'Dolor y gloria' ha sido la flamante triunfadora de la 34ª edición de los Premios Goya. Aunque la gala ha tenido un tono marcadamente blanco, no estuvo exenta de menciones políticas, especialmente por la asistencia del presidente del gobierno, Pedro Sánchez. Reivindicaciones que, este año, se han unido a mensajes de fuerte calado social, con discursos en los que se ha reivindicado la igualdad, el derecho de los inmigrantes y refugiados y la tolerancia.
El primero fue Pedro Almodóvar. El cineasta manchego subió a recoger el premio al mejor guion original. El oscarizado realizador ya había advertido de que iba a hablar "cara a cara" con el presidente del gobierno. Y cumplió su palabra. "Va a ser el coautor del guion de todos nosotros, de los ciudadanos españoles y espero que le vaya muy bien", comenzó a decir Almodóvar, recordando que Pedro Sánchez estará en el poder durante cuatro años. "Espero que en ese tiempo le vaya muy bien, porque nos irá bien a todos", añadió.
En clave política también Almodóvar reivindicó la necesidad de proteger el cine de autor. Cuando el cineasta subió al escenario junto con los productores del filme para recoger el cabezón a la mejor película, quiso recordar la situación precaria del cine de autor, cuya producción se ha visto mermada desde la aparición de las plataformas. "El cine autoral, el independiente, el que se hace fuera de los márgenes de las televisiones y las plataformas, está en serias vías de extinción y necesita protección, no ya de su gobierno [refiriéndose al gobierno socialista], pero del Estado, porque ese será nuestro futuro", zanjó, siendo un discurso que provocó el aplauso unánime de los asistentes.
Una mirada hacia las cuentas pendientes del pasado
Iñaki Díez, Alazne Ameztoy, Xanti Salvador y Nacho Royo-Villanova, el equipo de 'La trinchera infinita', que obtuvieron el Goya al mejor sonido, recordaron a "todos los Higinios", haciendo referencia a los años de encierro que vivió el protagonista de la película, protagonizada por Antonio de la Torre. "Le dedicamos el premio a todos aquellos que tuvieron que vivir una desaparición forzada", comentaba uno de los ganadores, terminando con una reivindicación por esas personas. "Hay que hacerlas aparecer, por sus familias, ahora, porque mañana seguirá siendo tarde", concluyó.
Enric Auquer, ganador del Goya al mejor actor revelación por 'Quien a hierro mata', también cerró su discurso de agradecimiento con un mensaje político. "Gracias a todas las antifascistas del mundo. ¡Aúpa ahí!", dijo. Más en clave social se mostró Silvia Venegas, ganadora del Goya al mejor corto documental por 'Nuestra vida como niños refugiados en Europa', con la que denunciaba la situación de muchos menores en una situación límite: "Gracias por ayudarnos a decir que los niños refugiados son, ante todo, niños y tienen que estar especialmente protegidos", declaró, añadiendo que el cine documental con mirada social "necesita más espacio de difusión" y que "llegue a más gente". "Ojalá construyamos una España, una Europa, donde ningún niño tenga miedo ni pierda las ganas de vivir", concluyó.
Mensaje de apoyo para los refugiados
También mostró su apoyo a los refugiados la ganadora del Goya al mejor documental. Nata Moreno, directora de 'Ara Malikian: Una vida entre las cuerdas' recordó al padre del violinista libanés. "Su hijo ahora es un hombre que vive feliz", recordando que el músico tuvo que huir de su país con 14 años a causa de la Guerra del Líbano. "Los inmigrantes y los refugiados no somos los causantes de los problemas de la sociedad", declaró Malikian, que también subió al escenario.
Efectivamente, la gala ha reivindicado más la vena social. El mejor ejemplo es el discurso que dio el presidente de la Academia de Cine, Mariano Barroso, que comenzó dando palabras de apoyo y de solidaridad a los afectados por las inundaciones que han afectado al litoral mediterráneo, para, posteriormente, recalcar el valor social que tiene el cine. "Hoy, y cada día con su trabajo, la gente del cine quiere reivindicar el país con el que se identifica. Un país de gente que trabaja en silencio, concentrada y sin aspavientos. Un país de convivencia y de respeto. Un país de todas y todos. Déjenme decirles que nuestro cine está lleno de esa gente. Decenas de miles de familias viven de este oficio", declaraba Barroso.
"Esa es nuestra definición del éxito: contar historias con las que nuestro público se identifique. Viva donde viva y piense como piense", continuaba declarando, destacando que en las películas se pueden "compartir preguntas para las que", quizás, no se tenga respuesta. "Romper prejuicios, clichés y estereotipos", concluía.
Discurso con mirada social
Emilio Buale, actor de 'El hoyo' y de origen ecuatoguineano, presentaba también un premio y aprovechaba para recordar que sentía "muy orgulloso" de "formar parte" de un país donde se vive y se "deja vivir". También hubo un momento cómico en el que una rider traía para entregar un premio Goya, recordando la situación de precariedad de estos trabajadores. Además, durante toda la gala, los presentadores, Andreu Buenafuente y Silvia Abril, lanzaron varias pullas acerca la desigualdad o la ausencia de mujeres cineastas en la categoría de mejor dirección.
Irene Moray, directora de 'Suc de Síndria', subió a recoger el Goya al mejor cortometraje y lanzó un discurso alentador a las mujeres que habían sufrido abusos sexuales. "A todas las supervivientes, todas estas mujeres tienen derecho a hacer ruido, a triunfar, a disfrutar de la vida, a correrse, a ser quien ella quieran ser", declaraba. El pianista británico James Rhodes, antes de hacer la presentación de 'La trinchera infinita', mostró su apoyo a los niños y adolescentes que han sido víctimas de abusos sexuales en los centros de menores de Mallorca. "Quiero dedicar mi discurso a estos niños, que han sido explotados", comentaba. Rhodes, en su infancia, fue víctima de abusos sexuales.
La prestigiosa periodista Rosa María Calaf subió a presentar 'Mientras dure la guerra' y aprovechó para recordar el desafío que tienen los profesionales de la comunicación para informar debidamente. "Nos están poniendo cada vez más difícil saber lo que es verdad y lo que es mentira", dijo. Una noche con mensajes de fuerte calado social que tienen en común la búsqueda de la convivencia y del respeto.