Acostumbrados a los dramas habituales de la familia Gallagher en pantalla, hace unos días nos sorprendió la noticia de que la octava temporada de 'Shameless' estaba en la cuerda floja debido a un conflicto real entre los actores. La razón de no saber si la serie continuaría o no era que Emmy Rossum, actriz que da vida a la hermana mayor del clan, pedía a la producción un aumento de sueldo ya que a lo largo de todos estos años, había estado cobrando mucho menos que su compañero de reparto, William H. Macy.
A pesar de que en las últimas temporadas Fiona Gallagher ha tenido un mayor peso en la ficción y la intérprete incluso ha dirigido el cuarto episodio de la séptima temporada, Rossum seguía sin cobrar lo mismo que su compañero Macy, por lo que recientemente exigió tener un mayor caché por episodio e incluso superior al del actor de 'Fargo', por todo este tiempo que ha estado percibiendo económicamente menos que él.
Parece que la disputa salarial ya se ha resuelto y con final feliz, según recoge el portal digital TVLine. Además, la propia Emmy Rossum lo ha confirmado desde su cuenta de Twitter con estas palabras: "Interpretar a Fiona ha sido uno de los grandes privilegios de mi vida. Estoy muy feliz de continuar con la familia de 'Shameless'. ¡Vuelta al trabajo en mayo!".
Playing Fiona Gallagher has been one of the great privileges of my life. I'm so happy to continue w my SHAMELESS family!Back to work in May!
? Emmy Rossum (@emmyrossum) 14 de diciembre de 2016
Por el buen camino de la octava temporada
Con la guerra salarial abierta entre Emmy Rossum y William H. Macy, la actriz corría el peligro de verse obligada a abandonar la serie. EW informa que Rossum ha recibido la oferta de igualar su salario al de William H. Macy, aunque ella quería cobrar algo más que él. Hasta el actor ofreció su apoyo a su hija en la ficción, diciendo que "se lo merece todo". Por lo menos ya ha logrado la igualdad de salario, ya es un paso adelante.
7 razones por las que engancharte a 'Shameless (US)'
Frank Gallagher
Un maravilloso William H. Macy da vida a la figura paterna más desastrosa de la historia de la televisión. Frank Gallagher no puede pasar ni siquiera la mañana sin su pinta y su chupito de JB, su lugar favorito en el mundo es El Alibi, bar de perdedores del barrio, y si le mencionas a sus hijos no se acuerda de todos sus nombres. Borracho y egoísta, no le importa mentir, estafar al gobierno, apostarse un hijo, vender su cuerpo, transportar droga o aprovecharse de moribundos con tal de conseguir dinero o bebida.
Frank aporta los momentos más divertidos de cada capítulo así como los discursos más memorables, y H. Macy es capaz de reflejar de manera tan formidable ese desastroso y alcoholizado existir que a menudo nos olvidamos de que estamos viendo una ficción televisiva y pensamos que estamos sentados junto a un pobre borracho que no para de gritar ¡"otro whiskey doble"!
El continuo fluir de problemas y sorpresas
En Shameless todo es posible, todo. Desde el capítulo uno se van sucediendo momentos tan extravagantes y políticamente incorrectos que, si bien al principio nos dejan con la boca abierta, nos hacen reír y cabecear con el paso de las temporadas según vemos crecer a esta familia.
Los embarazos adolescentes, el fetichismo anal de una agorafóbica, la prostitución con moribundos, los triángulos sexuales con madres e hijas, los trasplantes de órganos ilegales, los bebés asiáticos con síndrome de Down, los tiroteos caseros, el cáncer o fisura ósea como chantaje y los encarcelamientos de menores son solo algunas de las cosas que podemos encontrar en esta dramedia, capaz de mantener el ritmo y el interés del espectador prácticamente en cada segundo.
La relación entre los hermanos
Fiona (Emmy Rossum), responsable de cinco chicos a la fuerza y amante del caos; Lip (Jeremy Allen White), inteligente y hábil conquistador; Ian (Cameron Monaghan), sensible y víctima de su condición sexual y mental; Debbie (Emma Kenney), adolescente sobre-hormonal demasiado adelantada para su edad; Carl (Ethan Kutkosky), delincuente amante de la violencia, y el pequeño Liam, que seguro que pronto empieza a liarla.
