Las costumbres tóxicas de Hollywood siguen saliendo poco a poco a la luz. La caída de Harvey Weinstein, que llevaba décadas acumulando intentos de abusos sexuales y violaciones, entre otras agresiones, propició que los trabajadores de la "Meca del cine" empezaran a airear en público lo que se lleva susurrando durante un siglo.
Esta vez le ha tocado al productor Scott Rudin, quien con su compañía Scott Rudin Productions ha construido una carrera llena de éxitos de crítica, público y premios como 'La red social', 'Pozos de ambición', 'La duda', y series como 'Lo que hacemos en las sombras', 'The Newsroom' o 'The Night Of'. El ejecutivo de 62 años protagoniza un artículo de The Hollywood Reporter en el que varios ex-empleados de la compañía denuncian una cultura tóxica que ha reinado durante décadas.
"Había tipos que dormían en la oficina, a otros se les estaba cayendo el pelo y les salían úlceras", relata Andrew Coles, un ex-asistente de Rudin y ahora productor de 'Queen & Slim'. Un asistente tuvo que esquivar una patata asada cuando Rudin se la tiró a la cabeza porque, según él, no le habían avisado de una reunión. "Tráeme una nueva patata", le dijo después.
"Tiró un portátil por la ventana en la sala de reuniones y entonces se fue a la cocina y podíamos oírle golpeando el dispensador de servilletas. En otro momento tiró un bol de cristal a un compañero. La persona de recursos humanos tuvo que ser recogida por una ambulancia debido a un ataque de pánico. Ese era el ambiente", cuenta Caroline Rugo, una coordinadora ejecutiva que entró en la empresa en 2018. La persona de recursos humanos nunca volvió a trabajar en la compañía.
"Me despidió por tener Diabetes Tipo 1, que es una condición protegida federalmente. Podría haberle demandado sin duda alguna, pero no quise hacerlo por miedo a entrar en una lista negra", cuenta Rugo, que ahora trabaja desarrollando proyectos para Netflix. "Ahora que me he establecido aquí y soy parte de un equipo que respeta y agradece mis opiniones, no tengo problema alguno por hablar sobre Scott. Todo el mundo sabe que es un absoluto monstruo".
En el día de Halloween de 2012, Rudin rompió la pantalla de un ordenador sobre la mano de su asistente porque no le consiguió un asiento en un vuelo que iba completo. El empleado tuvo que acudir a urgencias.
Además, se cuenta que los jefes que ascienden después de sufrir su comportamiento tóxico suelen adquirir los mismos hábitos con sus subalternos. Cuando sus empleados abandonan la empresa, y lo suelen hacer después de sufrir sus comportamientos, se dice que Rudin cambia sus créditos en IMDb, borrando los trabajos que han hecho con él. También tiene encontronazos con la parte creativa de los proyectos: ha discutido con Sam Mendes, llamó a Angelina Jolie "una niñata malcriada con mínimo talento" en un e-mail, y en otro dirigido a Whoopi Goldberg le dijo que era una idiota y que no volvería a trabajar en nada con importancia.
Durante décadas se han conocido, e incluso aplaudido, los comportamientos agresivos y abusivos de Scott Rudin, en artículos sobre él en medios como The Hollywood Reporter y Wall Street Journal. Sus películas han acumulado unas 150 nominaciones en los Oscar, 23 de ellos ganados, incluyendo el de Mejor película para 'No es país para viejos' de los Coen. También es un exitoso productor de teatro, habiendo ganado unos 17 Tony Awards y contando entre sus obras el montaje de 'Matar a un ruiseñor' dirigido por Aaron Sorkin en 2018.
Se dice que 'El factor sorpresa', escrita y dirigida por George Huang, estaba inspirada en él. En la película de 1994 Kevin Spacey (precisamente) interpretaba a un gran productor de Hollywood que trataba muy mal a sus empleados.
Sigue al pie del cañón
Y todo eso no son cuentos del pasado. Scott Rudin sigue en activo y, según dicen, no ha cambiado ni una pizca de su reinado del terror. Los próximos proyectos de Rudin son una película de Joel Coen con Denzel Washington y Frances McDormand, y 'Red, White and Water', protagonizada por Jennifer Lawrence.
Suya también es 'La mujer en la ventana', dirigida por Joe Wright y protagonizada por Amy Adams, que llegará a Netflix el 14 de mayo. Es una de esas producciones malditas que llevan años dando vueltas por los cajones: se dice que Rudin no estaba contento con el trabajo del director, por lo que contrató a Tony Gilroy para que escribiera nuevas escenas que rodar (Gilroy es conocido por haberse encargado de los "reshoots" de 'Rogue One: Una historia de Star Wars'). Finalmente el estudio, Fox 2000, no quedó satisfecho con el resultado y la cinta, rodada en 2018, no fue estrenada. Ahora el gigante del streaming la ha rescatado para su catálogo.
