Basándose en la saga de videojuegos homónima que Capcom había lanzado al mercado en 1996, corría el año 2002 cuando se estrenaba la primera 'Resident Evil', con la que Paul W.S. Anderson se erigía como el gran perpetrador de la perfecta fusión cinematográfica entre la acción y el terror.
Dejando cada vez más aparcados todos los elementos propios del cine de horror, y a medida que se fueron estrenando las pertinentes secuelas de la franquicia, se fue apostando cada vez más por las ganas de sorprender al espectador con la máxima del "más explosiones, más efectos especiales y más acción a raudales". De forma paralela, la inverosimilitud de las tramas y los deus ex machina con los que se nos fueron presentando los constantes giros argumentales (para así suplir un vacío que empezaba a estar presente desde la segunda entrega), empezaron a dejar de importar, pues lo único que el espectador quería era seguir viendo a Alice (Milla Jovovich como estereotipo de heroína del nuevo cine de acción) en su incansable lucha contra la Corporación Umbrella.
Espectáculo sin concesiones
Con más de 1.230 millones de dólares recaudados en la taquilla de todo el mundo, y con una legión de fans tan grande como las hordas de zombis y monstruos que se nos fueron presentando a lo largo de sus seis entregas, la franquicia de 'Resident Evil' no pasará a la historia como una de las grandes del cine, aunque puede que sí lo haga como ejemplo de cine desprejuiciado, cuyo máximo defensor ha sido desde hace ya años el propio Anderson.
Guionista y productor de toda la saga, el director (de cuatro de las seis entregas) y Jovovich han llevado hasta el límite su pasión por el universo que crearon allá por 2002 y que nos llevó por todas las partes de un mundo invadido por criaturas biotecnológicas y muertos vivientes, donde no han podido faltar los guiños a los videojuegos con la aparición de varios personajes que fueron teniendo cierto peso en las tramas de las películas.
Jill Valentine (Sienna Guillory), Claire Redfield (Ali Larter), Chris Redfield (Wentworth Miller), Ada Wong (Li Bingbing) o Leon S. Kennedy (Johann Urb), entre otros, traspasaron de la pantalla del videojuego a la del cine para enriquecer las tramas de una saga a la que hay que tomarse poco en serio y que repasamos en el presente especial.
Saga 'Resident Evil', de peor a mejor
'Resident Evil: Venganza'
El quinto capítulo de la saga, estrenado en 2012, nos presentaba a Alice (Milla Jovovich) volviendo a enfrentarse a Umbrella y teniendo una serie de recuerdos de su pasado que no eran más que implantaciones en su memoria por parte de la corporación.
Jill Valentine (Sienna Guillory) se convierte en la principal antagonista de 'Resident Evil: Venganza', en la que Paul W.S. Anderson continuó explotando al máximo aquello de que más es más, acabando de despojar a la saga de cualquier avistamiento de la originalidad con la que nació una década atrás. Sin embargo, en taquilla no le fue del todo mal, pues de los 65 millones que costó, consiguió hacer en todo el mundo más de 240.
'Resident Evil 4: Ultratumba'
Fue a partir de 'Resident Evil 4: Ultratumba' cuando las cosas se acabaron de torcer del todo para la saga iniciada en 2002 por Paul W.S. Anderson.
En ella, creyéndose una de las únicas supervivientes sobre la faz de la Tierra, Alice (Milla Jovovich) llegaba hasta una playa desierta donde era atacada por Claire (Ali Larter), controlada por un dispositivo de Umbrella. Tras hacerle recuperar la conciencia, ambas heroínas irán hasta las ruinas de Los Angeles, donde en una prisión de alta seguridad se toparán con un grupo de supervivientes entre los que se encuentra Chris Redfield (Wentworth Miller).
Desde ahí, deberán hacer frente de nuevo a un nuevo ataque de Umbrella, en un título que apostó por el 3D y con el que se recaudaron más de 300 millones en la taquilla mundial (había costado 60).
