Existen entregas de premios en la industria del cine que distinguen las películas en categorías distintas. El caso más conocido es el de los Globos de Oro, que tiene premios para Mejor Película, Mejor Actor y Mejor Actriz en dos categorías distintas: por un lado el drama y por otro la comedia o el musical. Conscientes de que el nivel de calidad de los largometrajes es algunas veces ligeramente inferior en la segunda categoría, ciertos productores intentan colar sus películas como cómicas. El último ejemplo que hemos conocido es el de Harvey Weinstein, propietario junto a su hermano Robert de The Weinstein Company, una de las distribuidoras más poderosas del mundo, que ha intentado vender la última cinta de Quentin Tarantino, 'The Hateful Eight', como una comedia para tener más posibilidades a optar a los premios.
"La primera parte de la película es un planteamiento, pero el segundo acto es hilarante. Es su película más divertida y política, así que es increíblemente entretenida. Simplemente te mueres de la risa. Incluso la violencia se ha reducido con respecto a las otras películas de Quentin Tarantino", comenta. Estas son las palabras de Weinstein, con las que quizá espera conseguir el favor de aquellos que deciden en qué categoría entra cada película en los premios.
Cualquiera que presuma de ser un amante del cine difícilmente desconocerá The Weinstein Company, que ha llevado a las salas películas tan destacadas como 'El discurso del Rey', 'El lado bueno de las cosas', 'The Imitation Game (Descifrando Enigma)' o incluso las últimas películas de Tarantino, 'Malditos Bastardos' y 'Django desencadenado'. Esta pequeña lista de películas, de éxito considerable tanto en taquilla como en galardones da una idea del poder que pueden tener las palabras de una persona como Harvey Weinstein.
Otras opiniones
Por si sus declaraciones no hubieran levantado suficientes sospechas, hay algunas opiniones de la película que son totalmente contrarias a la opinión de Weinstein, como la de un crítico de Vulture, que describe 'The Hateful Eight' como "la película más oscura que Tarantino ha hecho nunca". Esta estrategia que supuestamente podría estar usando Weinstein se conoce como fraude de categoría y últimamente se ha usado bastante. Un ejemplo es George Clooney, que fue nominado misteriosamente al Oscar como Mejor Actor Secundario por 'Syriana', cuando su papel era claramente protagonista. Lo que motivó esto fue que ese año las papeletas a llevarse el Oscar al Mejor Actor las tenía todas el llorado Philip Seymour Hoffman por su estupendo 'Capote'.