"Es el artefacto de un extraño animal. Ninguno sabíamos cómo llamarlo, o cómo clasificarlo pero, aparte de la confusión por la clasificación, por lo que nosotros íbamos a rodar, la longitud de cada una de las historias, nunca consideramos hacer algo diferente. Siempre las vimos como un grupo". Estas son las declaraciones de Joel Coen al preguntarle por qué 'La balada de Buster Scruggs' ha terminado siendo una película cuando fue anunciada como una serie. Para él, la película es un conjunto de historias con una misma unidad temática, pero nunca concibieron ese "grupo" como una serie de televisión. Confuso, ¿no?
El auge de la televisión en esta última década con el surgimiento de las nuevas plataformas de streaming y su consecuente éxodo de talento cinematográfico a la pequeña pantalla ha diluido la línea que separaba a la televisión del cine, provocando numerosos debates. Hace unas semanas, por ejemplo, se celebró en la Academia del Cine una mesa redonda titulada 'Nuevas series: ¿televisión o cine?' a la que asistieron guionistas y teóricos del cine y la televisión como el director de 'Élite', Ramón Salazar, el guionista de 'El día de mañana', Alejandro Hernández o el productor Fernando Bovaira.
Durante esta reunión se debatieron cuáles eran realmente los límites entre la televisión y el cine, qué era lo que diferenciaba a uno de otro y por qué esa necesidad tan urgente de hacerlo. El crítico de cine Fernando Lara defendió que para él las diferencias entre cine y televisión eran simplemente estructurales, mientras que otros como la guionista Ángela Armero aludían también a la complejidad de sus narrativas o la forma de consumirlos.
Es evidente que tanto cine como televisión es contar una historia en imágenes y la principal diferencia entre ambas, dejando de lado sus características circunstanciales de producción, distribución y exhibición, tiene solo que ver con la estructura. Sin embargo, ante este nuevo boom de la televisión, muchos directores de cine han tratado pasarse a la televisión, algunos no con mucho éxito. ¿Realmente es tan distinto el cine de la televisión? ¿Por qué muchos de los grandes directores de cine no han sabido encajar sus historias en el formato televisivo? ¿Es posible adaptar una idea concebida para largometraje a una serie?
Los ejemplos que exponemos a continuación nos ayudan a responder a muchas de estas preguntas y a reeplantearnos las diferencias entre estas dos grandes artes de nuestra era.
8 series que nacieron como películas
'Matar al padre'
'Matar al padre' es una serie de Movistar+ escrita y dirigida por la directora de cine catalana Mar Coll. La historia trata las desventuras de un padre de familia que no es capaz de controlar ni a su familia ni a sí mismo. Según su creadora, era una propuesta para explorar la figura de un padre desde un punto de vista femenino. Al contar una historia con grandes elipsis, los guionistas pensaron que sería fácil adaptarla a la televisión pero no resultó así.
Las consecuencias de esta forzosa adaptación son evidentes: lentitud, falta de una estructura clara, personajes desdibujados, secuencias que no cuentan nada, falta de unidad episódica, personajes desdibujados... No es solo que la idea original no da para la longitud de una serie de televisión (siquiera para una miniserie), es que está muy mal adaptada al formato televisivo. En este caso, coinciden la falta de una idea lo suficientemente rica para una serie con la falta de trabajo en su adaptación a la pequeña pantalla. Vamos, lo que se llama un desastre total.
'Félix'
Si hay alguien que ha apostado por introducir directores de cine en el nuevo panorama televisivo, siguiendo la tónica de TVE en los años 80, es Movistar+. Junto a Mar Coll, Cesc Gay fue el segundo director de cine tentado por el canal privado para crear una serie.
'Félix' es una mezcla de thriller y comedia negra que nos cuenta la historia de un escritor que no logra superar el recuerdo de una mujer con la que pasó un par de noches en un hotel. Cuando descubre su desaparición, decide salir a buscarla, a pesar de que todo el mundo insiste en olvidarla ya que él realmente no la conoce.
Aunque la idea fue concebida como una serie, sí que es cierto que en este ejemplo se nota que el director procede del mundo del cine y que no está del todo acostumbrado a la estructura televisiva. Hay secuencias gratuitas, capítulos que sobran y un enrevesamiento de la trama hacia el final de la temporada demasiado evidente. Sin embargo, el personaje principal está tan bien definido, el motor del argumento es muy fuerte y la estética tan atractiva que las raíces cinéfilas de los creadores pasan casi inadvertidas.
'Big Little Lies'
Cuando algunas plataformas anuncian una miniserie en realidad lo que muchas están anunciando es una película adaptada a televisión. Es el caso también de la aplaudida y multipremiada 'Big Little Lies'. La serie original está basada en la novela homónima de Liane Moriarty de la cual Nicole Kidman y Reese Witherspoon compraron los derechos para hacer una película que acabó convirtiéndose en una miniserie de siete episodios.
'Big Little Lies' narra las historias de un grupo de mujeres de un barrio rico que están unidas por un trágico suceso aún por resolver. Como podemos apreciar por la premisa, la naturaleza de este argumento de trama única es la propia de un largometraje. Algunos podrían decir que, no obstante, es una premisa muy parecida a la de 'Mujeres desesperadas', pero, si nos paramos a compararlas podemos observar que mientras 'Mujeres desesperadas' es claramente una serie multitramas, todas las tramas tienen el mismo protagonismo, en 'Big Little Lies' la trama principal tiene mucho más peso que las demás, es decir, tiene una estructura de trama único complementada con subtramas, adquiriendo una forma más similar a la de un film.
