Se cumple una década del estreno de 'Superfumados' (2008), una de esas raras anomalías producidas por un Judd Apatow en su apogeo, que no dejaba de transformar la Nueva Comedia Americana con cada película, rompiendo la taquilla al mismo tiempo que daba voz a nuevos talentos y demostraba las posibilidades del humor mainstream para reinventarse. Protagonizada por Seth Rogen, James Franco y Danny McBride, nos preguntamos las razones por las que esta (aparentemente estúpida) película de fumetas es mucho más que eso. O le basta y sobra con serlo.
No lo vamos a justificar, pero por una vez la burda referencia en la traducción del título en España tenía algo de sentido. Y es que una comedia como 'Superfumados' no se podría entender sin el enorme éxito un año atrás de 'Supersalidos', a la que crítica y público cayeron rendidos. Esto concedió a sus guionistas, el propio Seth Rogen y Evan Goldberg, libertad total para su segundo proyecto. ¿Y de qué podían hablar mejor sino de su propia amistad, su inmadurez y ratos muertos fumando o haciendo absolutamente nada? Un postulado que más adelante llevarían al extremo interpretándose a sí mismos 'Juerga hasta el fin' (2013), dirigida y escrita por ambos, pero que en esta ocasión ya serviría para resumir su escueto argumento.
Incluso el título original bastaría, una variedad de marihuana que desencadena su escueta trama, que se ríe de los estereotipos del cine de acción y las buddy movies. Tan simple como que a Seth Rogen se le cae un canuto de Pineapple Express cuando presencia un crimen, poniendo en peligro su vida y formando parte de una persecución tan absurda como el grado de intoxicación de sus protagonistas. Por eso todas las coreografías de las peleas parecen improvisadas (algunas lo son), las secuencias de acción no tienen sentido y las decisiones de los personajes son tan delirantes como equivocadas. Y es que están bajo los efectos del cannabis.
Un bromance entre cannabis
Por tanto, juzgarla por el valor de su argumento o la lógica de su desarrollo, más propio de una comedia de acción, sería un error. En el fondo se trata, como muchas otras películas de la Nueva Comedia Americana, de sacar punta cómica a un "bromance", una historia de amistad (o algo más) entre hombres. Algo en lo que insiste constantemente el guion, desde la ruptura del personaje de Seth Rogen con su novia por miedo al compromiso, pasando por las distintas parejas y duplas cómico-sentimentales que despliega el guion, hasta su improvisada secuencia final, que convierte la película en una experiencia personal, la de unos amigos que han cambiado para siempre y recordarán la película toda su vida. Y precisamente fue la amistad por lop que sus responsables tomaron la cada vez menos extraña decisión de contar con David Gordon Green tras las cámaras.
¿Pero qué hacía uno de los autores más prometedores del cine independiente norteamericano, que llegó a ser comparado con Terence Malick, pasándose a la comedia para dirigir a esta panda? La respuesta es sencilla, se trataba de uno más de la cuadrilla. No en vano, su carrera continuó explorando el género en paralelo a la de Danny McBride, al que ya descubrió en 'All the Real Girls'. Volvieron a trabajar juntos en 'Eastbound & Down', 'Caballeros, princesas y otras bestias', 'Vice Principals' y (esto nadie lo vio venir) la magnífica secuela de 'La noche de Halloween' que trajo de vuelta a Michael Myers y Jamie Lee Curtis, de la que fueron guionistas. Como esta, te contamos diez curiosidades y anécdotas del rodaje de 'Superfumados' a continuación.
Curiosidades de 'Superfumados'
Seth Rogen, todo un experto
Ningún especialista fue herido durante el rodaje, todos los porros que se fuma en la película se los lió el propio Seth Rogen, que además imparte consejos en youtube para que te salgan perfectos.
