Imaginaos una mesa redonda compuesta por Quentin Tarantino, David O. Russell, Danny Boyle, Tom Hooper, Alejandro González Iñárritu y Ridley Scott. Ahora imaginaos a Scott como el más guay de esta talentosa pandilla que se asombra ante la facilidad con la que el director desarrolla proyectos en el espacio. Mientras para Boyle resultó "duro desafiar a la gravedad" en 'Sunshine', el director de films tan aclamados como 'Gladiator', 'Thelma & Louise' o 'Blade Runner' comenta que él no encontró problema alguno a la hora de rodar su último film, 'Marte (The Martian)'.
Scott, el cineasta que asegura que nunca ensaya las escenas antes de ponerse manos a la obra porque sabe perfectamente lo que quiere hacer, afirma en The Hollywood Reporter que "todo es un trabajo de equipo" y que cuando esta pensando si colaborar con un actor le habla de cualquier cosa menos del guion, porque simplemente quiere conocer al aspirante como persona. Ante comentarios de este tipo, Tarantino asiente mientras los demás parecen intentar absorber el discurso de este grande el cine con comas incluidas. Pero, a pesar de que Scott parece no detenerse ante nada, o precisamente por eso, no se le ocurrió otra cosa que llamar a su amigo Stanley Kubrick para poder dar con el final perfecto para una de sus películas más adoradas, 'Blade Runner'. Sí, el director de films como 'La naranja mecánica' y 'La chaqueta metálica'.
Stanley Kubrick. Un cineasta que debía ser muy buen amigo de sus amigos porque no dudó en prestar a Scott alguna escena que tenía de más para que pudiese terminar la historia de los replicantes. "Terminé 'Blade Runner' y era un desastre. Mis inversores no estaban contentos. Aseguraban que no podía terminar el film con un trozo de origami y que tenía que probar con un final en alto. Dije que lo haría y entonces llamé a Kubrick para pedirle parte del metraje que no había usado en 'El resplandor'".