La policía británica del transporte (BTP por sus siglas en inglés) pide a los fans de 'Harry Potter' que dejen de pasear por el conocido viaducto de Glenfinnan, según informa la BBC. Este viaducto es el mismo que aparece en varias películas de la saga.
El viaducto fue construido en 1901 y actualmente da servicio a la línea West Highland que une la ciudad de Glasgow con los puertos de Mallaig y Oban, en Escocia. Según el Sargento Lawrence de la BTP, "es una zona que atrae a muchos ciclistas y otros turistas. Personas de todo el mundo cogen este tren en verano para poder ver el viaducto".
Al parecer el problema es que estos turistas que cogen el tren se bajan en la estación de Glenfinnan y caminan sobre las vías para hacer fotos desde el viaducto. El Sargento Lawrence añade un recordatorio para los fans de la saga del joven mago: "Por mucho que nos guste 'Harry Potter', me gustaría recordaros que todos somos meros muggles, y si te cuelas en las vías y pasa un tren, las consecuencias pueden ser muy serias y probablemente fatales".
Hace cinco años, un conductor de un tren Jacobite, que es el mismo tren que aparece en las películas, tuvo que activar el freno de emergencia al ver a dos mujeres muy cerca de las vías y además por poco arrolla a otro hombre que estaba con un trípode haciendo fotos. Hace dos años, una pareja y un niño fueron vistos corriendo por las vías y al parecer han aumentado en un 16% la cantidad de personas que se cuelan en el viaducto para fotografiarlo. Te dejamos aquí las coordenadas de Google Maps.
La estación de King's Cross, otro reclamo para los fans
El Hogwarts Express parte desde la estacion 9 y ¾ en la céntrica estación londinense de King's Cross y como no podría ser de otra manera, desde que apareció en los libros y en la película, se ha convertido en punto de interés para todos los fans de la saga y hace cuatro años abrieron una tienda de regalos donde te pueden hacer fotos atravesando una pared de ladrillo como en la película.
Curiosidades de 'Harry Potter y la piedra filosofal'
Miedo al tiempo
Uno de los factores que han convertido en algo especial a la franquicia fue que vimos a sus actores crecer ante nuestros ojos. Aunque desde Warner Bros consideraron que eso podría jugarles una mala pasada si entre una película y otra se retrasaba la reanudación de la producción. Por eso, desde el estudio se plantearon evitar problemas de esa tesitura decantándose por películas de animación, mediante CGI, o combinando varios libros en cada película en acción real. Al final, la voz de la sabiduría (más conocida como J.K. Rowling) se negó a que avanzaran esas posibilidades.
A toda mecha
No es ninguna novedad que un estudio quiera reducir los plazos de su producción para aprovechar cuanto antes el tirón de su película, aunque eso suponga que el resultado final no sea el mejor definido. Esto queda reflejado sobre todo en los efectos especiales (o en los guiones de las adaptaciones de DC), y 'Harry Potter y la piedra filosofal' no fue la excepción. Incluso Chris Columbus, el director de la cinta, declaró que se notaba que fueron muy apresurados con el tiempo y que los efectos no se ajustaban a la calidad que tendrían que haber alcanzado.
El elegido
Puede que Harry Potter fuera el héroe más conocido de su saga, pero su actor no fue el elegido expresamente por su creadora. El afortunado fue Alan Rickman, en el que Rowling pensó desde el primer momento para interpretar a Severus Snape, uno de los personajes más complejos y con más evolución. De hecho, la propia autora le reveló al actor británico detalles biográficos de su personaje que los lectores no conocerían hasta muchos años más tarde. Además de a Rickman, Rowling también eligió ella misma a Robbie Coltrane y a Maggie Smith.
Dura competencia
Si las audiciones para encontrar al trío protagonista llevaron a conocer a miles de niños hasta encontrar a los idóneos, la búsqueda de director no fue menos competitiva. Los productores no se reunieron con millares de directores, pero las credenciales de cada uno llevaron a una competencia importante por el puesto. El gran nombre que pudo inaugurar la franquicia fue el de Steven Spielberg, que lideraba una lista en la que también se encontraban Peter Weir, Jonathan Demme, Ivan Reitman, Tim Robbins, M. Night Shyamalan o Terry Gilliam, siendo este último el favorito de Rowling. Su experiencia con los niños actores llevó a Warner a decantarse por Chris Columbus.
