'Mirrors' ('Reflejos') es la película que dará el pistoletazo de salida a esta 41ª edición del Festival de Sitges. Dirigida por Alexandre Aja, joven cineasta galo que, a pesar de bautizarse con Furia, se dio a conocer tanto con 'Alta tensión' como con el fantástico remake de ese clásico de Wes Craven titulado 'Las colinas tienen ojos', 'Reflejos' viene precedida de una notable expectativa, a la espera de saber qué nos deparaba la nueva película del talentoso cineasta.
Protagonizada por Kiefer Sutherland, Paula Patton, Cameron Boyce, Erica Gluck, Amy Smart, Mary Beth Peil y Jason Flemyng, Reflejos cuenta la historia de Ben Carson, un antiguo policía que, tras matar a un hombre, decide abandonar el cuerpo y reciclarse a guardia de seguridad de los almacenes Mayflower, devastados hace años por un terible incendio. El ex-policía comenzará a ver extrañas imágenes reflejadas en los imponentes espejos del lugar.
La asociación entre espejos y muerte ha acompañado a la humanidad desde tiempos ancestrales, desde Roma al Lejano Oriente, dando pie a todo tipo de mitologías y creencias y, por ende, a sus inherentes alegorías filosóficas. Como era de esperar, el mundo del arte no dudó en servirse de tan explotable símil, alcanzando sus cotas más altas en la literatura gótica, donde los relatos de espíritus atrapados en espejos se reproducieron por doquier.
Paso atrás
En dicha premisa se inspira 'Reflejos', nuevo remake hollywoodiense inspirado en la película surcoreana de 2003 'El otro lado del espejo', y que significa una completa decepción en la hasta el momento notable filmografía de Alexandre Aja. En 'Reflejos', la impronta del talentoso cineasta galo se limita a su habitual buen quehacer en las funciones meramente estéticas y en su puntual sadismo, ofreciéndonos una ghost story manida donde las haya que en ningún momento pretende innovar en modo alguno ni deshacerse de los tópicos postulados por el género.
Con unas interpretaciones bastante criticables, que abarcan desde unos secundarios irritantemente planos a modo de nominal comparsa hasta un Kiefer Sutherland que en ningún momento nos resulta mínimamente creíble, Reflejos divaga por una lograda atmósfera sin encontrarse en ningún momento a sí misma, trampeando el inevitable descalabro que ya se augura tras unos primeros compases de película antecedidos por una relativamente prometedora escena introductoria. De este modo, 'Reflejos' no funciona ni como mera historia de terror ni como drama, sirviéndose del prototípico paralelismo de la redención del perdedor a través de la resolución del conflicto, resultando, por contra, algo más aceptable en su faceta de thriller, en una película que, a pesar de encontrarse -sobretodo técnicamente hablando- bastante por encima de pestiños como 'The eye' o 'Retratos del más allá', no puede sino decepcionarnos sobremanera.
Alejándose del cliché asiático de terror, 'Reflejos' trata de evocar con un fallido romanticismo académico ese terror típico norteamericano en base a la mitomanía de la casa encantada, remontándonos constantemente tanto en su fotografía como en su banda sonora a títulos como El resplandor o incluso Poltergeist, películas de las que Reflejos se nutre constantemente en un contínuo intento de equipararse a ellas, desgraciadamente, dejando a un lado facetas tanto guionísticas como interpretativas.