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MAMÁ ASESINA

Oda a 'Los asesinatos de mamá', la comedia negra de culto de John Waters

Riéndose del tópico de la familia estadounidense, en 1994 John Waters estrenaba 'Los asesinatos de mamá', la comedia negra que reivindicamos como pieza de culto.

Por Javier Parra González 13 de Abril 2018 | 10:24

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Habiendo iniciado su carrera como director de largometrajes a finales de los sesenta, si algo quedaba claro tres décadas después de su presentación al mundo era que el cine de John Waters podía ser muy irreverente, más que lo que se solía ver en pantalla.

Tras haberse coronado como el Pontífice del Trash y haber dado al séptimo arte joyas de culto de la talla de 'Pink Flamingos', a finales de los años ochenta el cine de Waters vivirá su etapa más comercial, la cual acabará de tomar forma tras 'Hairspray' y 'Cry Baby (El lágrima)', con el estreno en 1994 de 'Los asesinatos de mamá'.

A camino entre la comedia negra, la sátira social y el slasher, en ella Kathleen Turner se convierte en Beverly Sutphin, aparentemente perfecta ama de casa que no puede evitar dar rienda suelta a sus instintos primarios que la definen como una despiadada asesina en serie.

Los asesinatos de mama

Humor negro de culto

Co-protagonizada por Sam Waterston, Matthew Lillard, Ricki Lake y Mink Stole, y con cameos de Traci Lords y Mary Vivian Pearce (rostros comunes en la filmografía de John Waters), 'Los asesinatos de mamá' pasaba a ser una radiografía no exenta de mala baba sobre la idílica estampa de la familia típica estadounidense.

Con los años, y pese a haber sido un pequeño fracaso comercial, el décimo film de Waters adquirió cierto estatus de culto con el que goza a día de hoy. Es por ello que desde el presente especial le rendimos el homenaje que merece recordando todas aquellas curiosidades y elementos que la convierten en una de las grandes joyas del humor negro de los noventa.

Curiosidades de 'Los asesinatos de mamá'

Récord de presupuesto

Récord de presupuesto

Con nueve largometrajes dirigidos, si algo estaba claro en 1994 era que la filmografía de John Waters no tenía mucho que ver con lo que el Hollywood convencional estaba acostumbrado a producir.

Tras el cierto estatus de culto que había adquirido su anterior film, 'Cry Baby (El lágrima)', el realizador consiguió que Savoy Pictures, productora independiente que había adquirido cierto prestigio gracias a 'Una historia del Bronx' y 'Tierras de penumbra', financiase 'Los asesinatos de mamá' con 13 millones de dólares, el presupuesto más alto conseguido por Waters hasta el momento (solo superado por 'Los sexoadictos', con 15 millones).

El film, que clausuró el Festival de Cannes, solo recaudó en taquilla 7,8 millones, menos de lo que habían conseguido sus dos anteriores títulos.

Dardo al ideal de la familia americana

Dardo al ideal de la familia americana

Tal y como venía siendo costumbre en sus trabajos, John Waters se rió de lo lindo de la sociedad estadounidense poniendo el dedo en la llaga sobre algo tan sagrado como la familia.

Misty (Ricki Lake) es la adorable hija que a la primera de turno coquetea con apuestos policías. Chip (Matthew Lillard), el hijo que vive que su madre sea una asesina en serie como si fuese una auténtica fantasía. El padre, Eugene Sutphin (Sam Waterston), es un aburrido dentista que aceptará la nueva faceta de su esposa.

Como no podía ser de otra forma, Kathleen Turner se convertirá en la máxima representación de la perfecta ama de casa y madre de familia de clase media cuyo macabro secreto será objeto de admiración para gran parte de la población.

Las opciones de Waters

Las opciones de Waters

Es raro imaginar 'Los asesinatos de mamá' sin la hilarante actuación de Kathleen Turner como Beverly Sutphin, pero esta no fue la primera opción para que interpretase la película.

Antes de que la actriz hiciese la audición para el papel, John Waters pensó en nombres como los de Susan Sarandon, Julie Andrews, Meryl Streep, Glenn Close y Kathy Bates, cinco actrices que, sin duda, hubieran convertido al personaje en uno de los más memorables de sus respectivas carreras.

Los homenajes al cine

Los homenajes al cine

A lo largo de 'Los asesinatos de mamá' podemos ver algunos fragmentos de películas por las que John Waters siente fascinación, muchos de ellos puestos en la trama con motivo del amor hacia el cine de terror que tiene Chip (Matthew Lillard), el hijo de Beverly.

Así es como Waters le rinde homenaje a títulos como 'La matanza de Texas', '2000 maníacos' de Herschell Gordon Lewis, 'La muerte os sienta tan bien', 'El caso de Lucy Harbin' (poniendo al mismo nivel a Kathleen Turner que a Joan Crawford) o el cine de William Castle y Otto Preminger.

