Puede que toda España le conozca como Toni Colmenero, el simpático mariquita de 'Aída', pero Secun de la Rosa es muchas más cosas. Para empezar, es un actor con 30 años de carrera que ha participado en otras series de culto como 'El grupo' y 'Paco y Veva' o en fenómenos de taquilla como 'El otro lado de la cama' y es colaborador recurrente de Álex de la Iglesia. Además es un reconocido dramaturgo y director de teatro, autor de aplaudidas obras como 'El disco de cristal' y 'Los años rápidos'.
Ahora De la Rosa debuta además como director y guionista de cine. 'El cover', que acaba de estrenarse en cines, ha resultado toda una odisea para el cineasta debutante: ya es complicado rodar un musical con canciones interpretadas en directo por un reparto muy coral en una ciudad atestada de turistas como Benidorm, pero nadie esperaba la pandemia mundial que se acercaba por la vuelta de la esquina. El equipo grabó durante un par de semanas en marzo de 2020 y después tuvo que paralizar su rodaje durante meses.
"Se quedaron muchas cosas en el tintero. Una película a mitad no es nada, no es media película. O está hecha entera o no hay película", nos explica De la Rosa en el podcast Sesión golfa. "Cuando volvimos a retomar, nos dimos cuenta de que en Benidorm ya no había bares, ya no había luces de neón. Todas las avenidas donde habíamos rodado ya no existían, rodábamos a las 11 de la noche y estaba todo cerrado, no había ingleses... Hubo que luchar mucho y buscar piruetas. Al final te lo comes y te parece verdad, pero el que ha estado en Benidorm sabe que a las 5 de la mañana siguen todos los ingleses por ahí".
A pesar de los bandazos y las decisiones difíciles que tuvo que tomar, 'El cover' se acabó de grabar y es una película llena de magia. Una de las claves, sin duda alguna, son los números musicales en directo, algo que añadía una dificultad extra al rodaje. "Tuve que reestructurar sobre la marcha muchas secuencias porque cuando haces música en directo, tú ahora mismo estás cantando y luego canto yo, si hacemos tu plano, cuando hacemos otro plano tiene que encajar la guitarra, pero nunca se canta al mismo tempo, entonces, ¿cómo haces un plano y un contraplano y que encaje justo la guitarra?", explica el director. "Había que estar muy vivo en el rodaje, porque me empeñé en que la música fuera en directo. Porque si la película tiene un sello es que no es en playback, es de verdad, desde el pecho".
Tenéis la conversación completa en Sesión golfa, ya disponible en Spotify, iVoox y Apple Podcasts, y en versión en vídeo en nuestro canal de Youtube. O también podéis darle a play aquí abajo.
El legado de Toni Colmenero
En el episodio del podcast Secun de la Rosa nos descubre algunas anécdotas fascinantes de su familia y sus años como estudiante de Arte Dramático en la Madrid de los 90. También nos da tiempo a hablar del legado de Toni Colmenero, el camarero gay extremadamente amanerado de la serie de Telecinco.
El actor defiende así su propuesta caricaturesca: "Carmen Machi, Paco León y yo trabajábamos desde el mundo del clown, es decir, el personaje del payaso blanco, que después de todas sus trastadas cae bien. Toni podía ser homosexual, como Luisma podía ser yonqui, Aída una borracha y su amiga, [interpretada por] Melani [Olivares] una prostituta. Si tú le dices a alguien que los domingos por la noche en televisión la gente veía la historia de una borracha, su amiga puta, su hermano yonqui y el otro maricón, seguramente dirían: "¡Qué fuertes son los españoles!". Pero toda España se lo tragaba con mucha ilusión, y se lo tragaban porque éramos payasos blancos".
Además, para De la Rosa era muy importante que el personaje "fuera optimista, positivo, alegre, diera una imagen buena, cayera bien en todos los hogares y no supusiera una amenaza". Así es como un personaje gay tan afeminado se coló en los hogares de toda España al principio de los 2000. "Conseguí una cosa de la que me siento muy orgulloso: huí de que fuera la marica mala y antipática, la marica redicha que tiene que decir cosas feas que no dicen los otros, la que se pelea con sus propias compañeras de colectivo... a mí me da más asco eso en el colectivo gay, las que insultan, las malas, las maricas tremendas, las que viven de agredir a sus compañeros. Eso Toni no lo tenía, era amigo y compañero. Y además conseguí una cosa que les pedí expresamente a los guionistas, porque [los gais en la ficción] siempre sufren, o se mueren de SIDA o son muy malos. Yo quería un personaje feliz y que las nuevas generaciones fueran muy felices".