Mientras que en 1996 'Scream. Vigila quién llama' revitalizaba el terror adolescente, en esa misma época sucedía lo mismo con las comedias juveniles, cuya revisitación entregó al espectador toda una serie de películas que pasarían a ser generacionales.
Igual que 'American Graffiti', 'Grease' o 'Desmadre a la americana' lo habían hecho en los setenta, y con la saga 'Porky's' o títulos como 'La chica de rosa' y 'Dieciséis velas' cual estandartes del género de los ochenta, llegó toda una oleada de títulos que venían a recuperar los arquetipos del adolescente en ejemplos que todos recordamos: 'Alguien como tú', 'American Pie', '10 razones para odiarte', 'Nunca me han besado', 'Crueles intenciones', 'Ya no puedo esperar' o 'Juego de campeones', por nombrar algunas.
La spoof movie de las películas teen
Del mismo modo en que 'Scary Movie' pasó a parodiar toda la nueva hornada de películas de slashers adolescentes, y mucho antes de que la burbuja de las spoof movies estallase con despropósitos del tipo 'Date Movie', 'Epic Movie', 'Disaster Movie' o 'Casi 300', 'No es otra estúpida película americana' recogió todos los tópicos del cine teen y los mezcló de forma inteligente para reírse de ellos.
Estereotipación mediante, cierto gusto por la escatología y bromas que traspasan lo políticamente incorrecto, el film de Joel Gallen, experimentado realizador televisivo en lo que supuso su primera (y única) producción para cine, continúa siendo mejor recordado que muchos de los títulos a los que rindió tributo mediante sus parodias. Es por ello que desde este especial queremos recordar algunos factores que hacen grande a la película, una de las mejores spoof movies de la historia del cine.
10 razones por las que 'No es otra estúpida película americana' es maravillosa
El vibrador gigante de Janey
Como si se tratase del personaje de Jason Biggs en 'American Pie', Janey Briggs (Chyler Leigh) se nos presenta en 'No es otra estúpida película americana' en plena actividad autocomplaciente.
Para ello, pone todo de su parte y se entrega en cuerpo y alma a un vibrador de proporciones descomunales, aprovechando el calentón que le provoca el ver a Freddie Prinze Jr. en 'Alguien como tú' en el televisor de su cuarto. El problema es que lo hace momentos antes de ser sorprendida por toda su familia, quien se presenta con motivo de su cumpleaños.
El cuento del Patito Feo
Chyler Leigh es la encargada de interpretar a Janey Briggs, un cruce entre la Rachael Leigh Cook de 'Alguien como tú', la Julia Stiles de '10 razones para odiarte' y la Molly Ringwald de 'La chica de rosa'.
Responde a la perfección al patrón de la "chica fea que acaba siendo guapa", a quien únicamente afean sus gafas de pasta, el cabello recogido en una coleta y un mono manchado de pintura, arte con el que deleitará al espectador en más de una ocasión por lo grotescamente infantil de sus representaciones pictóricas.
Una villana pasada de vueltas
¿Qué sería del cine sin las villanas? Y mejor aún, ¿qué sería de las películas adolescentes sin sus pertinentes estudiantes maquiavélicas? Pues que la vida sería mucho más aburrida, o al menos eso es lo que nos hace creer Mia Kirshner con su papel de Catherine.
Teniendo un poco de la Mackenzie de 'Alguien como tú', a quien interpretó Anna Paquin, y mucho de la fabulosa Kathryn Merteuil que Sarah Michelle Gellar llevó a cabo en 'Crueles intenciones', Kirshner tiene algunas de las frases más memorables de 'No es otra estúpida película americana', casi todas en relación a sus ganas por fornicar con su hermano, en una parodia que lleva al límite el carácter de Kathryn.
La jefa de animadoras
Antes de triunfar con 'Me llamo Earl' o la reciente 'Mom', Jaime Pressly únicamente consiguió lucirse en 'No es otra estúpida película americana', donde fue la prepotente jefa de animadoras Priscilla, una auténtica Chica Mala antes de que existiesen las 'Chicas malas'.
Inspirada en los personajes de Jodi Lyn O'Keefe de 'Alguien como tú' y de Kirsten Dunst en 'A por todas', sabe reflejar a la perfección lo de ser una auténtica zorra de instituto y se come la pantalla cada vez que comparte plano con algunos de sus compañeros.
