å

MITOS Y ACTUALIDAD

'Ragnarok': la serie que se queda a medio camino

La ficción noruega que viene de la mano de Netflix mezcla los antiguos mitos nórdicos con el problema actual del cambio climático y la contaminación.

Por Irene Colom Colom 9 de Febrero 2020 | 11:22

Comparte:

Ver comentarios (1)

¡Cuidado! Spoilers de 'Ragnarok'

La sinopsis de 'Ragnarok', de Adam Price ('Borgen'), es de lo más prometedora. Una ficción protagonizada por adolescentes que aborda el cambio climático y que utiliza elementos de los antiguos mitos nórdicos fácilmente podría ser una auténtica delicia para los seriéfilos. Sin embargo, su particular sinopsis es lo que más destaca de la producción noruega que acaba de llegar a Netflix. Miento; lo que más es, sin duda alguna, los increíbles planos del fiordo y las montañas.

'Ragnarok' no se cansa de regalarnos paisajes maravillosos, pero sus tramas son simples, incongruentes en muchas ocasiones y pierden la originalidad por el camino. Una ficción que podría utilizar los mitos con elegancia y aplicarlos a una narrativa actual se limita a contar una historia de adolescentes con algunos elementos mitológicos de fondo. Y lo que podría haber sido una nueva perspectiva del cambio climático es lo de siempre: "Los malos están contaminando el río".

Magne y Laurits

La historia no comienza mal del todo: una familia regresa a su pueblo de origen, en el que perdió a su padre. Nada más llegar, una anciana le otorga a Magne, uno de los dos hijos, los poderes del Dios Thor. Pronto se explica que el joven, pese a tener un gran corazón, tiene dificultades para aprender en la escuela debido a su dislexia, así como tendencias violentas. Sin embargo, estas tendencias no se ven prácticamente en ningún momento de la trama, salvo excepciones contadas. Parece como si quisieran explicarnos el conflicto del protagonista, pero es un drama que no vemos y por tanto no funciona demasiado bien.

Las tramas de 'Ragnarok'

Magne hace una amiga al llegar al instituto, Isolde, una joven activista muy metida en la lucha por el medio ambiente que no se cansa de pelear por lo que cree que es justo. Para que no nos vengamos arriba con un posible romance entre ambos, se revela que Isolde es lesbiana (o, como mínimo, bisexual). Y antes de acabar el primer episodio, muere en un "trágico accidente". Esto cambia a Magne, que se vuelca de golpe en descubrir la verdad sobre la muerte de Isolde, lo que le llevará al problema de la contaminación el fiordo. Nos encontramos, una vez más, con la utilización de un personaje femenino y LGTB que prometía bastante para hacer evolucionar a un protagonista masculino.

Ragnarok

La familia antagonista es algo más interesante, pero se queda también a medio camino. La directora del instituto y su familia representan en la serie a los gigantes, archienemigos de los dioses en los mitos nórdicos. Por ejemplo, Fjor, el hijo, después de demostrar su maldad, busca una redención al enamorarse de Gry, una joven humana con principios muy fuertes. Su padre le prohíbe tener una relación con ella y él se intenta saltar esa norma en una trama que no podría ser más cliché.

Fjor

También es algo más complejo Laurits, el hermano de Magne, que hace referencia al dios Loki. Es inteligente y le gusta sembrar el caos, pero está desaprovechado para lo mucho que podría haber intervenido en la temporada. Eso sí; al final, el joven revela toda la verdad en el que es uno de los mejores momentos de la ficción.

'Ragnarok' quiere dárnoslo todo, pero no lo consigue. A su historia de adolescentes le falta interés dramático, o mamarrachismo, o quizá ambas cosas. A los mitos nórdicos les falta introducirse de verdad en la historia, sorprendernos de una manera que no hayamos visto antes. A su crítica a la contaminación le falta salir del fiordo, del pueblo y de Noruega y mostrarnos consecuencias del cambio climático a un nivel mucho mayor. Y a la serie en general le falta encajar todos estos elementos en unas tramas que no hayamos visto antes o que, al menos, rompan en algo con lo que esperamos.

Series