Si hay una película del cine clásico que aún perdura en nuestros días, dominados por los estrenos semanales de producciones mastodónticas, esa es 'Casablanca'. La película dirigida por Michael Curtiz y protagonizada por Humphrey Bogart e Ingrid Bergman, estrenada en el año 1942, es, sin lugar a dudas, una de las más especiales de la historia del cine. Probablemente sea también una de las mejores, pero, intentado dejar a un lado la subjetividad, la diversidad de opiniones del público y todas esas otras películas que tanta gente adora, tenemos que ceñirnos a un hecho: 'Casablanca' forma parte del imaginario popular, pues es un título conocido incluso por aquellos que no sienten interés por el séptimo arte.
Pero queda preguntarse por qué se ha convertido en una película tan importante para nosotros: ¿por qué ésta y no otras? ¿Qué tiene de especial para que volvamos a ella y una otra vez, sea en forma de texto o simplemente disfrutando por enésima vez de sus imágenes? Resulta cuando menos curioso que esta obra maestra la firme Michael Curtiz, pues no se trata de uno de los nombres más conocidos de la época dorada de Hollywood, al menos no entre determinado público de nuestro país. Si bien es probable que haya una gran diferencia entre esta obra y el resto de su filmografía, no deja de ser curiosa esta circunstancia.
En cualquier caso, nuestro papel es el de recuperar algunos de los motivos que han hecho que 'Casablanca' siga formando parte de nuestra memoria, además de ser uno de los primeros descubrimientos a realizar por cada nueva generación de cinéfilos. Aquí os dejamos 8 razones de peso por las que esta cima del cine sigue siendo un clásico (y, muy probablemente, lo seguirá siendo con el paso del tiempo). Sin embargo, no hay ninguna forma de comprobarlo más adecuada y valiosa que visionarla, disfrutar de todas sus imágenes y diálogos, y saborear el aroma a gran cine que desprende en todo momento.
8 razones por las que 'Casablanca' sigue siendo un clásico inolvidable
La química entre la pareja protagonista
Uno de los mayores atractivos de la película es la química existente entre los integrantes de la pareja protagonista: Humphrey Bogart e Ingrid Bergman. Si su sola presencia ya es un valor añadido, pues en sus apariciones individuales demuestran su calidad interpretativa, es en sus encuentros donde brillan con mayor fuerza, complementándose a la perfección y regalándonos algunos momentos tan potentes como bonitos. Si Bogart nos encandila con su labia, esa dialéctica que tanto le caracteriza y a través de la que se convierte en dueño y señor de sus diálogos, Bergman hace lo propio con su rostro, con su mirada y con la réplica constante que le ofrece a su compañero, encarnando además a un personaje que duda y que ama; y consigue transmitir ambos sentimientos a la perfección.
Los secundarios
El reparto de 'Casablanca' es brillante en su totalidad. Además de la pareja protagonista, destacan algunas caras conocidas entre el plantel de secundarios, como es el caso de Claude Rains, Peter Lorre, Sydney Greenstreet y Paul Henreid. Todos ellos llenan de vida a unos personajes de por sí jugosos, con mucho que ofrecer y mediante los que aprovechan cada minuto que tienen en pantalla, cada línea de guion que enuncian y cada encuentro con los dos colosos que protagonizan la película.
Tócala otra vez, Sam
Aunque su fama se debe a la confusión con el título de una película de Woody Allen, una de las frases más emblemáticas de 'Casablanca' es "Tócala otra vez, Sam". La frase original es "Tócala otra vez, Sam, en memoria de los viejos tiempos". Correcta o incorrecta, lo cierto es que esta frase ha trascendido en el tiempo y que hoy en día prácticamente todo el mundo la conoce. Pocas películas han calado de tal forma en el imaginario colectivo.
La maestría de Michael Curtiz
A pesar de no haber participado en la escritura de un guion que se revisaba todos los días antes de grabar, Michael Curtiz realizó un trabajo de dirección sobresaliente. Supo coordinar todos los elementos a las mil maravillas, elaborando uno de los trabajos de puesta en escena más brillantes que se hayan podido ver nunca. A la estupenda dirección de actores, en especial de los protagonistas, hay que sumarle el valor añadido que tiene haber suplido al gran William Wyler, que fue el primer nombre que se barajó para dirigir la película. En esta ocasión, es probable que nadie lo hubiera podido hacer mejor.
La música (y su uso)
Otro de los aspectos emblemáticos de esta obra maestra es su banda sonora, el empleo de la misma y su influencia en el comportamiento y la gestión sentimental de sus personajes. Sobre todo perdura en nuestro recuerdo el tema principal de la película, que, a pesar de haber sido creado diez años antes de su estreno, no fue reconocido hasta que acompañó a las imágenes del maravilloso film de Curtiz. Dicho tema se titula 'As Time Goes By', y seguro que es uno de los puntos clave de que el influjo de la obra haya trascendido hasta nuestros días.
Gestión de la incertidumbre
Es ejemplar la manera en que la película, a pesar de no ser ni mucho menos el típico film de intriga o suspense, mantiene en todo momento la incertidumbre ante lo que va a ocurrir a continuación, así como sobre cuál será el desenlace de la trama. Seguramente tenga mucho que ver la frescura que otorgaba esa reescritura matinal del guion, al mismo tiempo que el hecho de que los actores desconocieran el final de la película. Se respira espontaneidad, algo importantísimo para mantener enganchado al espectador y para hacer de esta obra una sumamente especial.
El amor y su idealismo
La historia de amor que hay en 'Casablanca', aunque mucho más verdadera y emotiva que la de prácticamente todos los filmes románticos, no es ni mucho menos convencional. Por una parte nos encontramos ante una mujer que quiere mucho a dos hombres, pero que sabe perfectamente cuál es el camino a seguir, aunque su corazón ofrezca alguna que otra duda. Por otro lado, ante un hombre que debe olvidar el idealismo romántico por una cuestión de integridad moral, pero también de amor. Por todo eso y por más cosas nos encontramos ante una película única, especial e indescriptible.
Un final poderoso
Aun haciendo un esfuerzo de memoria importante, sería muy complicado encontrar muchas películas con finales tan poderosos como el de 'Casablanca'. Sin que argumentalmente sea el final el soñado, el que muchos hubieran esperado, es sencillamente imposible imaginarse otra forma mejor de concluir. Es uno de esos cierres que nos deja pensando lo grande que es el cine y todas las posibilidades que ofrece. Es, definitiva, inolvidable; igual de inolvidable que la propia cinta.