¿Los Yak? ¿Los Yagüe? No, los Premios Yago, celebrados por quinta vez (contra todo pronóstico) en Madrid, sirvieron para celebrar lo que mejor se nos da a los españoles: perder. Los olvidados del cine español, en concreto de los Goya y del dinero, se reunieron en la sala El Sol para celebrar la vida y el cine como si de una rave adolescente se tratase. Para ello, contaron con la inigualable Bárbara Rey, que recibió el Yago de Honor de la mano de su amigo Juan Carlos Naya y, entre estruendosos aplausos, garantizó lo feliz que estaba por celebrarlo con tanta gente.
Para la organización de tamaño tinglado es necesario tener gente detrás. La marca de ginebra Hendricks fue la encargada de patrocinar la fiesta, mientras que el guionista Luis Fabra ('Allí abajo') presentó los premios y cosechó toda clase de alabanzas. El nominado al Goya a mejor actor revelación Santiago Alverú ('Selfie') es el mandamás, que además protagonizó un momento muy emotivo cuando se subió a la palestra para agradecer a todo el mundo su presencia en la gala.
"And the Yago goes to..."
Todo esto está muy bien, pero, ¿y los premios? Pues agárrense que vienen curvas, porque en unos premios de estas características, no vamos a tener un galardón a Mejor Actor, Actriz o Película. Aquí son más de, por ejemplo, el Yago Impepinable al Nominado No Ganador, que cayó en las manos de Isaki Lacuesta por su honesta dirección en 'Entre dos aguas'. El catalán no tuvo tiempo de bajarse del escenario porque también recogió el Yago al No Nominado, ya que por desgracia Bárbara Lennie, dueña del premio, no pudo asistir a la gala. Ningún problema para el director, que afirmó jocosamente que "siempre había querido recoger el premio a mejor actriz".
Tras este momento, llegaría el turno del Yago al Éxito Menos Comercial (precioso oxímoron), que recayó en Elena Trapé y el resto del equipo de 'Las distancias'. El galardón se lo entregaría Luis Manso, productor de las películas de Javier Fesser, entre ellas su último éxito: 'Campeones'. A raíz de los malos números en la taquilla que consiguió la cinta catalana, el productor afirmó lo siguiente: "La mejor película que hemos hecho Javier Fesser y yo ha sido 'Camino' y perdimos con ella un montón de pasta. Elena, sigue haciendo buenas pelis porque a veces la taquilla no siempre corresponde".
Óscar Dorta, especialista de acción de 'Superlópez', tuvo la suerte de recoger el Yago al No Reconocido. Laura Pedro, reciente ganadora del Goya por Mejores Efectos Especiales, fue la encargada de dárselo. El último premio de la noche fue para los secundarios de 'Tiempo después', la última cinta del reputado José Luis Cuerda, encabezados por Raúl Cimas y Daniel Pérez Prada. El grupo recibió el Yago al Mejor Grupo de Irreductibles gracias a su trabajo y buen humor.
Y así, llegamos al final de la gala. Antes de cerrar el chiringuito y partir hacia aguas más prósperas, todo el equipo se despidió de la manera más coherente para unos premios de estas características: reventando una piñata de los Goya. Casi nada. Miedo nos da pensar con qué nos pueden sorprender el año que viene.
La PIÑATA CONTRA EL GOYA.
? Premios Yago (@premios_yago) 20 de febrero de 2019
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Las mejores películas de José Luis Cuerda, de peor a mejor
'Los girasoles ciegos' (2008)
Ganadora del Goya al mejor guion adaptado, basada en los relatos que conforman 'Los girasoles ciegos' de Alberto Méndez, Cuerda trae a la vida una historia de la posguerra de la Guerra Civil española, situada en la Galicia de los años 40, narra cómo Elena aparenta ser una sufrida viuda con dos hijos a cargo. Sin embargo, la realidad se oculta tras las puertas de su casa, al ocultar a su marido, que vive de incógnito en un anexo por sus ideas republicanas. Con una hija adolescente embarazada y a punto de huir con su novio, buscado por la policía franquista, a sus vidas llegará Salvador, un joven diácono con una crisis religiosa y que se obsesionará con Elena.
Elegida por la Academia Española para representar al país en la 82ª edición de los Premios Oscar, el filme es un duro relato de la persecución política que hubo durante la posguerra española. No obstante, su resultado final no resulta tan satisfactorio como el de 'La lengua de las mariposas', especialmente por convertirse, finalmente, en un panfleto maniqueo sobre la posguerra.
