El artículo contiene spoilers del episodio "Una sonámbula, un hombre florero y un ácaro en chándal" de 'La que se avecina'.
Nunca es fácil matar a uno de los personajes históricos de una serie. Ni para los creadores ni para los espectadores. Los vecinos de Mirador de Montepinar han perdido a uno de sus leones, Leonardo Romaní, más conocido como Leo. Su intérprete, Luis Miguel Seguí ('Del lado del verano'), decidió abandonar 'La que se avecina' en el último momento, cuando los guionistas ya tenían escritos algunos capítulos de la novena temporada. El resultado: Leo deja viuda Alba Recio (Víctor Palmero) al fallecer tirándose en paracaídas.
Ahora, sus vecinos deberán hacer frente a esta gran pérdida para los leones de Montepinar, mientras que los intérpretes echaran de menos a Seguí. eCartelera.com ha hablado con el reparto y equipo creativo de la serie para conocer su opinión sobre la salida del personaje y la decisión de matarlo.
"Nos hacía más gracia el sufrimiento de Alba, que no matar a alguien en una serie cómica. No fue por el actor. Es bastante más light de lo que parece", afirma Laura Caballero. "Teníamos que desenamorar rápido a Alba, entonces pensamos que lo más cruento era lo más efectivo. Somos fans de los accidentes", añade Alberto Caballero. Palmero tuvo que asumir el reto de perder a su pareja en la ficción: "Me preocupaba mucho cómo podía vivirlo la audiencia, es una marcha dura y va a afectar mucho a la comunidad". Pero, tranquilos, Eva Isanta confirma que los espectadores más encariñados con Leo podrán ver cómo se "rinde un gran homenaje". Además, el personaje "estará muy presenta a lo largo de las primeras tramas".
No solo Alba verá afectada su trama por este fallecimiento, los leones del Max&Henry pierden a otro de sus leones más emblemáticos. "Ha sido duro y complicado porque Amador se fraguo mucho desde Luis Miguel. Al principio me sentía como muy descolocado", confiesa Pablo Chiapella. Tras la salida de Seguí y Eduardo Gómez, el bar de Montepinar está cada vez más vacío, tal y como comenta Antonio Pagudo: "Tenemos un problema, nos estamos quedando sin leones en la manada".
Nadie dijo que perder a uno de los leones fuera fácil y uno de sus compañeros, Ricardo Arroyo, se sincera sobre esta salida. "He sentido mucho la marcha de Luismi, porque creo que estaba muy bien el papel y era un buen compañero. Nadie le ha puesto un puñal en el pecho para que se vaya, lo ha decidido él. Creo que se equivocó y el tiempo me dará la razón, creo que ya en este momento está pensando que se ha equivocado. Cada uno es dueño de sus actos", explica.
Así era Leo Romaní
Tras 109 episodios en la ficción de Telecinco, Leo era uno de los personajes históricos de 'La que se avecina'. Atrás quedarán sus tramas con los leones en el bar de Montepinar 7. El single del edificio no volverá a deleitarnos con su incontinencia verbal, ni siquiera podremos escuchar cómo Amador le dice su popular frase: "No toques, ¿por qué tocas?". Este vendedor de aspiradoras deja viuda a su amada Alba que perderá a su novio tras tres meses de relación. Hasta siempre, Leo.
Las novedades de la novena temporada de 'La que se avecina'
Teodoro (Ernesto Sevilla)
El hermano de Amador llega a la urbanización de visita y su estancia se prolongará indefinidamente cuando el Cuqui le convenza para que se quede a vivir con él. La idílica convivencia entre los hermanos Rivas se complicará cuando Teodoro inicie un noviazgo con Alba, la hija transexual de los Recio, hecho que suscitará los celos de Amador. Optimista y romántico, Teodoro desea fervientemente que su novia se opere para poder consumar su relación. Además, su excelente labor como gestor le permitirá reflotar Mariscos Recio, iniciativa de la que recelará Antonio, convencido de que el novio de su hija es un advenedizo que pretende arrebatarle su imperio empresarial.
Alba (Víctor Palmero)
La fatalidad y las grandes dificultades marcarán los primeros compases de la nueva vida de Alba en su regreso al complejo residencial: un accidente de paracaídas culminará con la inesperada muerte de Leo y el proceso de su cambio de sexo se prolongará más de lo esperado. El fallecimiento de su novio sumirá a la hija de Antonio y Berta en una profunda depresión, situación de la que logrará salir tras enamorarse de Teodoro, a quien desea entregarse plenamente.
Vicente (Ricardo Arroyo)
A sus 65 años, Vicente se verá obligado a asumir la mayor responsabilidad de su vida: la presidencia de Montepinar 7, cargo al que llegará tras la celebración de un sorteo que aceptará cuando su hijo Javi se ofrece a costearle el fútbol de la televisión de pago. En su mandato presidencial le acompañará Fermín, su asesor personal y mano derecha, que le animará a poner en marcha catastróficas iniciativas. La alta morosidad, los continuos enfrentamientos entre los vecinos y los pésimos consejos de Fermín provocarán las airadas quejas de los residentes de Mirador de Montepinar, hecho que llevará a Vicente a pedir ayuda a Enrique, su predecesor, que no podrá desentenderse de la nefasta gestión de la cúpula presidencial debido a su innato sentido de la responsabilidad. Mientras, Antonio, herido en su amor propio cuando los demás propietarios rechazan su candidatura presidencial, decide crear innumerables problemas a la comunidad.