Todos ellos forman un tandem maravilloso, un sexteto que unas veces funciona y otras no, pero que siempre consigue reencontrarse a sí mismo. Crecer solos no es nada fácil, hubo y habrá muchos problemas entre ellos, pero, como ellos siempre dicen, "Un Gallagher es un Gallagher". Por la familia, todo.
Los maravillosos vecinos
'Shameless (US)' no sería lo mismo sin Kevin (Steve Howey) y Verónica (Shanola Hampton), los vecinos divertidos y ocurrentes que siempre están al pie del cañón para echar una mano (o ayudar a cagarla más) con lo que sea. La enamoradísima y cañera pareja interracial ha tenido sus idas y venidas durante toda la serie, pero siempre ha sido un apoyo principal para la familia protagonista.
Es más, son muchas las veces en las que sus subtramas salvan capítulos. Su humor, su desapego, su estilo de vida, el que aparezcan terceras personas, el 'holy shit!' de Kevin que ya es un hito, sus mutuos esfuerzos por no liarla que nunca dan su fruto... La cosa se enreda más cuando entra en escena Svetlana (Isidora Goresther), una prostituta rusa que deja perplejos a todos con su ruda inteligencia superior.
Lo agridulce de sus capítulos
En 'Shameless (US)' se pasa mal. Y nosotros lo pasamos mal. Cuántas veces habremos visto a la bella Fiona llorar, maravillosamente interpretada por Rossum. De impotencia, rabia, desamor, amor, dolor. Sus hermanos no se quedan atrás, para ninguno de ellos la vida es fácil, y ese dolor suyo traspasa la pantalla y llega de forma muy limpia al espectador. Incluso Frank, cuando le toca, sufre.
Sin embargo, la serie también tiene su cara totalmente opuesta. Son muchos los giros divertidos y ocurrentes los que los guionistas introducen para, en el momento justo, arrancarnos una sonrisa o una carcajada, aunque justo un minuto antes estuviéramos lamentándonos. Al final, aunque haya mucha desgracia, los Gallaghers siempre acaban sonriendo. Como la vida misma.
Su cultura y adoctrinamiento
Puede parecer paradójico, pero en medio de ese caos, desorden e incorrección que es 'Shameless (US)', se encuentra toda una enseñanza que, como buen producto cultural que es la serie, el espectador puede integrar e incorporar a su día día. No bromeo. ¿Qué otra cosa más que la amistad, el amor fraternal, la lealtad, la lucha, la superación y el creer en uno mismo nos enseña esta ficción?
Sí, también nos enseña cómo no hay que cagarla. Los efectos de las drogas duras, los embarazos a destiempo, la violencia y todas las locuras que hemos podido presenciar a lo largo de seis temporadas no son nada recomendables, pero nos han servido para observar la realidad de muchas personas en todo el mundo. Una vez hemos conocido todo esto, quizás en algún momento estemos a tiempo antes de tomar una decisión.
Su estilo "Boyhoodiano"
'Shameless (US)' comenzó a rodarse en 2010, y es increíble lo que han crecido sus protagonistas (especialmente los más pequeños) desde entonces. El que una serie sea tan larga y rodada a tiempo real, sumado a que sus protagonistas sean niños que van creciendo, recuerda a 'Boyhood', esa película rodada en 12 años con los mismos actores que cambió las reglas de la cinematografía. Le cojas más o menos cariño a un personaje, es imposible desear que lo interprete otro actor (esperemos que no pase).
Hemos seguido de cerca la vida de cada Gallagher: su primera vez en el instituto o universidad, su primera relación sexual, su primer amor, su primer trabajo, su primer contacto con las drogas, sus primeras dudas y frustraciones, su primera pelea... De alguno, hasta su primer paso o palabra. Además, parece que tenemos Gallaghers para rato, ya que son 11 las temporadas que tuvo su predecesora británica. Si aún nos quedan cuatro años de esta maravilla de serie, ¡disfrutemos de ello!