Cuestión de casting
En un primer momento Seth Rogen escribió el personaje de Saul Silver para interpretarlo él mismo, pero no fue hasta una primera lectura del guion con el resto del reparto cuando se dio cuenta de que James Franco sería más divertido en el rol de Saul. Y acertó. Además, el personaje de Danny McBride iba a morir en su primera escena, pero les hacía tanta gracia que a última hora decidieron revivirlo. Y acertaron.
Cambio de actriz
Aunque Amber Heard interpreta a la novia del personaje de Seth Rogen, que todavía se encuentra en el instituto, no fue la primera opción. En un primer momento la elegida fue Olivia Thirlby, pero no terminó de convencer tras los primeros ensayos y pruebas de cámara.
Guiño a 'Seinfeld'
Aquel "Stuff your sorries in a sack!", que se podría traducir como "mete tus lo siento en un saco", era una de las expresiones más características (por ininteligibles) de George Costanza en 'Seinfeld'. Al comienzo de la película, cuando el personaje de Seth Rogen le pide perdón al de James Franco por entrar a su apartamento sin avisar, este le responde con un "Stuff your sorries in a sack!" que solo puede ser uno de los múltiples guiños privados a series y películas de la cultura popular como 'Scarface' o 'Pulp Fiction' de los que el guion de 'Superfumados' está repleto.
Peleas que se fueron de las manos
Presupuesto no tenían demasiado, pero imaginación para rodar las escasas escenas de acción tampoco. Como puede recordar todo el que la haya visto, la película no brilla precisamente por la perfección de sus coreografías, hasta el punto de que la pelea entre los personajes de Saul (James Franco) y Carol (Rosie Perez) fue en su mayor parte improvisada. Como también lo parecen el resto, en su torpeza genuina reside su gracia.
El problema es que cuando James Franco soltó una patada en la entrepierna a Rosie Perez, le hizo daño de verdad. Ella, en un alarde de profesionalidad, no dijo nada hasta que terminó de rodar la escena. Pero no fue la única herida, al que por poco parten la prisma en varias ocasiones fue a Danny McBride. Menos mal que la maría tiene efectos terapéuticos contra el dolor.
Un cameo superfumado
El sorprendente prólogo en blanco y negro, que remite al cine de serie B, nos sitúa en los años 50, en el interior de una base militar bajo tierra de alta seguridad (donde tendrá lugar el clímax final) en la que el ejército norteamericano experimenta con drogas para evitar su circulación. El conejillo de indias no es otro que Bill Hader, que da rienda suelta a su camaleónica capacidad expresiva para demostrar los nada serios efectos secundarios de la marihuana.
¡180 veces!
Con esa cara nos hemos quedado. ¡Hasta en 180 ocasiones escuchamos la palabra "fuck" o alguna de sus derivaciones durante la película!
Peculiar origen del proyecto
No estamos fumados, como afirmó el co-productor y co-guionista Judd Apatow, se inspiraron en el personaje de Brad Pitt en 'Amor a quemarropa' (1993) para hacer la película. Añadimos a la casualidad que Kevin Corrigan aparece en ambas películas.
Dificultades de producción y exhibición
No sorprenderá a nadie, pero no tuvieron fácil para sacar adelante un proyecto en el que los personajes no dejan de soltar tacos y fumar marihuana. Aspiraban a contar con un presupuesto de 50 millones de dólares, pero finalmente tuvieron que rodarla con 25. Además, el estreno en Reino Unido y otros países se produjo con una escena censurada, aquella en la que los personajes de James Franco y Seth Rogen se pasaban unos porritos con menores de edad, fundamental para la trama.
No, no estaba fumado
De sobra conocida su afición por la literatura (como director ha adaptado a numerosos clásicos), entre descanso y descanso del rodaje James Franco aprovechó para leer algo ligerito, La Ilíada de Homero. Pero tranquilos, no estaba fumado, pese a que su personaje sea un traficante, no le gusta la marihuana, lo que todavía añade más mérito a su actuación.