Los Cuquis (Pablo Chiapella y Eva Isanta)
Convivir juntos bajo el mismo techo aparentando ser una familia ideal es la estrategia que pondrán en marcha Amador y Maite para recuperar a sus hijos, caso que ahora llevará Mercedes, la nueva y estricta asistente social. Convertida en una escritora de novela erótica de éxito, Maite disfrutará de una vida acomodada mientras descubre que su privilegiada situación económica suscita los recelos y la envidia de los vecinos. Para controlar a Amador, le pondrá un sueldo mientras su "ex", convertido en "hombre florero", luchará por recuperar su admiración. La convivencia entre ambos será insostenible y Maite acabará echándole de su hogar: él iniciará un noviazgo sin querer con Yolanda, la empleada de una Retoucherie, y ella, que desea disfrutar al máximo de sus últimos años de atractivo, se enamorará de un artista multidisciplinar.
Chusa (Paz Padilla)
Determinada a rehabilitarse, la exnovia de Coque comienza a trabajar en casa de Maite, sin remuneración alguna pero a cambio de cobijo. Para ganar algo de dinero, Chusa ejercerá su antigua profesión esporádicamente. Su vida se complicará sobremanera cuando los Cuquis logren finalmente la custodia de sus hijos, ya que a su larga lista de tareas domésticas cotidianas se sumará una más: el cuidado de Carlota, Nano, Rodrigo y "Ojos de Pollo". A pesar de verse sobrepasada por la situación, verá aflorar nuevamente su instinto maternal y comenzará a plantearse la maternidad en solitario.
Enrique y Araceli (José Luis Gil e Isabel Ordaz)
Una llamada de la dirección de su partido pondrá fin al apacible retiro de Enrique: la alcaldesa ha sido imputada y él debe convertirse en el nuevo regidor del ayuntamiento hasta que finalice la legislatura. Tras aceptar la propuesta, su vida se convertirá en un infierno: las presiones de su partido, los oscuros intereses económicos de diversos lobbies y el continuo acecho de vecinos y allegados determinados a sacar provecho de su amistad serán una constante. Decidido a no transigir con las múltiples peticiones, no tardará en recibir las primeras amenazas. Acomplejado por su asesora, convencerá a Araceli para que ejerza de primera dama en los actos públicos. Su exmujer desatará el interés de dos pretendientes: Fermín y el señor Zhong, un poderoso inversor chino.
Los Recio (Jordi Sánchez y Nathalie Seseña)
Recién casados, los Recio tendrán que abordar el delicado anímico de Alba, en shock tras el repentino fallecimiento de su amado Leo. Acuciado por las deudas, el inicio de la debacle de su imperio empresarial y el acecho de Hacienda, Antonio afrontará uno de los mayores reveses de su vida cuando Alba decide someterse a una operación de cambio de sexo. Mientras Berta sufre por el grave desencuentro entre su marido y su hija, él boicoteará la gestión de Vicente y Fermín. Recuperar el control sobre su familia, su empresa y la presidencia del complejo residencial será su prioridad absoluta.
Raquel, Nines y Coque (Vanesa Romero, Cristina Medina y Nacho Guerreros)
Enamorado "hasta las trancas" de Nines, Coque está determinado a dar un paso adelante en su relación. Llevan tres años de noviazgo, sus respectivos padres se conocen y según él, ya ha llegado el momento de pasar por el altar. Obcecado con casarse con su novia, emprenderá la búsqueda del anillo de pedida para convencerla de que de el "sí, quiero". Testigo de sus desvelos será Raquel, la prima de Nines, que convive bajo el mismo techo que la pareja y que encontrará la estabilidad profesional tras incorporarse a la plantilla de una galería de arte.
Fina (Petra Martínez)
Arisca, retorcida e intransigente, Fina proseguirá su particular cruzada contra los residentes de Mirador de Montepinar. Tras martirizar a los Recio con sus ruidosas y atípicas costumbres nocturnas, la anciana la tomará con Javi y Lola, pareja que no dudarán en plantarle cara. Sin embargo, el matrimonio Maroto no será la única víctima de la excéntrica propietaria, que también le hará la vida imposible a Araceli.
Judith (Cristina Castaño)
Angustiada por la cercanía de los cuarenta y en conflicto permanente con Enrique, a quien recrimina que apenas se haga cargo del cuidado de Dylan, Judith afronta una etapa particularmente difícil. Vivir en paz, desvincularse de los problemas comunitarios y ampliar su horizonte profesional serán sus principales objetivos. En el plano sentimental, encadenará un fracaso tras otro mientras intenta rehacer su vida: un vigoréxico, un ultracatólico, su nuevo jefe y hasta Amador serán algunas de sus fugaces conquistas.
Lola y Javi (Macarena Gómez y Antonio Pagudo)
Sabe que no le pega nada pero, aun así, está decidida a convertirse en una devota esposa, una fabulosa madre y un ama de casa perfecta. Ante la falta de proyectos laborales como actriz, Lola, en su nuevo rol, volcará su energía en su familia criando a su hija y buscando una mayor intimidad con su marido. Javi, en cambio, agobiado por la triple carga familiar -Ursulita, Fermín y Vicente-, desea que su esposa encuentre trabajo cuanto antes, mientras espera que la desastrosa gestión de su padre como presidente de la comunidad no le salpique.