'Por fin viuda' es la nueva película de la cineasta -antaño actriz de televisión- francesa Isabelle Mergault, quien se diera a conocer tras las cámaras en 2006 con la también comedia romántica 'Eres muy guapo'.
Protagonizada por Michèle Laroque, Jacques Gamblin, Wladimir Yordanoff, Tom Morton, Valérie Mairesse, Claire Nadeau, Eva Darlan, Caroline Raynaud, Paul Crauchet y Michel Lagueyrie, 'Por fin viuda' cuenta la historia de Anne-Marie, una mujer de mediana edad que vive inmersa en un mar de indecisiones: por un lado tiene una vida cómoda con su marido Gilbert, un rico cirujano plástico, con una bonita casa, una doncella, muebles caros... Por el otro, tiene un amante,un marino llamado Leo, con el que piensa fugarse a China y no sabe cómo decírselo a su marido. Un día, Gilbert muere en un accidente de tráfico, lo que aparentemente la libera de sus ataduras. Anne-Marie se siente libre, y decide rehacer su vida... pero no contaba con su familia.
Manida aunque no por ello menos entretenida resulta ser la segunda película dirigida por Isabelle Mergault, en la que los enredos románticos con trasfondo aburguesado se erigen como exclusivo leitmotiv de una propuesta que, curiosamente, resulta ser relativamente similar a la que Nanni Moretti nos trajo con 'Caos calmo' hace unas pocas semanas, si bien enfocada desde un prisma completamente diferente.
A la antigua usanza
Por contra, 'Por fin viuda' no es más que una comedia bastante simple y ligera amén de inocente, en la que tan sólo su cándida crítica a la necesidad de nuestra sociedad de mantener las apariencias podría considerarse como elemento mínimamente subversivo. Por ello, 'Por fin viuda' apenas sí resalta en ninguno de sus aspectos, siendo poco más que una película entretenida sin más, apta para pasar el rato durante una tarde de domingo particularmente perezosa: el irónico desconocimiento de la persona por parte de los familiares lejanos, la hipocresía, la indecisión y los prejuicios se erigen como piedra de toque para elaborar una comedia de sabor añejo, clásica tanto en planteamiento, como en desarrollo, como en desenlace, incapaz de sorprender al espectador pero otorgándole, todo hay que decirlo, una sempiterna sonrisa en los labios como consecuencia de la afabilidad de su visionado.
Y es que las tesituras a las que se ve expuesta Anne-Marie nos hacen simpatizar irremediablemente tanto con ella como con su amante, interpretado por Jacques Gamblin y uno de los pocos personajes verdaderamente rescatables de la cinta, pues su lucha no es otra que la de la honestidad contra las apariencias, mientras que por otro lado asistimos a una forzada madurez de su personaje principal, protegida hasta el momento tanto por su esposo como por las normas de conducta de una sociedad terriblemente hipócrita.
Así pues, podríamos considerar a 'Por fin viuda' como una comedia menor, graciosa en su simpleza y distraída en su previsibilidad, pero que puede quedar relegada tranquilamente a un visionado en el sofá de casa.
