Quién te ha visto y quién te ve: Leonardo DiCaprio, el rey de las carpeteras

Leonardo DiCaprio se ha consolidado como uno de los actores más destacados del panorama cinematográfico. Aunque los Oscar han llamado a su puerta en tres ocasiones ocasiones, sigue sin acariciar la preciada estatuilla, algo que no le hace falta si tenemos en cuenta que es uno de los mejor pagados y puede elegir proyectos con directores de la talla de Martin Scorsese o Clint Eastwood.

Para ser un peso pesado en taquilla hay que tener una buena legión de fans que te respalde, algo de lo que goza DiCaprio desde sus inicios. 'Romeo y Julieta' y 'Titanic' lo confirmaron como el actor joven más deseado por adolescentes, y no tan adolescentes, de todo el mundo, pero su talento quedó patente mucho antes, con interpretaciones más destacables de lo que nos tiene acostumbrados hoy en día.

Casi nadie empieza en la cima, y en el caso de DiCaprio tenemos que bucear hasta 'Critters 3' para encontrar su debut en la gran pantalla. Al año siguiente, 1992, estrenó 'Hiedra venenosa', donde Drew Barrymore interpretaba a una malvada y seductora adolescente. Esas cintas coincidieron con su trabajo en la exitosa serie 'Los problemas crecen', que le convirtió en un rostro conocido de la pequeña pantalla.

Su primera nominación, joven mentalmente discapacitado

Su tercer largometraje ya supuso un salto en su carrera. Protagonizando 'Vida de este chico' no sólo dió muestras de su talento, sino que tuvo el privilegio de acompañar a Robert De Niro, que daba vida a su violento padre. Su buen hacer frente a la cámara quedó confirmado en 1993 con '¿A quién ama Gilbert Grape?', que le valió su primera nominación al Oscar interpretando a un joven mentalmente discapacitado, un trabajo brillante que se quedó sin premio.

Confirmado como uno de los mejores actores de su generación, se estrenó en el western con 'Rápida y mortal', una interpretación nada destacable donde el sueldo sería la clave de su elección. Por suerte, DiCaprio volvió a su camino con 'Diario de un rebelde' y 'Vidas al límite', ambas de 1995. En la primera se ponía en la piel de un joven problemático y adicto a las drogas, mientras que en la segunda interpretó al poeta Arthur Rimbaud.

1996 y 1997 fueron su confirmación como estrella gracias a sus fieles fans que sufrieron viéndolo morir por partida doble, tanto por su amor a Julieta Capuleto como ahogándose junto al Titanic. Y lo que sigue ya es historia conocida por todos: grandes proyectos, grandes directores y un salario que en el 2000 se fijó en 20 millones de dólares y que sólo reduce si el proyecto vale la pena.