'Resident Evil: El capítulo final'
Tras un lustro sin tener nuevas aventuras de Alice (Milla Jovovich) y el resto de enemigos de Umbrella, Paul W.S. Anderson firmaba el que sería el último capítulo de la saga 'Resident Evil'.
En esta ocasión, regresábamos a Raccoon City, el lugar donde todo se originó, y donde tendrá lugar la batalla definitiva entre los pocos supervivientes y las armas biológicas de la corporación, en un título que siguió impasible frente al espíritu de espectáculo de CGI que había ido construyendo a lo largo de los años, siendo uno de los más fieles a su propia esencia de toda la saga y con el que el realizador pareció sentirse totalmente a gusto, pues con 'Resident Evil: El capítulo final' acabó de perfilar todo lo que la saga cinematográfica suponía: acción desmesurada y saturación de efectos especiales como principales elementos con los que hacer frente a un vacío argumental que había dejado de importar desde la segunda entrega.
Con un presupuesto de 40 millones de dólares (mucho más ajustado que en las anteriores entregas), el cierre de la saga consiguió recaudar poco más de 312 en todo el mundo, convirtiéndose en la más taquillera de toda la franquicia.
'Resident Evil: Extinción'
Bajo la supervisión como productor y guionista de Paul W.S. Anderson, en 2007 se estrenaba 'Resident Evil: Extinción', cuyas labores de dirección recayeron sobre Russell Mulcahy.
Con un presupuesto de 45 millones de dólares, la tercera entrega de la saga conseguía un total de 148 de recaudación mundial y nos llevaba hasta el desierto de Nevada, donde Alice (Milla Jovovich) y un grupo de supervivientes liderados por Claire Redfield (Ali Larter) debían emprender una larga travesía hasta Alaska, donde al parecer permanece uno de los últimos reductos de humanidad a los que la Corporación Umbrella todavía no ha llegado.
'Resident Evil 2: Apocalipsis'
En el 2004, con Paul W.S. Anderson inmerso en 'Alien vs. Predator', se estrenaba 'Resident Evil 2: Apocalipsis', con guion del propio Anderson pero dirigida por el inexperto Alexander Witt.
En esta primera secuela, Alice (Milla Jovovich) deberá enfrentarse a todas las criaturas creadas por Umbrella en una Raccoon City devastada por el virus-T. La aparición de Jill Valentine (Sienna Guillory) para contentar a los fans de la saga de videojuegos, fue uno de los grandes highlights de la película, donde además de dejar a un lado a los zombis para centrarse en las criaturas biotecnológicas de Umbrella, pudimos ver a Némesis en estado puro, uno de los villanos más icónicos de la franquicia.
129 millones de recaudación mundial frente a los 45 que había costado, fueron los que confirmaron que había nacido una saga dispuesta a arrasar en taquilla durante los siguientes años.
'Resident Evil'
Con un altísimo nivel de expectación, en 2002 se estrenaba en cines 'Resident Evil', la esperada adaptación del videojuego homónimo que Capcom había lanzado al mercado en 1996.
Por aquel entonces, a Paul W.S. Anderson le conocíamos por sus tres incursiones en la ciencia ficción, 'Mortal Kombat', el título de culto 'Horizonte final' y 'Soldier'. El realizador, también guionista y productor de la película, fusionaba el terror de las películas de zombis con la acción y derivas hacia la ciencia ficción que acabaron por convertirse en el sello propio de una franquicia que acababa de nacer, y que acabó recaudando en todo el mundo más de 102 millones de dólares (costó 33, el presupuesto más bajo de toda la saga).
En ella, Milla Jovovich se convertía en uno de los nuevos arquetipos de heroína del siglo XXI, la desmemoriada Alice, quien deberá hacer frente al horror liberado dentro de la Colmena, el laboratorio de investigación genética de la Corporación Umbrella, cuya Inteligencia Artificial conocida como la Reina Roja ha emprendido la fase de aniquilación de la especie humana liberando todos sus avances científicos en su contra.