Es imposible odiar a Jake Gyllenhaal. Nadie en su sano juicio puede sentir la más mínima aversión por este actor: puede que no te gusten sus películas, puede que no te guste cómo actúa pero hay algo en su cara, en su sonrisa espontánea que te impide tenerle tirria. ¿Por qué? Bueno, eso vamos a intentar dilucidar hoy.
Gyllenhaal cumple 34 años convertido en uno de los mayores exponentes del cine americano actual. Aunque a lo largo de los años siempre ha tenido actuaciones muy destacables que nos han permitido mantenerlo en nuestras mentes ('Brokeback Mountain', 'Zodiac'), no fue hasta 2012 y 'Sin tregua' que no le llegó el espaldarazo definitivo: después, vendrían 'Prisioneros', 'Enemy' y 'Nightcrawler', y la constante incertidumbre de su nueva nominación a los Oscar... que nunca llega. Al menos, el pasado año, estuvo nominado a todo salvo a la estatuilla dorada. Un absoluto robo se mire por donde se mire.
En 2015, todo el mundo aseguraba su nominación porque tenía pendientes de estreno tres bombazos: 'Everest', 'Southpaw' y 'Demolition'; y, sin embargo, aquí estamos de nuevo sin rastro de él. Próximamente, repetirá con Antoine Faqua, protagonizará lo nuevo de Tom Ford y se verá las caras con Benedict Cumberbatch. Jake apuesta fuerte.