Brad Pitt llega este fin de semana a la cartelera española con 'Moneyball', que supone su tercera nominación al Oscar en categorías interpretativas. Consolidado como una de las estrellas de Hollywood más influyentes, hoy recordamos sus inicios en la gran pantalla, cuando Angelina Jolie todavía no había entrado en su vida pero sus marcados abdominales ya eran su seña de identidad frente a las cámaras.
Anteriormente repasamos las primeras películas de Leonardo DiCaprio, ídolo juvenil de la década de los noventa, pero si buscamos al hombre que conquistó a mujeres de todas las edades, ese es Brad Pitt. 'Thelma y Louise' podría decirse que fue la película que cambió su carrera, pasando de cintas de segunda y papeles secundarios a producciones de mayor repercusión. En las aventuras de Susan Sarandon y Geena Davis tampoco demostró un inigualable talento, pero su atractivo no sólo atrapó a Thelma, sino a los productores que descubrieron al sex symbol de la década.Pitt debutó como figurante en 1987, año en el que firmó cuatro apariciones en cine que ni siquiera figuraban en los créditos. Su primer rol protagonista lo logró en 'El lado oscuro del sol', un drama casi desconocido donde interpretaba a un hombre con una extraña enfermedad de piel. En 1989 volvió a un segundo plano con 'Juntos pero no revueltos', comedia romántica protagonizada por un jovencísimo Patrick Dempsey.
Más dramas de segunda
'Clase sangrienta' supuso su estreno en el thriller de terror, 'Johnny Suede' en el drama musical y 'Triunfo amargo' en el deportivo. Para entonces ya se había convertido en el autoestopista más deseado y Hollywood empezaba a fijarse en este atractivo rubio. Su primera oportunidad en las grandes ligas llegó con 'Cool world', cinta que combinaba animación con acción real y donde compartió cartel con otro sex symbol del momento, Kim Basinger.
Robert Redford fue el encargado de darle la alternativa para convertirse en toda una estrella del celuloide. En 1992 contó con él para 'El río de la vida' y Pitt, que ya rozaba los treinta años, aprovechó la oportunidad. A partir de ese momento las producciones de segunda y los secundarios prescindibles pasaron a un segundo plano, levantando su carrera con 'Kalifornia' o 'Amor a quemarropa' y confirmándose como la gran estrella que es con 'Entrevista con el vampiro'.