Quentin Tarantino y Edgar Wright han mantenido una charla de tres horas para un podcast hablando sobre lo que más saben: cine. Todo un regalo para la comunidad cinéfila escuchar a dos de los directores más reputados del panorama conversando sobre películas recientes y pasadas que les fascinan, sus carreras cinematográficas y las anécdotas vividas a lo largo de ellas. Todo se debe a que Wright está empeñado en apoyar la industria en estos momentos; ha dirigido el último número de Empire, que está plagado de artículos que pretenden celebrar el cine. A Tarantino no le dio tiempo de escribir uno y para enmendarlo, la revista y el británico organizaron este podcast tan revelador.
La conversación dio para mucho y uno de los puntos más interesantes fue cuando el director de Tennesseee habló sobre lo que le fascinaba de las películas de venganza y la subversión en el cine, es decir, hacer cómplice al público de un acto perverso y violento; que desee verlo en pantalla y disfrutar con él. Su cine ha girado mucho alrededor de este concepto y el director aprovechó para alabar una película reciente que tiene mucho que ver con esto, 'Joker'. Tarantino destacó la profunda subversión a la que lleva al público Todd Phillips con su film.
En especial, fue una escena la que dejó boquiabierto al director norteamericano y que aglutina al mismo tiempo todos esos conceptos que había ido explicando. La escena del programa de televisión entre Joaquin Phoenix y Robert De Niro: (...) "La secuencia del talk show en 'Joker' abarca todas estas cosas a un nivel profundo, un nivel que está por encima de la cabeza de la mayoría de los espectadores. (...) sientes que todo el ambiente del cine cambia. No es suspense; están más allá del suspense. Están fascinados. Todo el mundo en el público está completamente enchufado", decía en primer lugar.
Y a continuación, pasó a explicar qué era exactamente lo que hacía de especial esa escena con el público: "El personaje de Robert De Niro en el programa de entrevistas no es un villano de película. (...) Sólo es un comediante gilipollas, un tipo de programa de entrevistas. (...) No merece morir. Sin embargo, mientras el público está viendo al Joker, quieren que mate a Robert De Niro; quieren que coja esa pistola, se la meta en el ojo y le vuele la jodida cabeza. ¿Y si el Joker no lo matara? Estarías cabreado. ¡Eso es subversión a un nivel masivo! Consiguen que el público piense como un jodido lunático y quiera algo (que normalmente no querría). Y mentirán sobre ello. El público dirá: «no, yo no quería eso», y son unos malditos mentirosos. Sí que querían", sentenciaba.
Hay que verla en cines
Tarantino también se paró a apuntar algunos "peros" de la película: le pareció monótona por algún momento, e incluso planteó a los oyentes sobre la conveniencia de "rehacer" películas emblemáticas de los 70, algo muy de moda hoy en día (lo vemos en 'Joker' con 'Taxi Driver'). Sin embargo, lo mágico del film fue que a él como espectador le regaló una experiencia increíble.
Una experiencia que no resultaría la misma en caso de verla por algún dispositivo streaming o de alguna forma que no implique estar rodeado de público en una sala. Tarantino dejó claro que no te hacías ningún tipo de favor como espectador si la veías a través de ese tipo de medios que dominan hoy en día la experiencia de los visionados.