A mediados de 2013, el barrio de Chamartín se quedaba sin una de sus salas de cine más emblemáticas: los cines Morasol echaban el cierre definitivo y dejaban a los habitantes de la zona (más de 140.000) sin una sala de cine.
Inaugurado en 1964, con gran apogeo durante la época de la Movida y situado en la calle Pradillo, entre las plazas de Cataluña y Prosperidad, Morasol ya reabrió en 1997, pero tras la devastadora crisis económica actual, fue uno más de todos los cines que cerraron en todo el país. La buena noticia es que, tres años después, se van a convertir en la primera sala de cine en abrir en la capital desde el comienzo de la crisis.
Ha sido gracias al empresario Iñaki Núñez, dueño del Grupo Conde, que ha sido posible tal hazaña. "Los vecinos están entusiasmados, porque no se lo pueden creer y dicen: '¿¡Cómo se va a abrir un cine ahora!?'", dice Núñez, tal y como recoge El Mundo.
Los cines conservarán las seis salas, con un aforo para 1.300 personas, y la cartelera congregará estrenos comerciales y títulos en versión original subtitulada, debido al acuerdo entre el grupo Conde Duque con los cines Verdi. También tendrá lugar una programación alternativa, con retrospectivas y pases especiales de ballet y ópera.
Una hazaña arriesgada
Iñaki Núñez, quien en 1992 distribuyese en nuestro país 'Instinto básico' y que fue uno de los co-productores de 'La novena puerta' de Roman Polanski en 1999, se lamenta de que el Estado no otorgue ayudas a los exhibidores, mientras que productores y distribuidores sí que cuentan con ellas. Por si fuera poco, hace referencia a la tendencia política, dejando claro que aquellos a quienes no militan con el PP, se les cierran puertas. "¿Por qué se nos castiga de esta manera, si no tenemos culpa de nada?", dice el empresario.
Con un cálculo de inversión de unos 500.000 euros al año (sin incluir el pago de los títulos a exhibir) y gracias a la pasión de quienes han conseguido apostar por un plan que muchos tacharán de arriesgado, será a finales de octubre cuando las puertas de los cines Morasol abran de nuevo y la cinefilia vuelva a impregnar las calles del barrio de Chamartín.