Si hablamos de clásicos navideños de animación, seguramente lo primero que se nos viene a la mente es 'Pesadilla antes de Navidad'. Sin embargo, no hablamos en absoluto de una película impregnada del espíritu típico y tópico de estas fechas. De hecho, su historia oscila entre Halloween y las fiestas navideñas, fundiendo ambos mundos y estéticas en un festín visual estupendo, que surge de la imaginación del cineasta Tim Burton, que escribió en su juventud un poema de tres páginas, inspirado tras observar cómo una tienda de disfraces, cambiaba de su escaparate los adornos de Halloween por los trajes de Santa Claus. Esa pequeña idea, tras varios intentos fallidos del realizador, acabaría trasnformándose en un magnífico largometraje rodado en formato 'stop-motion'.
Como bien conocen sus fans, Burton comenzó destacando como dibujante y animador, rodando el excelente corto 'Vincent' en 1982 y entrando a trabajar para Disney, donde colaboró en películas como 'Todd y Toby' que no daban rienda suelta a su peculiar gusto por lo oscuro. Tras unos años en el estudio, Burton intentó que le financiaran (en principio para televisión) un proyecto basado en el poema anteriormente citado, recibiendo repetidas negativas.
Cuando Burton alcanzó fama y prestigio como realizador de imagen real, tras los éxitos de 'Batman' y 'Eduardo Manostijeras', al fin Disney dio luz verde al viejo proyecto. Para desgracia del cineasta, en aquel momento Warner lo tenía atado para rodar la secuela de 'Batman' cuya producción se prolongó más de lo esperado. Para no paralizar la película, Burton, que previamente había esbozado la idea principal del film, el diseño de los personajes y el inserto de las canciones junto al compositor Danny Elfman, cedió la dirección del proyecto a Henry Selick, al que había conocido en sus tiempos como dibujante en Disney, y que era un buen conocedor de la técnica stop-motion con la que se rodaría el film y con la que el propio Selick repetiría en la también magnífica 'Los mundos de Coraline'.
Con los diseños, los personajes y la historia de Burton (desarrollada en el guion por Caroline Thompson), la banda sonora de Danny Elfman y la dirección de Selick, supervisada por el cineasta de Burbank, se pone en marcha el proyecto, que acaba dando como resultado un film atrevido en su propuesta, deliciosamente perverso en su estética y musicalmente glorioso. Una fábula de apariencia oscura y tierno mensaje sobre la búsqueda de la identidad y la aceptación de la diferencia.
El argumento fantasea acerca de la existencia de varios mundos mitológicos que se encargan de preparar cada una de las tradicionales fiestas anuales que celebran los humanos. Se centra en la historia de Jack Skellington, el líder del mundo de Halloween, que aburrido de preparar cada año la misma celebración, ve una ocasión perfecta para hacer algo nuevo al colarse por accidente en el mundo de la Navidad. Jack, quedará fascinado por esta fiesta y compinchado con sus compañeros de la ciudad de Halloween, decidirán raptar a "Santa Clavos" (Santa Claus) y organizar ellos mismos una Navidad alternativa...
La película es un continuo derroche de imaginación argumental y visual. Con una estética gótica de estilizadas figuras, horrendos monstruos e inquietantes escenarios, que acaban fundiéndose con la luminosidad y la nieve navideñas en un último tramo conciliador, que celebra el encuentro cordial de lo diferente a modo de moraleja amable. La animación es fantástica, hay gracia y enjundia en cada personaje (el ambivalente alcalde, los diabólicos niños, la dulce Sally y su siniestro creador, el monstruo guasón Oogie Boogie...) y cada canción se revela una verdadera joya que además desarrolla la psicología de los protagonistas (en especial, las introspectivas canciones de Jack).
Es un film cuya estética tenebrosa alberga un mensaje muy amable, al relatar la búsqueda de comprensión de sus personajes inadapatados. Tiene además en sus ajustados 75 minutos, momentos de inmenso humor, como el desastroso resultado del reparto de regalos en el mundo de los humanos y otros de una gran belleza, como el entusiasta descubrimiento que Jack hace del mundo navideño, o su lamento final tras fracasar en su objetivo. Y no podemos olvidarnos de un álgido final romántico imborrable para la memoria colectiva de los cinéfilos.
La película contó con un presupuesto ajustado de 18 millones de dólares y en el momento de su estreno en Halloween de 1993, no fue un gran éxito, pues su recaudación americana no fue más allá de unos correctos 50 millones de dólares. El poco apoyo que recibió desde los estudios Disney, pudo ser determinante para este mediocre resultado, al rechazar su dirigente Michael Eisner estrenar el film bajo el sello 'Walt Disney Pictures' por considerarla demasiado oscura para la línea de animación tradicional que identificaba a sus producciones, optando por la alternativa de 'Touchstone Pictures' segunda marca del estudio.
Sin embargo con el tiempo, 'Pesadilla antes de Navidad' se ha convertido en un gran clásico de la animación y ha sido para Disney, durante casi dos décadas, una auténtica máquina de amasar dinero vía ventas en formato doméstico y sobre todo en merchandising oficial. Además en 2006 el estudio reestrenó con éxito el film en Estados Unidos en una versión en 3D (esta vez sí, bajo el sello 'Walt Disney Pictures') que llegó a varios países europeos, pero no a España.
Danny Elfman: voz y música de la pesadilla
Uno de los pilares básicos de la película es sin duda su banda sonora, que obtuvo en su día una nominación a los Globos de Oro, aunque fue incomprensiblemente ignorada en los Oscar. Los fantásticos números musicales, que se suceden a lo largo del metraje, son los que hacen al film mágico junto con su perversa estética con ecos del expresionismo alemán.
Compuesta como una opereta gótica, la música de Danny Elfman, colaborador habitual de Burton, suena durante toda la película para hacer avanzar la historia mientras atrapa al espectador entre sus notas. Desde el pegadizo 'Esto es Halloween' que abre el film, al popular '¿Qué es?' que suena mientras el protagonista descubre el mundo de la Navidad, la historia de Jack, al que el propio Elfman pone voz en la versión original, se nos desvela a través de un glorioso encadenamiento de momentos musicales de siniestras melodías y originales letras.
Además de los temas más populares, destacan el sorprendente 'Oogie Boogie blues' que marca una ruptura de estilo con el resto de la banda sonora, la divertidísima 'El rapto de Santa Clavos' que entonan los diabólicos niños de Halloween, además de las oscuras y excelentes 'Lamento de Jack' y '¡Qué desastre!' cuyas letras indagan en la psicología del personaje protagonista.
Y para cerrar el film, nada mejor que el propio Jack Skellington versionando la anterior 'Canción de Sally' en forma de declaración de amor, mientras asciende hacia ella sobre la nieve, frente a la luz de una inmensa luna llena. Una hermosa imagen que queda para el recuerdo y le pone la guinda a este imprescindible clásico para niños y mayores. Ideal para Halloween y Navidad, pero en realidad pertinente para cualquier momento del año.
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