"El café es parte de la vida artística. No estoy seguro de cómo funciona, pero te hace sentir muy bien y ayuda al proceso creativo". Son palabras de David Lynch, el hombre que consiguió que las televisiones de medio mundo olieran intensamente a café a principios de los años 90. Puede que muchos lo empezáramos a beber, negro y cada mañana, para parecernos un poco más al elegante agente Dale Cooper de 'Twin Peaks'.
Y desde entonces, ya sea por su aroma o por su irresistible sabor, intenso y especiado como un Nespresso Kazaar o con unas gotas de leche para acompañar un redondo y equilibrado Nespresso Linizio Lungo, el café y el cine han ido de la mano. ¿Cuántas tazas bebe una persona mientras escribe un guion? ¿Cuántos Nespresso Livanto, con su envolvente y balanceado aroma, se podrían beber en un rodaje? Podríamos preguntar al equipo de 'Juego de Tronos'. Pero también hay café ante la cámara, pues la constante fascinación por esta oscura y misteriosa bebida se ha filtrado en muchas de las escenas más icónicas.
Viajar café en mano
Dos de las mujeres más representativas del cine, tan carismáticas y encantadoras como Amélie Poulain y Holly Golightly, las dos Audreys (Tautou y Hepburn), se han marcado en nuestras retinas acompañadas de café. La primera sirviéndolo en el mítico Café des 2 Moulins en París, la segunda sorbiéndolo delante de los diamantes de Tiffany's en Manhattan. Dos visitas obligadas para cualquier viajero cinéfilo y amante del café, aunque siempre podrás servirte bien caliente un potente y acaramelado Nespresso Envivo Lungo y viajar en tu propia casa. Así lo hacía otro mirón como Holly, el mismísimo James Stewart en 'La ventana indiscreta', que siempre acompañaba su pulsión más voyeur con una clásica taza de café.
Se puede viajar a Las Vegas con 'Ocean's Eleven', la saga de ladrones de Steven Soderbergh en la que George Clooney ya dejaba entrever su obsesión con Nespresso bebiendo más de una, y de dos y de tres tazas de lo que bien podría ser un dulce y sedoso Nespresso Volluto. Otro ladrón que encontraba irresistible el café fue Robert De Niro en 'Heat', en la que protagoniza junto a Al Pacino una de las escenas más memorables del cine reciente en la mesa de uno de los escenarios más cafeteros del mundo: un diner estadounidense. Poli y caco, dos hombres a los dos lados de la ley, apartan sus diferencias sobre una taza de café.
El café une a las personas y resuelve misterios
Porque una de las cosas que tienen en común cine y café es que unen a la gente, algo que demostró también Jim Jarmusch en su audaz 'Coffee and Cigarettes', una mezcla de fragmentos en los que Bill Murray, Tom Waits, Roberto Benigni, Cate Blanchett y Steve Buscemi, entre otros, se sentaban a conversar sobre los temas más variopintos, siempre con el café y los cigarros como carburante. Porque sí, para muchos un café intenso, pleno y persistente como el Nespresso Ristretto es la gasolina imprescindible cada mañana para poner en marcha el motor, y si no que se lo pregunten a los protagonistas de 'Los pájaros', que utilizaban el café para mantenerse despiertos y no caer víctimas de su alada amenaza.
Otro motor que no para es el del coche que conduce 'Baby Driver', en la que Edgar Wright firmó uno de los comienzos más estimulantes del cine reciente: un plano secuencia en el que Ansel Elgort evitaba por todos los medios que se le cayeran los cafés de la mano por un accidentado camino. Aunque es quizás más cinematográfico aún que el café sí caiga, como demostró el final de 'Sospechosos habituales' hace casi 30 años: la taza de Chazz Palminteri se estrellaba contra el suelo tres veces cuando el agente tenía una epifanía y descubría la verdad del caso que estaba investigando. El café, cuanto más oscuro, más misterioso.
¿Qué café bebía Bill Murray día tras día (de la Marmota)?
Otro misterio de cine es cuál era el rico Nespresso que bebía Bill Murray cada mañana del Día de la Marmota en 'Atrapado en el tiempo': ¿Un equilibrado y sabroso Nespresso Vanilio o un distintivo Nespresso Arpeggio con sus notas de cacao? Fuera cual fuera, le ayudó a aprender a tocar el piano a la perfección. Al que no hay que adivinarle su café preferido es a Steve Martin: en 'Tres mujeres para un caradura' dejaba claro que él era de "medio doble descafeinado corto de café con un chorrito de limón". Le recomendaríamos el suave y afrutado Cosi. A Tommy Lee Jones, por otra parte, le serviríamos una taza de Roma con notas melosas y de madera, pues ya vimos en 'Men in Black' que su café, incluso servido por criaturas extraterrestres, le vale siempre y cuando no sea descafeinado. Otro que vino del espacio y probó el café y le gustó, siempre y cuando fuera fuerte, es Thor: a Chris Hemsworth le daríamos una taza, o varias, del profundo Dharkan, a riesgo de que la rompiera cuando se hubiera bebido todo el café. Las costumbres vikingas hay que respetarlas.
Puede que tanta referencia te haya dejado tostado, pero si algo nos enseñó la sabia 'Aterriza como puedas II', es que mientras haya café no hace falta que surja el pánico. Incluso en un viaje espacial en el que un asteroide te ha hecho desviarte y un sistema de navegación automático te impide volver a tu rumbo original, hay que mantener la calma. Espera, ¿que no queda café? ¡Es el fin del mundo!
Cualquier crisis tiene solución, siempre y cuando haya café. No cualquier café, claro, como ya decía Quentin Tarantino en 'Pulp Fiction': "cuando me tomo un café quiero que sepa bien". Para paladares gourmet como el de Tarantino, nada como un buen Nespresso.