Desde su impactante prólogo, ya inundado de esa belleza triste e hipnótica que no desaparecerá a lo largo de sus cerca de cien minutos, 'Tres colores: Azul' atrapa sin remedio. Cada pieza está en su justo lugar, vibrando de la manera idónea, transformando, conmoviendo, desconcertando y cautivando. Es cine en estado permanente de inspiración, creatividad desatada, poesía de tinta, sangre y lágrima.
Primera entrega de una de las trilogías más impresionantes de la historia del séptimo arte, 'Tres colores: Azul' supuso un hito en la trayectoria de Krzysztof Kieslowski, director y guionista que coronó (y finalizó) su camino artístico con tres obras maestras incontestables. Y es que, tras esta proeza inicial, llegarían las no menos fabulosas 'Tres colores: Blanco' y 'Tres colores: Rojo'. Lo dicho, una cima total.
Desde su acabado visual, con la excelsa labor de Slawomir Idziak en la fotografía a la cabeza, hasta uno de los usos de banda sonora más inolvidables jamás realizados, sin olvidar, por supuesto, la interpretación mayúscula de una inconmensurable Juliette Binoche, todo en 'Tres colores: Azul' llega para quedarse en la memoria, el corazón y el nudo en la garganta. Magnífica. Única. Inimitable.
10 curiosidades sobre 'Tres colores: Azul'
Localización exclusiva
Aunque parezca increíble, 'Tres colores: Azul' es la única película de la Trilogía de los colores cuya historia se desarrolla en Francia.
Calculando con exactitud
Para la escena en la que el personaje de Juliette Binoche se encuentra tomando un café, Kieslowski quería que el terrón de azúcar tuviera que empapar la bebida durante cinco segundos exactos. Una idea tan firme que el propio cineasta obligó a su ayuda de dirección a que probara varias marcas de azúcar para encontrar la que tardara justamente ese tiempo.
La clave del montaje
El citado director de fotografía Slawomir Idziak aseguró más de veinte años después del estreno de 'Tres colores: Azul' que la idea principal del guion de la película era contar la historia de la periodista interpretada por Hélène Vincent y su investigación sobre la autoría de la composición musical inacabada que marca por completo la historia. Sin embargo, fue durante el proceso de montaje cuando Kieslowski reestructuró por completo la cinta para centrarse en el personaje de Julie.
No a los dinosaurios
Para poder participar en 'Tres colores: Azul', la grandísima Juliette Binoche tuvo que rechazar la propuesta de formar parte de, nada más y nada menos, que la inoxidable 'Parque Jurásico' de Steven Spielberg.
Trabajo constante
Krzysztof Kieslowski protagonizó un buen maratón de trabajo durante estos años. Y es que, mientras llevaba a cabo el montaje de 'Tres colores: Azul', el cineasta se encontraba dirigiendo 'Tres colores: Blanco' y escribiendo el guion de 'Tres colores: Rojo'.
Sangre, sudor y lágrimas
Una de las escenas más representativas de 'Tres colores: Azul' es aquella en la que el personaje de Juliette Binoche pasa la mano a lo largo de una pared y la llena de sangre. Pues bien, en un primer momento, la idea era que la actriz usara un protector para rodar, pero era tan evidente que decidió prescindir de él, lo cual provocó que la sangre que se ve en la película fuera realmente la suya.
Despedida
Antes de empezar a rodar 'Tres colores: Azul', Kieslowski anunció de manera inesperada que sería la primera entrega de una trilogía tras la cual se retiraría del cine. El resultado, eso sí, fue el de una despedida inmejorable.
Cameos
Durante una de las escenas más memorables de 'Tres colores: Azul', se puede ver fugazmente a Zbigniew Zamachowski y Julie Delpy, pareja que protagonizaría posteriormente 'Tres colores: Blanco'.
Jugando con los colores
La estructura de esta trilogía queda perfecta y hermosamente reflejada en una escena de 'Tres colores: Azul' en la que el personaje de Juliette Binoche, que aparece llevando una caja en la que está escrita la palabra 'Blanco', se detiene en la calle mientras un hombre vestido de azul pasa a su izquierda y una mujer vestida de rojo hace lo mismo a su derecha. Además, hay otro momento de la película en la que unos niños en bañador rojo y blanco salen corriendo y se lanzan a una piscina azul. Todo pensado.
La anciana de la botella
Uno de los elementos comunes más recordados de la Trilogía de los colores lo encontramos en una anciana que intenta colocar una botella de cristal dentro de un contenedor de reciclaje. En esta primera entrega, el personaje de Juliette Binoche ni siquiera se da cuenta de lo que está ocurriendo, mientras que, en 'Tres colores: Blanco', la mujer logra colocar la botella en la ranura, pero no consigue empujarla dentro. Por último, en 'Tres colores: Rojo', la anciana recibe la ayuda del personaje de Valentine, logrando así cumplir su ansiado objetivo.