Sandy Sue y el Tourette
No cabe duda de que 'Grease' es uno de los títulos clave del cine teen que han traspasado generaciones, y en 'No es otra estúpida película americana' no podía pasar por alto, ni que fuese rindiéndole homenaje con una parodia del personaje de Sandy, interpretado por Olivia Newton-John.
JoAnna Garcia Swisher se pone en la piel de Sandy Sue, una joven que pasa a formar parte del equipo de animadoras liderado por Priscilla, y cuyo principal aliciente no es otra cosa que la retahíla de barbaridades que suelta por la boca debido a su síndrome de Tourette.
El banana split
Antes de ser el Capitán América del Universo Cinematográfico Marvel, incluso antes de que fuese el Johnny Storm en la horrible 'Los 4 fantásticos' y su secuela, Chris Evans fue un émulo del Freddie Prinze Jr. de 'Alguien como tú' y del James Van Der Beek de 'Juego de campeones' con uno de sus primeros roles protagonistas en el cine, el de Jake Wyler, el tipo popular del instituto.
Siendo ya conocedor de su sex appeal, el actor no se cortó ni un pelo mostrándose con un banana split sobre su cuerpo para así poder seducir a la ingenua de Janey Briggs.
La anciana infiltrada
Parodiando el personaje de Josie Geller de 'Nunca me han besado', la comedia en la que Drew Barrymore era la correctora de un periódico que se infiltraba en un instituto, Beverly Polcyn interpreta a Sadie Agatha Johnson, quien a diferencia del personaje de Barrymore no es una veinteañera a la que nadie ha besado, sino que es una mujer septuagenaria con unos estilismos de colegiala absolutamente maravillosos, muy en la línea de lo que nos tiene acostumbrados esa diosa de lo hortera incapaz de asumir su edad. Exacto: Ana Obregón.
Por si fuera poco, Sadie recibirá unas clases sobre cómo besar por parte de la propia Catherine Wyler (Mia Kirshner), emulando el mítico morreo entre Sarah Michelle Gellar y Selma Blair en 'Crueles intenciones', aunque esta vez con muchas más babas que en la película original.
Lacey Chabert riéndose de Jennifer Love Hewitt
Si existe un título clave dentro de la oleada de película adolescentes de finales de los noventa, ese es 'Ya no puedo esperar', el cual pasó con más pena que gloria entre público y crítica pero que ha sido recuperado con el tiempo como un film con cierto aire de culto. En él, un joven Ethan Embry estaba perdidamente enamorado de Amanda, interpretada por Jennifer Love Hewitt en el momento previo a saltar al estrellato (algo cuyo motivo aún nadie entiende) como pseudo actriz de único y aburrido registro.
Porque seamos francos: ver en acción a Hewitt es un verdadero sopor, ya sea huyendo de un pescador asesino, viendo fantasmas o enamorándose de alguien. Es por eso que cuando vemos a Lacey Chabert siendo una Amanda mejor que la Amanda original, es imposible aguantarse la risa, ya sea por el tremendo parecido o porque sabe definir a la perfección lo risiblemente estúpidas que resultan todas las apariciones de aquella en 'Ya no puedo esperar'.
Cantando al incesto
Como en toda buena película de adolescentes que se precie, nunca puede faltar un número musical, y aunque el de 'No es otra estúpida película americana' no pasó a la historia de la música, merece ser recordado tan solo por lo hilarante del personaje de Mia Kirshner (una vez más), quien mientras retoza en su cama con un retrato de su hermano de sangre, canta eso de "So, if we have the same mother. Tonight I'm gonna fuck my brother" ("Aunque tengamos la misma madre, esta noche follaré con mi hermano"). Tan políticamente incorrecto como desternillante.
El cameo de Molly Ringwald
El personaje de Chyler Leigh no se cansa de ver las películas de Molly Ringwald, quien en los ochenta protagonizó 'La chica de rosa', 'Dieciséis velas' y 'El club de los cinco', entre otras.
La propia Ringwald aparece a modo de cameo al final de 'No es otra estúpida película americana' como una asistente de vuelo en el aeropuerto, y es quien anima al personaje de Chris Evans a que luche por Janey, haciendo una especie de lectura metacinéfila sobre las propias reglas de las comedias románticas y del cine para adolescentes.