En una época en la que estamos resabiados por culpa de tantísimo contenido audiovisual, el aire fresco puede venir del sitio menos pensado: una representante de actores en horas bajas, un adolescente psicópata que se enamora y ve frustrados sus planes de asesinar o, en el caso que hoy nos atiene, una mujer que descubre su vocación como humorista en los últimos años de la década de los 50.
'La maravillosa Señora Maisel' es una fantasía que no te esperas encontrar, el bombón de la caja al que te acercas sin demasiada confianza y te enamora por el amplio abanico de texturas y sabores que despierta en tu paladar. Es una rara avis, es un canto al feminismo a pecho partido pero, al mismo tiempo, es un fresco de una época no tan lejana y que vemos fácilmente extrapolable a la actualidad.
Para quien no la conozca, la Señora Maisel es una mujer muy de su época: muy sumisa de su marido, atada en corto a sus pies, dedicada madre de familia y entusiasta ama de casa; sin embargo, el Señor Maisel no debe ver en ella lo que vemos los demás y tiene una aventura con su secretaria, echando por la borda todo lo que había construido con su mujer, que no era poco.
La misma noche que todo explota, la Señora Maisel se emborracha y acaba en el club de micro abierto donde ha acompañado en numerosas ocasiones a su marido y, para sorpresa suya y de todo el mundo, es bastante mejor que él en el escenario contando chistes sobre su vida privada. Descubre así una nueva puerta que podría abrirle un camino que ni ella pensaba que pudiera estar entre sus planes.
Verborrea, mala baba y tres cucharadas de azúcar
Su primera temporada, de ocho episodios, es una montaña rusa de acelerados diálogos, afilados monólogos y una dosis perfecta de comedia romántica que adereza todo un conjunto armónico que resulta agridulce al paladar del espectador, quien no puede parar de devorar, cucharada a cucharada, la deconstrucción de Miss Maisel que han preparado los inteligentes guionistas.
Avalada por el Globo de Oro, el Critic's Choice y el Emmy a Mejor Comedia en las últimas ediciones, entre otros muchos premios, 'La maravillosa Señora Maisel' es un imprescindible que regresa con su segunda temporada el próximo 5 de diciembre. Si aún no la has visto, corre, la tienes completa en Amazon; pero, antes, echa un vistazo a las seis razones que te damos para no perdértela.
6 razones para engancharte a 'La maravillosa Señora Maisel'
Rachel Brosnahan
Es, sin lugar a dudas, lo mejor de la serie. Brosnahan es simplemente extraordinaria, un imán que atrapa tu mirada y, no solo la suelta, sino que la embelesa, embruja y enamora hasta que no puedes más que caer rendido ante sus encantos.
Yo, personalmente, la he conocido con este personaje y, quizá por ello, el impacto haya sido mayor, pero Brosnahan tiene una extensa carrera en el cine y la televisión que se inició en 2009, con 'La semilla del mal'. Muchos la recordarán por su papel en 'House Of Cards', por la que fue nominada a un Emmy, o, por la menos conocida, 'Manhattan'. En pantalla grande, la hemos visto recientemente en 'Día de patriotas' o 'La hora decisiva'.
Pero lo que hace en 'La maravillosa Señora Maisel'... Eso, siguiendo con los términos culinarios, es alta cocina: es el trabajo capaz de encumbrar a una intérprete hasta el Olimpo de las estrellas. Ahora mismo, habrá muchos que estén pensando que exagero, pero tendréis que acercaros a ella para saber si el Globo de Oro que recibió a principios de este año es merecido.
Y ya os digo yo que sí.
Los secundarios
Pero una serie no es solo su protagonista y la creadora de 'La maravillosa Señora Maisel' lo sabe; por ello, ha construido a su alrededor un precioso universo plagado de robaescenas que luchan con Brosnahan por ser lo mejor de cada episodio.
Desde su marido, un Michael Zegen que calibra a la perfección el ser irritable con el ser adorable, hasta sus padres, los fantásticos Marin Hinkle y Tony Shalhoub que dibujan el lado más conservador de esta familia judía de los 50 y que harán las delicias de aquellos que busquen un humor más clásico, gestual, que nos recuerda a comedias como 'El apartamento' de Billy Wilder.
Pero, si hay una secundaria que puede arrebatar algún elogio a Brosnahan, ésa es Alex Borstein. Con una vis cómica absolutamente contraria a la de la protagonista, crea un extraño matrimonio con ella que, aunque al principio parezca que va a descarrilar, es la sinergia que necesita la serie para llegar a buen puerto.
Los premios
Como ya hemos dicho antes, la serie cuenta con una larga lista de premios gracias a su primera temporada: se alzó ganadora como la Mejor Comedia tanto en los Globo de Oro como en los Emmy, Brosnahan fue elegida mejor actriz también en ambos, así como, en los Critic's Choics.
Además, en los Emmy, fue premiada Alex Borstein y la directora y guionista de la serie, por ambos trabajos, Amy Sherman-Palladino, así como, la música y el reparto al completo.
Los monólogos
En todos los episodios, Amy Sherman-Palladino encuentra un momento para trasladarnos a un bar, un teatro o un espacio concreto de las calles de la ciudad y dejar a su personaje estrella que hable directamente desde las entrañas a los oyentes que pasan por allí (para deleite de los propios espectadores).
El matrimonio, la posición de la mujer entonces o las tradiciones judías se juzgan de manera acertada y divertida capítulo a capítulo.
La ambientación y vestuario
Sorprende lo cuidado que está todo: los detalles de las calles, las casas, los utensilios, los coches, la ropa,... Todo está milimétricamente estudiado para que nada rechine, nada nos salte a la vista y nos saque de la diégesis.
Y una maravilla más: poder escuchar audios de humoristas de aquella época. Hilando muy fino.
El empoderamiento femenino
Como ya habíamos mencionado al principio, la serie es un canto a la libertad femenina, al 'do it yourself' que experimentaron poco a poco las mujeres tras ser liberadas del yugo de sus maridos, pero desde un punto de vista divertido, a ratos agridulce, pero, en definitiva, muy divertido.
