Stephen Schwartz, el creador del musical de teatro 'Wicked', ha confirmado para The Hollywood Reporter que la película basada en la obra teatral aún va a tardar un tiempo en llegar a la gran pantalla. Originalmente, la fecha de estreno estaba prevista para el 20 de diciembre de 2019, pero fue eliminada del calendario y su puesto fue ocupado por otra adaptación musical, 'Cats', que va a ser dirigida por Tom Hooper.
"Para ser sinceros, estamos haciendo progresos con el guion, pero está sufriendo algunos cambios", dice Schwartz. "Os garantizo al cien por cien que habrá una película de 'Wicked' y que no está lejos, pero tampoco se estrenará el año que viene porque seguimos escribiendo. La preproducción ni siquiera ha empezado todavía, pero podría comenzar en un futuro cercano".
El responsable, junto a Schwarzt, del guion de la película será el mismo que llevó la novela al escenario de Broadway, Winnie Holzman. "Cuando estemos preparados, haremos la película, pero queremos estar seguros de ello", concluye Schwartz.
'Wicked' narrará la vida de Elphaba desde sus primeros días y abarcará los sucesos que la convirtieron en la malvada Bruja del Oeste. En la película también se espera que aparezcan otros icónicos personajes, como el mismísimo Mago de Oz y la amiga de la protagonista, Glinda, la bruja buena.
Más musicales
Stephen Schwartz actualmente se encuentra preparando otra esperadísima película musical de la mano de Disney, la secuela de 'Encantada: La historia de Giselle'. La película la desarrollará con Alan Menken, que también participó en la primera entrega como compositor: "Alan y yo jugamos al tenis juntos y justo estábamos hablando de ella el fin de semana pasado", bromea Schwartz. La película ya tiene título oficial, 'Disenchanted', y está previsto que Amy Adams vuelva a ponerse en la piel de la dulce Giselle.
Curiosidades de 'El mago de Oz'
La bruja más malvada
Uno de los elementos más destacados de 'El mago de Oz', y hablamos de una película repleta de ellos, era la Bruja del Oeste interpretada por una entregada Margaret Hamilton, un personaje capaz de colarse en las pesadillas de cualquier niño. Y de cualquier adulto.
De hecho, ese terror absoluto que transmitía la villana del relato era tan convincente en el primer montaje de la película que, cuando los principales responsables del estudio Metro Goldwyn Mayer lo vieron, pidieron que numerosas escenas en las que aparecía fueran eliminadas por completo. Nos quedamos con menos raciones de la Bruja, pero ahorramos sufrimiento.
Sin regreso a Oz
A pesar de las dudas iniciales que tenía el estudio, 'El mago de Oz' tardó muy poco en convertirse en uno de los grandes éxitos cinematográficos del año 1939, entusiasmando a millones de espectadores alrededor del mundo. Un deslumbrante triunfo que, por supuesto, ocasionó la urgencia de los productores por empezar a trabajar en una secuela.
Sin embargo, esta ansiada segunda parte nunca se convirtió en realidad por culpa de, o gracias a, Judy Garland y Margaret Hamilton. Su negativa a participar fue un golpe definitivo para tumbar un proyecto que, probablemente, no habría conseguido los excelsos resultados de su predecesora.
Sacrificios generales
'El mago de Oz' desprende el aroma del cine más mágico, melódico y entusiasta. Todo lo contrario que su rodaje, algo similar al Apocalipsis. Una batalla diaria de la que algunos de sus intérpretes principales salieron especialmente heridos. Dos ejemplos: Jack Haley, el hombre de hojalata, sufrió una grave infección ocular por culpa de su maquillaje, el cual, además, era tan rígido que, cuando el actor quería descansar, solamente podía dejarse caer sobre una pared.
Un infierno similar al que pasó Margaret Hamilton, la Bruja, quien tuvo que someterse a una dieta líquida durante todo el rodaje para evitar así ingerir la más mínima cantidad de pintura que tenía que ponerse encima para transformarse en su personaje.
En verso
'El mago de Oz' podría haber sido una película completamente diferente si hubiera caído en manos de Ogden Nash, un poeta norteamericano que, a petición de los productores de la cinta, se puso manos a la obra con un guión en verso. Por supuesto, cuando en el estudio leyeron el libreto decidieron que, quizá, era más idóneo dejar las rimas para otro momento. Mejor así.
