucharlos. Son extremadamente insensibles, inapropiados y ofensivos. Me rompe el corazón. Saber que había gente viviendo experiencias tan malas es terrible. Yo no sabía que la gente se sentía así. Nadie se quejó nunca conmigo, ni tengo constancia de que alguien se quejara a ABC Studios. Ojalá lo hubiera sabido. Habría hecho lo posible para cambiarlo".