El género de los espías es uno de los más explotados en el cine encontrando sagas archiconocidas como '007: James Bond' o 'Misión Imposible' y hasta otras con un tono más cómico y para un público infantil como 'Spy Kids'. Con dosis de acción a raudales, no ha importado sacrificar cierto realismo a favor de la espectacularidad, generado con ellos unos clichés ya muy asentados. Por ello e agradece cuando encontramos una oferta más cercana a la verdad.
Esto es lo que ha pretendido Gerardo Herrero con 'Raqa', película basada en la novela 'Vírgenes y verdugos' de Tomás Bárbulo, profundo conocedor del mundo árabe. Con ella nos trasladamos directamente al corazón del autodenominado Estado Islámico cuando en 2014 estableció su capital en la ciudad siria que da nombre a la cinta, donde implantaron un régimen de terror.
Bajo las sombras de la yihad, dos espías han de llevar a cabo la misión de dar caza a El Jordano, uno de los cabecillas del grupo fundamentalista. Son Haibala (alias El Saharaui), que ha logrado infiltrarse; y Malika, una enfermera de Ceuta al servicio de la Europol. En un escenario marcado por las ejecuciones sumarias, la esclavitud de las mujeres y los bombardeos, ambos intentarán cada uno por su lado y con diferentes métodos cumplir su objetivo hasta que inevitablemente sus caminos se acaben cruzando.
Víctimas y verdugos
A pesar de que la película comienza casi de lleno con el traslado a Siria de los protagonistas, después se toma su tiempo para ir presentándonos las fortalezas de sus personajes y su forma de trabajar. Ahonda en los dilemas que se les presentan y cómo tienen que sacrificar partes de su humanidad para sobrevivir y cumplir con su trabajo en un contexto de peligro y tensión máxima en el que el mínimo error puede costarles la vida.
Se despliega así un juego dual en el que Haibala y Malika son víctimas y verdugos. Es en este punto donde más brilla el trabajo de Álvaro Morte y Mina El Hammani, quienes a través de los silencios y la angustia trasladan esa guerra interna en la que has de aceptar estas dos partes como algo inevitable pero no exento de remordimientos. Para el papel tuvieron que aprender árabe fusha (la actriz, debido a su ascendencia marroquí, domina el darija), uno de los tres idiomas que escuchamos en el largometraje junto al español y el inglés. Es de valorar el esfuerzo por dotar de verosimilitud a la historia desde la lengua, dotándola de los matices y acentos de cada personaje.
Destaca también la producción, la ambientación y su fotografía. Si bien la intención de el veterano cineasta era ir a grabar a Raqa, esto se hizo imposible por lo que la película se ha rodado en Casablanca y Marrakech (Marruecos) y ya en España, en el desierto de las Bárdenas Reales, en Tafalla y en otras localizaciones de Navarra. Se nota que no es la primera vez que Herrero ha trabajado en nuestro país vecino y ha logrado una exquisita recreación que te traslada.
Desarrollo sosegado y giro inverosímil
'Raqa' retrata el drama sin excesivos alardes. Siendo una historia atractiva, no abusa de la acción prefiriendo un desarrollo sosegado. Intentando hacer de este su punto fuerte, acaba siendo su mayor debilidad pues todo el suspense generado no acaba encontrando un clímax a la altura. En los momentos álgidos se abusa del fuera de campo para que el público construya la imagen en su cabeza. No es necesario un festival de sangre y violencia, pero no habría estado de más algo más valiente y explícito.
Con guion de Irene Zoe Alameda, Herrero trae en 'Raqa' cuestiones políticas, sociales y económicas que enriquecen el conjunto. Por un lado somos testigos de la realidad de las mujeres, cómo son anuladas, sometidas, vendidas y esclavizadas. Por otro lado, el tráfico de arte como método de financiación de la guerra pero también como símbolo del saqueo cultural.
Mereciendo atención y siendo una cinta más que eficiente, 'Raqa' no evita que los acontecimientos y las casualidades se acumulen restándole verosimilitud. Culmina además de forma precipitada ofreciendo un final que rompe por completo con el tono mantenido a lo largo del metraje. Un giro inexplicable hacia una propuesta más comercial y convencional, algo de lo que se supone intentaba huir pero que finalmente acaba abrazando.
'Raqa' se estrena en cines el 22 de noviembre.