Título por partida doble
El título original del primer libro, y por tanto de la primera película, en casi todo el mundo fue 'Harry Potter and the Philosopher's Stone' o 'Harry Potter y la piedra filosofal'. La excepción, como de costumbre, fue Estados Unidos, donde se cambió el Philosopher por Sorcerer (hechicero), modificando el título de la adaptación de la misma manera. Lo cual supuso que cada vez que en el rodaje de una escena se mencionaba la palabra cambiada, se tuviera que rodar dos versiones de la misma. Una con Philosopher y otra con Sorcerer. Y en las que no se pudo, directamente se procedió a enmendar la dicotomía mediante el doblaje. Obviamente, J.K. Rowling no quedó muy contenta con esta decisión.
Mantener la coherencia
Antes de que J.K. Rowling se implicara como guionista con la franquicia en 'Animales fantásticos y dónde encontrarlos', se mantuvo en el cargo de consultora en esta primera entrega. Teniendo en cuenta que en el momento en el que la película estaba cobrando forma todavía faltaban tres libros para completar la colección, era necesario que el guion de la primera adaptación no rompiera con lo que sucedería más adelante sobre el papel. Por esa razón, la autora tuvo que suprimir al menos una frase del libreto. De hecho, Rowling fue la encargada de escribir los flashbacks en los que se mostraba el asesinato de los padres de Harry, ya que era la única que sabía cómo había sucedido el trágico suceso protagonizado por Voldemort.
Haciéndose esperar
Encontrar a la Hermione Granger adecuada no fue un camino de rosas para el equipo de casting, que buscaba a una actriz desconocida que encajara con el particular perfil de la pequeña sabelotodo. Con ese objetivo, visitaron colegios a lo largo de Gran Bretaña realizando audiciones a miles de aspirantes. Emma Watson fue la que se alzó con la victoria, pero estuvo muy cerca de no presentarse siquiera. Mientras que todas las niñas de su colegio vivieron con furor la llegada de los representantes de la película, Watson no pensaba presentarse a la prueba. Pero el impulso de uno de sus profesores la llevó a cambiar de opinión, presentándose en el último lugar.
Estrictamente británicos
Una de las prioridades de Rowling y del equipo de casting a la hora de componer el elenco de la película fue la procedencia inglesa de los actores. A excepción de casos concretos, casi todo el reparto compartía nacionalidad con William Shakespeare. Por esa razón, conocidos actores o figuras mediáticas como Robin Williams y Rosie O'Donnell (retratada con cariño en un episodio de 'South Park') no se hicieron con sus deseados papeles, a los que se habían ofrecido sin necesidad de cobrar. Por lo que nos quedamos sin poder conocer a un Hagrid interpretado por una de las personas más entrañables del mundo del cine. Williams, no O'Donnell.
El diablillo turco
Si los millennials somos la generación de nativos digitales por excelencia, los jóvenes actores de la franquicia no se salvan de esa etiqueta. El protagonista de la saga, Daniel Radcliffe (que se enteró de que interpretaría a Harry mientras se daba un apacible baño), jugó una mala pasada a uno de sus compañeros más veteranos, Robbie Coltrane, cambiando el idioma de su teléfono móvil del inglés al turco. Lo cual llevó al pobre Hagrid a llamar al padre de una de las responsables de peluquería, de origen turco, para reconfigurar su teléfono. Pero no todo eran diabluras por parte de Radcliffe, ya que cuando Richard Harris tuvo problemas para recordar sus diálogos, el joven actor practicó con su director en la ficción para que asimilara mejor el guion.
Protección paterna
Desde el comienzo del proceso de casting, Columbus tuvo claro a quién quería como su Harry Potter. Tras ver a Daniel Radcliffe en la miniserie de la BBC 'David Copperfield' (en la que coincidió con Maggie Smith), quedó prendado por el adorable niño. En primera instancia, el realizador recibió la negativa por parte de Susie Figgis, la directora de casting, que le informó de que los padres de Radcliffe no querían exponer a su hijo a un rol tan mediático. Ninguno de los 5000 niños que se presentaron a las pruebas convencieron a Columbus, que seguía obsesionado con Radcliffe, para frustración de su responsable de casting. El destino o la simple suerte, llevaron a David Heyman y Steve Kloves, productor y guionista de la película, a coincidir con el niño y sus padres en el teatro en Londres, y empezaron a convencer a la familia Radcliffe de ceder la imagen de su hijo al mundo. Por otro lado, la decisión de contar con Rupert Grint como Ron Weasley tampoco decepciona, ya que se hizo con el papel tras enviar un vídeo rapeando y explicando por qué quería participar en la película.