Una nueva producción de Studio Ghibli llega a España. La serie de animación 'Ronja, la hija del bandolero', coproducida por el estudio junto con Polygon, se estrenará en España gracias a Movistar+. El canal de pago ofrecerá esta serie de animación basada en la novela homónima de la escritora sueca Astrid Lindgren, autora de 'Pippi Calzaslargas'.
Se trata de la primera serie de televisión que produce el estudio como tal. Los fundadores de Studio Ghibli, Hayao Miyazaki e Isao Takahata, ya estuvieron envueltos en la producción de reconocidas series de animación antes de la fundación de Ghibli como 'Heidi', 'Marco', 'Sherlock Holmes' o 'Ana de las Tejas Verdes'. La serie ha sido coproducida junto con Polygon, estudio que trabajó en la producción de películas como 'The Sky Crawlers' o 'Ghost in the Shell 2: Innocence', y de series de animación como 'Tron: Uprising' o 'Star Wars: The Clone Wars'.
Los problemas de Ghibli en España
'Ronja, la hija del bandolero' está dirigida por Goro Miyazaki, que ha dirigido con Ghibli las películas 'Cuentos de Terramar' y 'La colina de las amapolas'. La serie narra cómo al nacer Ronja, la hija de un bandolero, el castillo en el que vive su familia se queda partido por la mitad tras el ataque de un rayo. Tras la partición del castillo, la otra mitad la ocupará un clan rival. Ronja y Birk, el hijo del clan rival, se harán amigos pese a esa rivalidad.
La serie fue premiada con dos Emmys Internacionales en la categoría infantil. Studio Ghibli vive un momento complicado en España, puesto que varias producciones como 'El castillo ambulante', 'Puedo escuchar el mar' o 'El viaje de Chihiro' están descatalogada y se desconoce cuándo volverán a la venta. Algo similar ocurre con 'La colina de las amapolas', película producida en 2011 e inédita en España, pese haberse estrenado en varias partes del mundo como Estados Unidos, Francia, Alemania, Portugal, México y Argentina. 'Ronja, la hija del bandolero' tiene 26 episodios y próximamente podrá verse en Movistar+.
Los otros genios de Studio Ghibli
Puedo escuchar el mar (Tomomi Mochizuki, 1993)
Fue la prueba piloto. Ya a inicios de los años 90, Studio Ghibli veía la necesidad de ceder el testigo a una nueva generación. Miyazaki y Takahata no son eternos y era imprescindibles la regeneración. Sin embargo, el estudio todavía no era estable. Con lo cual, había que arriesgar pero poco.
Fue así como surgió el proyecto de 'Puedo escuchar el mar' en 1993, dirigido por Tomomi Mochizuki y basado en la novela homónima de Saeko Himuro. Se trataba de un telefilme en el que las jóvenes promesas del estudio tuvieran la oportunidad de crear un proyecto sin la intervención de los fundadores. Con un equipo que rondaba entre los 20 y los 30 años, esta película no se encuentra entre las favoritas de Ghibli, pero es indispensable para entender cómo serían las siguientes producciones del estudio no dirigidas ni por Hayao Miyazaki ni por Isao Takahata.
La trama es sencilla, un triángulo amoroso en un instituto de la ciudad de Kochi. Pese a estar alejada de los parámetros de Ghibli, lo cierto es que dignifica al género del melodrama y está hecha de una manera excepcional para ser una producción para la televisión. Una pequeña joya del estudio.
Susurros del corazón (Yoshifumi Kondô, 1995)
Tras la experiencia de 'Puedo escuchar el mar', Studio Ghibli se vio en la capacidad de crear un proyecto más ambicioso que no estuviese dirigido por los grandes fundadores. 'Susurros del corazón' es considerada una de las mejores películas del estudio. Con Miyazaki involucrado en la labor del guión, Yoshifumi Kondô fue el elegido para dirigir esta aclamada cinta, basada en el manga homónimo de Aoi Hiiragi.
Shizuku Tsukishima es una adolescente que tiene pensado dedicarse a la lectura y traduciendo canciones extranjeras durante sus vacaciones. Se sorprende cuando un tal Seiji Amasawa ha leído antes todos los libros que ella ha decidido leer durante el verano. Esto le llevará a querer descubrir quién es Seiji. Lo que empieza como un juego de amistad, puede convertirse en una promesa de amor.
La película fue todo un éxito y enfocó a Kondô como posible relevo generacional, este animador ya había trabajado durante décadas con Miyazaki y Takahata durante su etapa en Nippon Animation. Sin embargo, la tragedia sacudió al estudio cuando Kondô fallecía en 1998 víctima de un aneurisma cerebral.
Haru en el reino de los gatos (Hiroyuki Morita, 2002)
Tras el éxito de 'El viaje de Chihiro', vino un nuevo intento de relevo. Tras el éxito de 'Susurros del corazón' hubo ganas de conocer más de cerca la historia del Barón Humbert von Gikkingen. En 1999 se le encargaría a Ghibli un corto llamado 'Proyecto Gato' protagonizado por felinos. Pese a que el proyecto fuese cancelado, se retomaría más tarde como campo de pruebas para nuevos directores.