'La educación de las hadas' (2006)
Basada en la novela de Didier van Cauwelaert, 'L'éducation d'une fée', narra la historia de amor de Nicolás e Ingrid. Él la conoce durante un viaje de Alicante a Barcelona y para el hombre, ella es la mujer de su vida como Raúl, el hijo de Ingrid, al que quiere como si fuese suyo. La historia de amor parece perfecta, él era un inventor de juguetes cuya alma buscaba el amor, ella es ornitóloga y acaba de enviudar tras haber muerto su marido en Irak. Todo es genial, sin embargo, Ingrid decide, de repente, acabar con todo.
Una historia de amor compleja que, si bien es una película notable y con unos actores espléndidos, Ricardo Darín infalible e Irène Jacob espléndida, no logra ser tan redonda como su trilogía de humor surrealista.
'Así en el cielo como en la tierra' (1995)
Con esta película, José Luis Cuerda cerraba su trilogía con el "humor absurdo" como tema principal. En esta cinta, el cineasta dirige y escribe un tipo de sátira con la Tierra de escenario y con el Dios, Jesucristo la Virgen María y San Pedro convertidos en personajes de la posguerra castellana.
Una historia atrevida en la que se da una visión más cercana de estos personajes bíblicos y en los que se aprovecha para darles mayor humanidad y mostrar cómo ha evolucionado la sociedad en este tiempo, como también evidenciar que, ni siquiera un Apocalipsis, podría cambiar ciertas actitudes.
'La lengua de las mariposas' (1999)
Situada en 1936, justo el año en que estalló la Guerra Civil Española, Moncho es un niño que no quiere ir a la escuela porque teme que su maestro le pegue, algo habitual en la época. Sin embargo, conoce a don Gregorio, un hombre que ama su profesión que utiliza el método de observación para enseñar a sus alumnos. Con don Gregorio, Moncho aprende muchas cosas, piensa por sí mismo y valora lo que es la libertad. Sin embargo, en julio, los sublevados se hacen con el gobierno civil y provincial y don Gregorio, junto con otros republicanos, será recluido.
A diferencia de 'Los girasoles ciegos', 'La lengua de las mariposas' hablaba de la Guerra Civil con contención mostrando cómo grupos de falangistas, en este caso en Galicia, cuando la sublevación militar se hizo con el control de las ciudades de las provincia, asesinaron a militantes de partidos o sindicalistas de izquierda, mucho antes de que llegase el verdadero enfrentamiento civil. Sin duda, una de las películas más completas del director.
'El bosque animado' (1987)
Basada en la novela homónima de Wenceslao Fernández Flórez y con guion de Rafael Azcona, José Luis Cuerda daba el gran salto a primera línea con su segundo largometraje. 'El bosque animado' es el inicio de su trilogía humorística en clave surrealista y absurda. Una tragicomedia en el que se encuentran personajes completamente dispares y extraños en medio de los árboles de un bosque.
Un bandido, un pocero, una joven emigrante, un fantasma que no quiere estar solo, una niña que trabaja y un niño que detesta el laburo, todos ellos muestran la clara diferencia del mundo de los ricos, de los pobres, de la explotación, de la burguesía. Todo con un toque fantástico que hizo de la película un verdadero éxito de público y crítica que se tradujo en cinco premios Goya, entre ellos el de mejor película y el de mejor actor para un Alfredo Landa que está magistral.
'Amanece, que no es poco' (1989)
Comedia coral en la que Cuerda se encumbraba como uno de los grandes directores españoles. Segunda en su trilogía de "humor absurdo y surrealista", narra cómo un joven ingeniero español que trabaja en la Universidad de Oklahoma vuelve a su pueblo natal, en la Sierra de Albacete, para descansar tras tomarse un año sabático. Sin embargo, su regreso a España está lejos de ser un período de paz: su padre ha matado a su madre pero, para no sentirse tan mal, le ha regalado una moto con sidecar para viajar juntos, llegan a un pueblo que parece un desierto pero no, es que todos sus habitantes van a misa día sí y día también. Al pueblo llegan unos estudiantes de una universidad de Estados Unidos, meteorólogos belgas, exmiembros del Coro del Ejército Ruso e invasores de un pueblo cercano.
Una auténtica obra de culto con la que Cuerda se consagró, sin duda, la más extraña y arriesgada de sus películas, referente del séptimo arte español y uno de los mejores exponentes de la sátira en el cine.