Dirigida por Luis Calvo Ramos y protagonizada por Leticia Dolera, Alberto Amarilla, Ana Álvarez, Pablo Puyol y Rocío Muñoz, 'Prime Time' es una nueva producción nacional que pasó por el Festival de Sitges antes de su estreno en las salas comerciales el próximo 19 de diciembre.
La película narra la historia de Elena, una psicóloga que trabaja ofreciendo asistencia psicológica a víctimas del terrorismo. Al llegar a casa, tras un difícil día de trabajo, riñe con Jaime, su pareja, y en plena discusión un grupo de hombres uniformado derriba la puerta del apartamento, secuestrándolos. Cuando despiertan, se encuentran en un espacio circular sin ventanas al exterior junto a otras cinco personas, descubriéndose que han sido elegidos para concursar en un nuevo programa de televisión en el que el público elige su suerte, siendo la vida el premio a ganar.
Por suerte o por desgracia, un servidor no pudo asistir a los estrenos de Santos y Sexy Killer en beneficio de un glorioso Barça 6 - Atlético de Madrid 1 (sin ánimo de ofender al seguidor colchonero, por supuesto), por lo que tras degustar esas maravillas cinematográficas (ejem...) llamadas '¡Soy un pelele!' e 'Intrusos en manasés', el último reducto de cine patrio en Sitges se limitaba a la ópera prima de Luis Calvo Ramos.
And the Oscar goes to...
Concebida como un Gran Hermano extremo, 'Prime Time' nos sitúa en un futuro inmediato en el que la distopía moral queda retratada en los índices de audiencia televisivos, siguiendo las premisas de una amalgama de influencias que van desde 'Saw', 'Cube' o 'Rastro oculto' en cuanto a forma se refiere, pasando por 'La muerte en directo', 'El show de truman', 'Perseguido' o incluso la reciente 'Death Race' hablando en términos de fondo. A pesar de dicha carencia de originalidad, 'Prime Time' parte de una baza de lo más atractiva, que no es sino el propio morbo del espectador viendo una película en la que el morbo del espectador (valga la redundancia) decide el destino de los supuestos concursantes, en una suerte de metalenguaje cinematográfico que da pie a múltiples análisis y elucubraciones que van más allá de la exígua calidad del título propiamente dicho.
Y es que, hablando en plata, las actuaciones de 'Prime Time' son simplemente lamentables, encabezadas por un Pablo Puyol tan irrisorio que despertó las unánimes carcajadas de un Auditori rendido a su inconsciente bis cómica, siendo parte del elenco femenino y Alberto Amarilla los únicos actores rescatables del film de Luis Calvo Ramos. Estéticamente solvente, el principal handycap de Prime Time radica no ya en su guión, sino en la propia interpretación, ofreciéndonos un compendio de fobias y filias a través de personajes sumamente arquetípicos que en ningún momento aportan credibilidad alguna a la tensa situación de convivencia a la que nos traslada la película. Bastante ingenua en cuanto a concepción se refiere, la película de Luis Calvo Ramos no logra activar en ningún momento los engranajes necesarios para dar verosimilitud a los conflictos que plantea, del mismo modo que apenas ahonda en la psicología de unos personajes bosquejados cuyas actuaciones, como ya hemos apuntado con anterioriodad, tampoco ayudan a que el film llegue a buen puerto.
Pero, como decíamos algo más arriba, 'Prime Time' nos ofrece per se no poca chicha a la hora de debatir contra el camino del exceso al que nos lleva la sociedad actual reflejada, para bien o para mal, en la programación que ésta consume y de la que en buena medida se retroalimenta, del mismo modo que ataca a la falta de ética de las propias cadenas televisivas en favor de las cuotas de share, si bien, a fin de cuentas, el verdadero culpable de dicho extremismo ficticio (en todas sus acepciones) no deja de ser el propio usuario de a pie.