Reflejo del sensacionalismo

Reflejo del sensacionalismo

La familia americana no es lo único sobre lo que satirizará John Waters en 'Los asesinatos de mamá', pues el realizador también dará su personal punto de vista acerca de lo que piensa del sensacionalismo, algo tan arraigado a la sociedad estadounidense como los supuestos valores familiares de los que se ríe.

Antes de los títulos de crédito de inicio, el espectador puede leer que el film está basado en hechos reales y que algunos de los nombres de los personajes tuvieron que ser cambiados para evitar problemas legales. Eso y toda la trama que construye acerca de la admiración que desprende la figura de Beverly antes y durante su juicio, no son más que una forma de reírse de los programas de sucesos y de la manera en la que la sociedad percibe los hechos escabrosos, poniendo a criminales al nivel de celebridades que la protagonista ya se encarga de idolatrar, véase Charles Manson o Ted Bundy.

Universo Waters

Universo Waters

En 'Los asesinatos de mamá', gran parte de los actores ya eran rostros comunes en el cine de John Waters.

En 'Cry Baby (El lágrima)', ya habíamos visto a Patricia Hearst, Traci Lords y Ricki Lake (también en 'Hairspray').

Mary Vivian Pearce, Mink Stole y Susan Lowe (excepto en 'Pink Flamingos') habían estado presentes en todos los films de Waters.

El escándalo judicial de la época

El escándalo judicial de la época

Con John Waters dispuesto a reírse del citado sensacionalismo y de la forma en que los medios de comunicación cubren los sucesos, en el momento en el que 'Los asesinatos de mamá' ya se había estrenado en cines, salió a la luz un caso que escandalizó a Estados Unidos y medio mundo.

Era verano de 1994 y el O.J. Simpson fue acusado del asesinato de su ex mujer Nicole Brown y su amigo Ronald Goldman, en uno de los juicios más mediáticos que se recuerdan y que Waters ya había satirizado en cuanto al proceso y la opinión pública en su película sobre una adorable ama de casa asesina en serie.

Debut de Lillard

Debut de Lillard

La carrera de Matthew Lillard no es que haya sido para tirar cohetes, pero debutar en un film de John Waters le otorga cierto prestigio a tu filmografía.

En 'Los asesinatos de mamá', el actor no solo quedó fascinado con la total entrega de su madre en la ficción, Kathleen Turner, sino que interpretó a un joven amante del cine de terror y encantado de descubrir que su progenitora es una peligrosa asesina en serie. Dos años más tarde, Wes Craven le convertiría en el Stuart de 'Scream. Vigila quién llama', uno de los asesinos que se esconde tras la máscara de Ghostface y que vive, como el personaje de Chip, obsesionado con las películas de terror.

El pasado polémico de Waters

El pasado polémico de Waters

En cierto momento de 'Los asesinatos de mamá', el personaje de Mrs. Jenson (Patsy Grady Abrams) está en su casa viendo el musical 'Annie', en otro de los momentos con los que John Waters pretendía rendir tributo a una de las películas que admira.

Sin embargo, los dueños de los derechos del tema 'Tomorrow' que suena justo en la secuencia que se puede ver en la película, reclamaron nada más y nada menos que sesenta mil dólares a la productora en base a los derechos de explotación de la canción.

¿El motivo? Que Waters hubiese sido el responsable de dirigir algunos títulos no exentos de polémica años atrás, como 'Pink Flamingos', 'Multiple Maniacs', 'Vivir desesperadamente' o 'Cosa de hembras', los cuales consideraba de mal gusto.

La mosca de la discordia

La mosca de la discordia

En la escena inicial de 'Los asesinatos de mamá' ya se nos deja bien claro por donde van a ir los tiros en cuanto al tono del film: una familia de clase media aparentemente idílica cuya matriarca parece esconder (dejándolo más que obvio para el público) una mente perversa y obsesiva, capaz de todo por conseguir el bienestar de los suyos.

Durante el desayuno, especie de ritual donde la institución familiar se muestra en todo su esplendor, Beverly Sutphin muestra ciertos síntomas de desquicio por culpa de una mosca que merodea por la mesa y se posa sobre los alimentos, la cual acabará aplastando con un matamoscas y cuyos restos veremos en pantalla a la vez que leemos el nombre de John Waters en pantalla.

Aunque parezca descabellado, la ASPCA (Sociedad Americana para la Prevención de la Crueldad hacia los Animales), se negó en rotundo al hecho de que una mosca fuese aniquilada durante la secuencia. David J. Bomba, el director artístico, tuvo que apañárselas para crear el falso cadáver del insecto.