Vivimos la recta final de Sitges con algunos de los títulos más esperados de esta presente edición. Son ya muchas las películas que llevamos a nuestras espaldas, entre las que seguramente se encuentra parte del palmarés cuya lectura se llevará a cabo mañana.
A nosotros aún nos quedan varios films y maratones que disfrutar, y durante estos días hemos continuado siendo fieles a la Sección Oficial a Competición, Panorama Fantàstic y nos hemos adentrado en Midnight X-Treme para comprobar que algunas de las grandes propuestas del año, siempre acaban pasando por Sitges.
Stephanie
Empezamos con uno de los pequeños traspiés del certamen, título del que pocos podían esperar algo pero sobre el que quien esto escribe tenía algo de esperanzas. ¿El motivo? Enésimo título de nuestra querida Blumhouse, que vuelve a contar con Frank Grillo como protagonista.
Aún habiendo parte del público que todavía se muestra reticente a las producciones de la factoría de Jason Blum, no son pocos los amantes del terror que celebran con alegría la llegada de cada uno de los títulos que nos llegan cada año. Sin embargo, 'Stephanie' es la clara muestra de que existe cierta irregularidad en un catálogo del que no todo podría salvarse.
Jugando a la confusión (algo en lo que no caerá el espectador más experimentado) y reflejando una serie de clichés que no son más que infortunios y malas decisiones argumentales, la película dirigida por Akiva Goldsman con niña solitaria en una casa y un misterio por resolver, sirve más como pasatiempo de sobremesa al que prestar poca atención que como film de terror a tener en cuenta.
Nota: 3
Lo mejor: Sus intenciones.
Lo peor: La desgana con la que parece estar rodada.
My friend Dahmer
Imaginad el biopic de un asesino en serie en el que no se cometan asesinatos ni el que apenas puedan leerse ciertos códigos del cine de género. Esa es la principal baza de 'My friend Dahmer', la película que ha dirigido Marc Meyer, basándose en el cómic homónimo publicado en 2012 por John "Derf" Backderf, quien fuera amigo de instituto del célebre psychokiller Jeffrey Dahmer, que a principios de los noventa confesó el asesinato de diecisiete hombres.
El cantante Ross Lynch es quien encarna a un joven Jeff, convertido en el centro de atención de un nuevo grupo de amigos, y sobre el que siempre planeará la sombra de la duda en cuanto a su cordura. Una salud mental seguramente agravada por una particular situación familiar, entre la que destacaba una figura materna absolutamente enloquecida, y que en el film de Meyers recae sobre una Anne Heche rescatada del olvido y dispuesta a que, a base de una adorable dosis de histeria, pretende volver a estar en el punto de mira.
Como si de un título de institutos se tratase, asistiremos a lo que podríamos dictaminar como la precuela a los hechos que Dahmer llevó a cabo entre 1978 y 1991. Una suerte de coming-of-age de un psychokiller, donde quienes conozcan la macabra biografía del apodado Carnicero de Milwuake podrán ver algunas pinceladas de lo que acabaría derivando en una de las mentes más perturbadas de la historia de Estados Unidos.
Nota: 7
Lo mejor: Lynch y Heche.
Lo peor: Un diseño de producción un tanto pobre, compensado por el magnetismo de su historia.
Game of Death
Imaginemos un cruce entre 'Jumanji' y 'Scanners' protagonizado por un grupo de jóvenes que vienen a representar, bajo todos sus preceptos, a la generación millennial. El resultado es 'Game of Death', salvajada canadiense dirigida por Sebastien Landry & Laurence Morais-Lagace, quienes firman el guion junto a Edouard H. Bond y Philip Kalin-Hajdu.
La premisa parte de algo tan sencillo como el pertinente grupo de amigos de fiesta en una casa, quienes decidirán amenizar la velada jugando al juego de sobremesa que lleva por nombre el mismo que el de la película. Las reglas del mismo establecen que aquellos que se presten a jugar deberán acabar con la vida de un número de personas indicado por el propio juego. Si no, éste será quien tome las decisiones.
El tablero se convierte aquí en el brazo ejecutor de la trama, en la línea de lo que ya hizo 'Beyond the Gates' el año pasado. Los amantes del gore más salvaje recibirán con los brazos abiertos esta fiesta repleta de mensajes políticamente incorrectos, sangre y casquería a mansalva y una banda sonora compuesta por Julien Mineau, que tira de sintetizador para conectar con el espectador.
Nota: 7
Lo mejor: Su primera media hora.
Lo peor: A partir de ahí, la cosa se desinfla y pierde parte de la potencia con la que se nos había presentado.
November
Lo primero que hay que dejar claro al hablar de 'November' es que no estamos ante un intento estonio por hacer una nueva 'La bruja'.
A diferencia del título de Robert Eggers, el de Rainer Sarnet (pre-seleccionado por Estonia para su representación a los Oscars 2018) abraza absolutamente el surrealismo y la comedia absurda, inspirándose en una serie de leyendas estonias. La historia nos lleva hasta una comunidad pagana del siglo XIX en la que sus habitantes conviven con la magia negra y son conscientes de que junto a ellos habitan toda una serie de seres sobrenaturales.
Bajo una impecable fotografía en blanco y negro, Sarnet compone una de las propuestas de género más arriesgadas de la temporada, la cual pone sobre la mesa un imaginario fantástico absolutamente novedoso que recuerda al cine de Carl Theodor Dreyer y a 'El Viyi' ruso.
Nota: 6
Lo mejor: Su fotografía.
Lo peor: La forma en la que se mueve a través de los géneros la convierte en una expereincia un tanto difícil de digerir.