La pasada semana, Shia LaBeouf volvía a ser noticia por sus extravagancias, al ver en un maratón de tres días toda su filmografía y sin descanso. No es la primera vez (ni será la última) en la que el actor ha acaparado titulares por sus curiosas formas de expresión artística, pero el proyecto que le tuvo durante casi 60 horas seguidas viendo su filmografía es uno de sus momentos más mediáticos. Ahora, conocemos las sensaciones de Shia tras este extenso y exhaustivo repaso a sus películas: el actor está encantado.
"Fue muy humanizante para mí. Salí del cine adorándome a mí mismo y no creo que fuera el único que se sintió de esa manera. No puedo expresar cómo de grande fue. Todavía no lo sé. Todo lo que sé es que sentí el peso de ello. Caminaba por las calles y sonreía, como un personaje de dibujos animados... Sentí un apoyo extraordinario". Así ha explicado LaBeouf la experiencia, a través de newhive.com, la página a través de la cual se podía ver las reacciones de Shia mientras veía sus películas, desde 'Corazones de acero' hasta 'Transformers', pasando por 'Wall Street 2: el dinero nunca duerme'.
El evento fue todo un éxito. El cine tuvo durante los días que duró este extraño experimento artístico colas de horas para poder hacerse con un sitio en la pequeña sala en la LaBeouf veía su filmografía en orden inverso. Esta proximidad con los espectadores hizo florecer nuevas sensaciones en el actor. "Una vez que das al play y hay todo esa vulnerabilidad tuya y no solo hay gente captando tu lado artístico, sino también tu lado humano. Viendo eso, has compartido todo".
La soledad del famoso
Esta experiencia ha servido a LaBeouf además para recuperar las sensaciones que tenía antes de convertirse en famoso, ahora que parece vivir en un aislamiento provocado por su condición de actor conocido. "Te sientes exiliado porque eres un famoso". A pesar de ello, LaBeouf se ha sentido muy tocado por esta experiencia, en la que el contacto con el espectador fue clave. "Cuando las películas empezaban a ser malas y todos lo sabían, era un secreto compartido que todos teníamos. Estaba en el mismo barco que ellos, soy un espectador y también es difícil para mí ver esto. De hecho, voy a echarme una siesta porque me odio a mí mismo, no porque esté cansado".