Aunque todavía quedan unas semanas para conocer los agraciados con los premios de la Academia española de cine en la vigésimo octava edición de los premios Goya, como manda la tradición, todos los candidatos calientan motores con una velada de homenaje a lo mejor que nos ha dado el cine español a lo largo del último año: la cena de los nominados.
Una vez más, los Teatros del Canal han sido el escenario elegido para esta velada, llena de estrellas del Séptimo Arte con denominación de origen. No sólo es una tarde para la celebración, también es un momento perfecto para hacer "campaña" y no pasar desapercibidos en la alfombra roja.
Aunque se reserven sus mejores galas para la noche del 8 de febrero, candidatos como Aura Garrido, Marian Álvarez, Javier Cámara, David Trueba, Daniel Sánchez Arévalo, Roberto Álamo, Inma Cuesta, Terele Pávez, Nora Navas, Eduard Fernández, Gracia Querejeta o Carlos Bardem han posado de punta en blanco, y con la mejor sonrisa, preparándose para la gran noche del cine español. Quizás la ausencia más destacada fuese la de Antonio de la Torre, nominado en dos ocasiones este año.
Jaime de Armiñán recoge su Goya de Honor
Pero hubo una estrella que brilló con más intensidad que el resto. Jaime de Armiñán recibió a lo largo del evento su Goya de Honor, rodeado por lo mejorcito de la industria. Aunque también tendrá su hueco en la gala del 8 de febrero, el director y guionista madrileño ha podido disfrutar antes que nadie de la estatuilla que rinde homenaje a su longeva carrera detrás de las cámaras.