'Crisis en seis escenas'
La primera serie del consagrado director de cine, Woody Allen, es un ejemplo perfecto de lo que ocurre cuando alguien que ha estado toda su vida escribiendo para cine pasa a televisión.
'Crisis in Six Scenes' sitúa la historia en los alocados años 60 y narra la vida de una pareja de personas mayores (Woody Allen y Elaine May) que ven su vida revolucionada por la aparición de una radical buscada por el FBI.
Básicamente, la serie es como una película de Woody Allen pero de seis horas de duración. La división en capítulos no sirve para nada, pues realmente estos carecen de unidad temática. El universo es bastante rico (como todos los del director) pero su estructura no es la propia de una serie.
El fracaso de la primera serie del director fue un varapalo para Amazon quien veía en ella su oportunidad de tomar la delantera a otra plataformas de streaming. Woody Allen habla de ella como una experiencia tormentosa: "Fue muy difícil para mí, no creo que me atreva a repetir porque muy duro".
'Westworld'
La serie dirigida por Jonathan Nolan y Lisa Joy está basada en una película de 1973 con el mismo nombre escrita por el novelista Michael Crichton.
'Westworld' plantea un universo utópico en el que la gente desahoga sus deseos más oscuros en una especie de parque de atracciones habitado por robots cuyas vidas están a merced de los guionistas de la empresa que desarrollan tramas con las que entretener a los clientes que lo visitan. Por supuesto, todo va bien hasta que algunos robots empiezan a tomar conciencia de la naturaleza de su existencia.
En este caso, debido a la riqueza de este universo, la adaptación a la televisión es incluso mejor que la película porque, por ejemplo, goza de tiempo para profundizar en los dilemas éticos que la creación de vida artificial suponen, se experimenta más con el punto de vista de los robots, se muestran tramas de fuera del parque (en la película, casi toda la acción transcurre dentro) y el número de antagonistas es mucho mayor.
Nada como una utopía bien compleja para sacar una serie brillante.
'Cuerpo de élite'
'Cuerpo de élite' es una comedia emitida por Antena3 y creada por Adolfo Valor y Cristóbal Garrido que nos muestra las aventuras de un grupo secreto de la policía integrado por una boina verde, una mossa, un ertzaina, una máquina y un ladrón que trabajan juntos para afrontar diversos problemas que ponen en peligro al país.
La serie está basada en la película del mismo nombre, una de las películas españolas más taquilleras de 2016. Su adaptación a la televisión fue fácil ya que su argumento permitía la creación de una serie episódica y, salvo por la introducción de nuevos personajes, el hecho de que fuesen los mismos guionistas los que estuviesen al mando hizo que la historia no perdiese nada de su esencia original en su paso a la pequeña pantalla.
Desgraciadamente, aunque la serie comenzó con muy buenos datos de audiencia, Antena 3, en uno de sus contradictorios movimientos habituales, la hundió cuando la puso en la misma franja que 'Supervivientes', uno de los gigantes de Telecinco contra el que pocos o nadie pueden competir.
'Heridas abiertas'
'Heridas abiertas' llenó el vacío que este verano que dejó 'Big Little Lies' con una historia sobre una periodista atormentada y autodestructiva que vuelve a su pueblo natal para investigar el asesinato de una niña.
Este proyecto está basado en la novela homónima de Gillian Flynn y, en principio, iba a ser una película para la productora francesa Pathé con Andrea Arnold como directora. Sin embargo, cuando la idea cayó en las manos de la showrunner Marti Noxon ésta sugirió que la historia podría desarrollarse mejor en una serie. Según sus propias palabras: "El cine está aún muy anticuado y las heroínas femeninas no son fáciles de vender en este formato a no ser de que lleven capa (y aún sin llevarla)."
La adaptación de la historia a televisión fue un éxito. Aunque algunos se quejaron de carecer de la acción que un thriller suele tener, sí que los guionistas y el director Jean Marc Vallée, consiguieron crear un retrato fascinante que abarca la complejidad de la protagonista y habla sin tapujos de la América profunda que crítica el libro.
'Fargo'
'Fargo' es una serie creada por Noah Hawley que cuenta la historia de un vendedor de seguros cuya vida se ve revolucionada cuando un personaje siniestro y salvaje llega a su pueblo.
En este caso, al contrario de lo que muchos piensan, no se trata de una adaptación como tal de la película del año 1996, sino que se trata de una historia distinta pero envuelta en el universo de los hermanos Coen.
Tanto en la serie como en la película predomina el humor negro y la violencia, un antagonista frío y perturbador, y unos personajes inocentes, víctimas torpes de lo que pasa alrededor. Sin embargo, aunque la esencia es la misma, los personajes y las tramas son distintas, y nunca se salen del tono al que estos dos grandes directores de cine nos tienen acostumbrados.
'Fargo' es un ejemplo de serie que recoge el universo de una película para expandirlo y sacar historias que en un largometraje no da tiempo a explorar. Su enorme éxito es una prueba fehaciente de la fidelidad del creador a los autores y de la gran acogida de los fans de éstos, hasta el punto de que algunos hasta la prefieren antes que a la propia película.