Desequilibrio financiero
Hablemos de cifras. Durante esa época, Hollywood vivía una edad dorada basada, principalmente, en demostrar su poderío y grandeza absoluta en cada una de las películas que nacían en su interior. Y 'El mago de Oz' no fue una excepción. 2.777.000 dólares, ese fue el presupuesto de la cinta de Victor Fleming, una cantidad abrumadora incluso para los datos que se manejaban en aquellos años.
En cualquier caso, es casi más importante analizar la forma en la que se gastó ese dinero, especialmente en relación a los salarios que se pagaron durante el rodaje. Y es que, en una decisión absolutamente incomprensible, ofensiva e indefendible, mientras el encantador perrito Toto recibía 125 dólares a la semana, los enanos que interpretaron a los inolvidables Munchkin tenían que conformarse con 50. Un auténtico escándalo.
Metidos en los personajes
¿Qué sería de 'El mago de Oz' sin el espantapájaros, el león y el hombre de hojalata? Pues, si hubierais preguntado a los tres actores que se encargaron de meterse en sus pieles, Ray Bolger, Bert Lahr y Jack Haley, respectivamente, algo mejor. Mucho mejor.
Y es que, debido a la dificultad que suponía cada una de estas caracterizaciones, los intérpretes estaban obligados a no quitarse el traje en ningún momento del rodaje, lo que ocasionó numerosos sustos de trabajadores de la Metro-Goldwyn-Mayer que se encontraban de repente con alguno de ellos. Una auténtica aventura pasear por los pasillos del estudio.
Rodaje infernal
Ya estamos comprobando que el rodaje de 'El mago de Oz' no fue, precisamente, una fiesta. Por si quedaba alguna duda, hablemos de las jornadas laborales impuestas por el estudio.
Cinco meses de filmación durante los que se trabajaban seis días a la semana, con horarios que comenzaban a las cuatro de la mañana y finalizaban a las nueve de la noche, en sets donde la temperatura era de más de cuarenta grados. Un calor insoportable ocasionado por las luces que se tenían que utilizar para rodar en technicolor que supuso la guinda a este pastel envenenado.
En llamas
Participando en el siempre temible juego de comparar sufrimientos, está claro que Margaret Hamilton fue la persona que peor lo pasó durante el rodaje de 'El mago de Oz'. Y mira que había candidatos para conseguir este nada envidiable honor.
Pero es imposible luchar contra una actriz que terminó hospitalizada al sufrir graves quemaduras mientras rodaba una escena en la que su personaje, la Bruja del Oeste, desaparecía en medio de una nube de humo. Por supuesto, Hamilton dijo que no volvería a acercarse a ninguna parte del set en la que hubiera una sola posibilidad de volver a quemarse. Comprensible.
Por el bien de los gatos
¿Veis ese rostro que ilustra la noticia? Es imposible que haga algo malo, ¿verdad? Transmite pura bondad, es el hombre de hojalata de 'El mago de Oz', ¿qué podría hacer que no nos provocara ganas de abrazarle y ayudarle a conseguir su ansiado corazón? Pues, por lo visto, asesinar animales inocentes. Tal cual.
Y es que, desde el estudio responsable de la película, se decidió eliminar del montaje final una escena en la que el personaje mataba y despedazaba a un gato, un instante terrorífico que aparecía en la novela original de Frank Baum. Una decisión acertada. Aun así, mirad de nuevo a los ojos de la foto si os atrevéis.
Reconocimientos
Venga, vamos a quedarnos con lo positivo. No todo iba a ser El Horror en 'El mago de Oz', y por eso conviene finalizar este especial descubriendo alguno de los múltiples honores con los que cuenta esta obra maestra. Por ejemplo, en 2008, el American Film Institute la colocó en el puesto número uno de las mejores películas de fantasía de la historia del cine y la sexta en su ranking general.
Por su parte, el Observer Music Monthly nombró a la banda sonora de la cinta como la más memorable de todos los tiempos. Una línea de devoción que continuó el British Film Institute, situándola en el número 10 de 50 películas que tienes que ver antes de cumplir los quince años. Por último, la UNESCO decidió en 2007 que 'El mago de Oz' era patrimonio cultural de la humanidad. Imposible quitarle la razón.