Fue así Hiroyuki Morita se hizo cargo del proyecto. El animador había trabajado ya con Ghibli en 'Mis vecinos los Yamada'. La producción pasó de convertirse en un corto de 45 minutos a una película, después de que el productor de Ghibli, Toshio Suzuki, diese luz verde a lo que ya sería 'Haru en el reino de los gatos'.
Los resultados en taquilla fueron buenos pero ensombrecidos por el fenómeno que causó un año antes 'El viaje de Chihiro'. Con una calidad de animación inferior a anteriores producciones, Morita no ha vuelto a colaborar con Ghibli desde esta película.
Cuentos de Terramar (Goro Miyazaki, 2006)
Un nuevo intento de relevo generacional, aunque este vino envuelto en polémica. Toshio Suzuki, productor de Studio Ghibli, propuso a Goro Miyazaki, hijo del maestro Miyazaki, la dirección de 'Cuentos de Terramar', película basada en la saga de novelas Terramar de Ursula K. Le Guin. Goro no tenía ninguna experiencia en la animación, su profesión era el paisajismo y antes sólo había dirigido el Museo Ghibli en Mitaka.
Esto provocó una fuerte fricción entre padre e hijo, puesto que Miyazaki no aprobaba su elección al no tener Goro experiencia en la animación. De hecho, ninguno se habló durante el proceso de producción del filme. Finalmente, ambos se reconciliaron en la vista previa de la cinta. "Se hizo con honestidad, ha sido buena", declaró el aclamado cineasta.
Pese a funcionar muy bien en taquilla, la película no obtuvo el reconocimiento necesario de la crítica. Pero provocó que naciese un realizador prometedor, puesto que su próxima producción sí recibiría la bendición tanto de crítica como de público.
Arrietty y el mundo de los diminutos (Hiromasa Yonebayashi, 2010)
Ya entrando en la década del siglo XXI, Studio Ghibli volvió a probar suerte en el relevo generacional. Esta vez le tocó a Hiromasa Yonebayashi, que ya había sido animador en películas como 'El viaje de Chihiro' o 'El castillo ambulante'. A diferencia de anteriores producciones, se apostó por un guión ya cerrado escrito por Hayao Miyazaki y Keiko Niwa.
Basada en la novela 'Los incursores' de Mary Norton, 'Arrietty y el mundo de los diminutos' narra como unos pequeños seres sobreviven como pueden en una casita oculta en una mansión campestre. La cinta fue todo un éxito de taquilla, logró cifras muy grandes (110 millones de dólares), excepcionales si se tiene en cuenta que a esos números sólo llegaban las producciones firmadas por Miyazaki.
Esta obra marcaría una breve etapa en la que se ha podido ver más producciones firmadas por otros autores y que han logrado un importante reconocimiento.
La colina de las amapolas (Goro Miyazaki, 2011)
Un año después del éxito de 'Arrietty y el mundo de los diminutos' llegaría el segundo intento de Goro Miyazaki en la dirección de animación. 'La colina de las amapolas' es un drama de época basado en el manga homónimo de Tetsuru Sayama y Chizuru Takahashi. Esta vez, el hijo de Miyazaki tenía su bendición y, además, contaba con él en la labor de dirección.
Año 1963, Japón pasa por un momento histórico importante debido a la próxima celebración de los Juegos Olímpicos en el año siguiente. Umi Matsuzaki es una adolescente que regenta una pensión de estilo occidental en lo alto de una colina de amapolas. La joven deberá elegir entre el amor y la amistad al descubrir hechos del pasado que repercutirán en su presente.
Una delicada y costumbrista historia que logró conquistar el corazón de la crítica y el público. Se convirtió en la película japonesa más taquillera del año y consiguió el reconocimiento y la aceptación para Miyazaki hijo. Una propuesta más intimista y atrevida.
'El recuerdo de Marnie' (Hiromasa Yonebayashi, 2014)
Un año después del anuncio del retiro de Hayao Miyazaki tras el estreno de 'El viento se levanta' y su paso por la Selección Oficial del Festival de Venecia y de 'El cuento de la princesa Kaguya' de Isao Takahata, llegaría 'El recuerdo de Marnie', la segunda producción dirigida por Hiromasa Yonebayashi.
Basada en la novela 'When Marnie Was There' de Joan G. Robinson, se trata de una historia con tintes de misterio hitchockiano aunque enfocada en los problemas de la adolescencia. Tratada de forma respetuosa e intimista, la película obtuvo el beneplácito de la crítica y el público pero sus resultados en taquillas no fueron tan excepcionales como los de 'Arrietty y el mundo de los diminutos'.
Con un coste menor que sus predecesoras, sólo 10,5 millones de dólares, la película triplicó lo invertido y fue una de las diez películas más taquilleras del año en Japón. Pese a ello, muchos fans miran con cierto recelo a la cinta, puesto que consideran que fue por ella y por 'El cuento de la princesa Kaguya' por lo que Studio Ghibli anunció su cese temporal de actividad.