'[REC] 4' abre la 47ª edición del Festival de Sitges sin generar entusiasmo

Arrancó el Festival Internacional de Cine de Sitges, que permitirá a los cinéfilos disfrutar como cada año de una programación centrada en el terror y el fantástico. Lo hizo con la esperada '[REC] 4' que -en principio- cierra la que ya es sin duda la más célebre saga de terror de nuestro cine, desde que precisamente comenzara su existosa andadura conquistando al público y a la crítica del festival en el otoño de 2007, con una descarnada y vibrante entrega de terror 'found footage' (material de vídeo encontrado) que nos hacía saltar de la butaca con sus abundantes sobresaltos.

Jaume Balagueró cierra el círculo, dejando en este caso a su socio Paco Plaza (que rodó la acertada y salvajemente cómica tercera parte) como coguionista de una historia que renuncia ya al método del 'found footage' para ofrecer un terror de técnica (y temática) convencional, que centra su acción en un barco en el que viajan varios portadores del virus letal que conocíamos en la primera entrega. La película es competente, está rodada con profesionalidad y buen hacer en la técnica, pero por desgracia carece del carisma y los elementos más lúdicos (el humor, los jugueteos con el montaje) que hacían de la saga hasta ahora algo alejado de una serie B al uso.

Pero los problemas de '[REC] 4' no son solo de agotamiento de formato. Los personajes que aquí centran la atención de la trama son dos policías mamporreros que parecen sacados de un monólogo de Agustín Jiménez, mientras Ángela Vidal (Manuela Velasco) sigue sin tener fuerza una vez despojada de su micro y su cámara, por mucho que el clímax intente convertirla en una copia de la teniente Ripley, y el único que deja cierta huella en esta ocasión es Ismael Fritschi que se erige en inesperado héroe de una historia con más acción que sobresaltos, que por desgracia deja atrás los escalofríos y la diversión que proporcionaban los capítulos anteriores. Un cierre sin duda agridulce.

Found Footage para desayunar

Antes, a primera hora, pudimos ver 'Creep', incursión en el terror del ídolo del mumblecore Mark Duplass, bajo la dirección de Patrick Brice, con quien actúa y escribe el guion de una curiosa muestra de humor negro que utiliza el 'found footage' en una historia inquietante que juega al despiste con el carácter de su protagonista, un hombre de lo más peculiar que contrata a través de Craiglist a una persona para que grabe un vídeo-legado para su hijo no nacido, ya que padece una enfermedad terminal. Su giro final es demoledor y sin duda lo más impactante de una cinta que da la sensación de alargarse en exceso (y eso que dura tan solo 80 minutos...)

En la tarde, el festival proyectaba un curioso programa doble australiano formado por el thriller 'Predestination' y la comedia 'Space Station 76'. La primera es una atractiva historia de viajes en el tiempo en la que participa Ethan Hawke y que dirigen los hermanos Spiering, con los que ya colaboraba en 'Daybreakers'. Aunque algunos tilden su alambicada historia de predecible, sus revelaciones finales van a dejar clavado en la butaca a más de uno. La película tiene ritmo y atmósfera, logrando además identificarnos con el padecimiento psicológico de la protagonista (una excelente Sarah Snook) en una inaudita odisea vital que no desvelaremos.

En cuanto a 'Space Station 76' es una comedia de atractivo reparto (de Patrick Wilson a Liv Tyler, pasando por el televisivo Matt Bomer) ambientada en una nave espacial de ambiente 'retrofuturista'. El humor brusco y la estética setentera se dan cita en un festival de gags deslavazado y cuya chispa (basada en un una comicidad de trazo grueso) es tan solo puntual. Algunos personajes no funcionan y por momentos deriva hacia un tedioso culebrón intergaláctico. Un trabajo flojo para cerrar lo que tan solo es la jornada inaugural de un Festival que sigue en marcha hasta el próximo día 12.