En el año 2003, la Perla Negra zarpó por primera vez y con ella consiguió avivar la esperanza de que el cine para que disfrutara toda la familia no se había hundido en las profundidades. Nadie mejor que Disney para demostrarlo. Pero con 'Piratas del Caribe: en el fin del mundo', Jack Sparrow se rodeó de efectos especiales y extravagancias de tal calibre que perdió el norte, ni su brújula le supo decir cómo volver a hacer una película en el que la aventura, y no el ordenador, fuera la protagonista.
Era evidente que la saga requería virar hacia su puerto de origen. Y Rob Marshall ha intentado mantener ese rumbo de una manera al menos destacable. 'Piratas del Caribe: en mareas misteriosas' es el acercamiento a una historia de aventuras, una película de piratas con los puntos justos de tema sobrenatural. Sin embargo, el resultado final deja con la sensación de que el director es primerizo en cubierta.
Más historia, más altibajos
Heredar un proyecto como es 'Piratas del Caribe' es una gran oportunidad, pero se ponen demasiadas expectativas en la labor de Marshall. El director ha tomado como base 'La maldición de la Perla Negra' en vez de continuar el crescendo exagerado que estaba adoptando la saga, algo que los padres que vayan a acompañar a sus hijos a verla lo agradecerán. Sin embargo, la historia tiene unos cuantos momentos de calma que son imperdonables para una aventura de Jack Sparrow. Un inicio en Londres con algún que otro gag gracioso, y un gran cameo, dan paso al buque de Barbanegra, muy Perla Negra, y con él a la jungla, parte bastante aburrida e insulsa, de no ser por las hermosas sirenas.
Habiéndose quitado de encima los lastres que resultaban Keira Knightley y Orlando Bloom para la historia, 'En mareas misteriosas' es una película en la que Jack Sparrow no tiene rival a batir ni nadie que intente robarle la escena. Johnny Depp es la película. No se ha convertido en un personaje de culto por nada, y por suerte en esta cuarta entrega se deja de locuras y triples personalidades para ser simplemente el pirata que conquistó los siete mares. El guión está escrito para que él y sólo él sea la estrella.
Una Pe muy conocida
¿Y entonces Penélope Cruz? Se preguntarán. Nuestra actriz más famosa se hace con uno de los papeles más codiciados del cine actual: co-protagonista de 'Piratas del Caribe'. Una oportunidad de oro que consigue salvar con el mismo personaje que le valió el Oscar. El hacer de latina loca se le da francamente bien, eso es evidente, pero, ¿nos encontramos ante el cliché de la actriz?
Angelica es un personaje bastante plano y que, aunque pueda parecer que sí por los trailers, no intenta en ningún momento quitarle protagonismo a Depp, quedando en un segundo plano para darle el pie de entrada para una nueva genialidad de Sparrow. Los que la odian tendrán razones para odiarla, los que la aman encontrarán que la actriz se adapta mucho mejor de lo que esperábamos al género de aventuras, pero que no termina de brillar lo suficiente como para salirse de la pantalla.El resto del reparto, exceptuando al maravilloso Geoffrey Rush y su Barbossa que tampoco tiene muchas apariciones en esta entrega, pasa totalmente desapercibido por la pantalla. Desde Ian McShane, que no tiene el carisma de Rush para ser un villano, hasta la extraña pareja de Astrid Bergès-Frisbey y Sam Claflin, los nuevos amantes de 'Piratas del Caribe', cuyas interpretaciones, como su historia, no interesan a nadie, todos se hacen a un lado ante la clara preferencia del estudio por Jack Sparrow.
El dilema 3D
El no tener tanto efecto especial ni tanto despliegue hace que sea tremendamente absurdo gastar el plus por ver la cinta en 3D. Se puede disfrutar perfectamente de la aventura sin las gafas puestas, ya que el haber optado por la sencillez hacen de la cinta mucho más centrada en el protagonista y la trama que en los abordajes y batallas. Hubiera resultado más lógico el 3D en la tercera parte, una pena que no llegara a tiempo.
SPOILERS a partir de ahora
Aunque nos deja bastante claro que Jack fue una parte muy importante en el pasado de Angelica, no consigue meternos el interés necesario en el cuerpo como para querer saber más de la historia que les unió, como tampoco se nota la química entre Johhny y Penélope en la gran pantalla. Igualmente, de no ser por ellos, no hay película. Y atentos al final de los créditos, en el que podemos ver cómo, aunque el final de esta película sea el más cerrado desde 'La maldición de la Perla Negra', nos deje con la idea de que puede que tengamos a Pe de pirata en otra entrega más.
El momento en el que buscan el galeón de Ponce de León en la isla y encuentran la Fuente de la Juventud es el más tedioso de la cinta, y sólo cuando empieza la parte más sobrenatural de la película (la fuente) vuelve a retomar el ritmo que requiere una superproducción familiar, aunque para los españoles nos toque la peor parte.
Un ejército capitaneado por Óscar Jaenada llega a la fuente con la única labor que destruirla porque ¡¿lo único importante es la fe?! Los españoles nos labramos en el pasado la fama de ser religiosos profundos, y los guionistas así nos han mostrado. Ciegos, sin poder pensar en nada más que en lo que Dios nos diga qué pensar. Pensar que estamos siempre en un segundo plano a lo largo de toda la película y que nuestra aparición estelar sea para cumplir los designios de Dios me hace pedir que para eso, no nos saquen.
Las sirenas roban las miradas del espectador, así como de los piratas, con el momento álgido de la película, el que mejor recuerdo dejará en la sala. Tanto por la animación de ellas como por una la acción cuando se destruye el puerto y el faro y la captura de Syrenia. Otro momento que recuerda mucho a los míticos piratas no-muertos de la primera entrega y que mantiene la esperanza de que la saga pueda recuperar la esencia que la hizo grande.
En conclusión
Y no se me malinterprete, soy un fan acérrimo de las aventuras del capitán Jack, y a pesar de las pegas que pueda tener esta película, en conjunto no evitan que nos encontremos ante una cinta muy entretenida y familiar que consigue hacernos pasar un par de horas y media con una buena aventura subidos a un navío, sin pulpos gigantes o cangrejos de piedra que nos distraigan de la gran actuación de un Jack Sparrow al que le podrían quedar aún unas cuantas travesías en plena forma.