Si empezamos a hablar de thrillers eróticos que marcaron la historia del género a finales del siglo XX, uno de los que siempre vienen a la cabeza a la primera de cambio es 'Atracción Fatal', film con el que Adrian Lyne conseguía consagrarse del todo en Hollywood y con el que alcanzaba un brutal (e inesperado) éxito en la taquilla mundial.
En una historia marcada por los celos y en la que el personaje de Alex Forrest pasó a la historia como ejemplo de mujer perturbada y movida por los traumas y el rechazo, la premisa de la que partíamos era sencilla: Dan, un padre de familia ejemplar encarnado por Michael Douglas, aprovechando que su mujer (Anne Archer) está fuera de la ciudad, mantiene un tórrido affaire con una sensual mujer llamada Alex, a quien impregnó de vida de forma sublime Glenn Close. Con la intención de volver a la normalidad y queriendo olvidar lo sucedido, el hombre intentará regresar a su vida, pero Alex no acepta que Dan la haya tratado como un objeto.
El éxito que nadie esperaba
Pionera por la forma en la que el despecho y su posterior venganza era presentada en pantalla, 'Atracción fatal' acabó siendo un hito cinematográfico, el cual sigue perdurando a más de treinta años después de su estreno, logrando que los arquetipos que en ella se presentaban cual tópicos, sean considerados a día de hoy como ejemplos vitales de la sociedad y las formas de relacionarse entre hombres y mujeres a finales de los ochenta.
Por si fuera poco, el film logró convencer a la Academia, consiguiendo hasta seis nominaciones a los Oscar, incluyendo las de Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actriz para Close, Mejor Actriz Secundaria para Archer, Mejor Guion Adaptado (se basaba en 'Diversion', un mediometraje de James Dearden) y Mejor Montaje.
Con un legado incontestable, en el presente especial hacemos memoria y recordamos algunos de los detalles más relevantes en cuanto a la concepción, rodaje y recibimiento de 'Atracción fatal', un film al que el paso de los años le ha sentado maravillosamente y que siempre está bien recordar.
Curiosidades de 'Atracción fatal'
La bruja
Uno de los símiles que más han sido tratados a la hora de divagar en torno al personaje de Alex Forrest, es el hecho de compararla con una especie de bruja contemporánea, síntoma de la imperante sociedad machista del momento en el que la película llegó a las salas.
A finales de los ochenta, si eras una mujer rondando los cuarenta y estabas soltera, significaba que algo andaba mal. Es por ello que la asociación de Alex a la de un personaje al margen de la sociedad no parece algo fuera de lo normal y por lo que surgen las comparaciones con el arquetipo de la bruja, entendido este cual símil de mujer independiente que no tiene porqué estar ligada a la vida de un hombre, pese a que finalmente sea uno el que la acabe por trastornar.
El final alternativo
En el final originalmente rodado, el personaje de Glenn Close se suicidaba mientras escuchaba la ópera de Madame Butterfly, en un final absolutamente trágico y digno del personaje. Pero tras unos primeros pases de prueba con público, este demandó que el final debía ser otro.
El público quería ver morir a Alex, y al parecer no podía haber otra forma que lo hiciese a manos de Beth, la esposa del hombre infiel, encarnada por Anne Archer. En un primer momento, tanto Close como Adrian Lyne se negaron a volver a rodar, pero los productores acabaron convenciendo al director con un cheque extra por valor de 1,2 millones de dólares.
Con semejante final, aquel en el que Alex aparecía cuchillo en mano en la casa familiar de los Gallagher, la cual Beth defendería a capa y espada ante la intromisión de una perturbada, el personaje de femme fatale se desdibujaba para empezar a considerarse como una de las locas más recordadas del cine.
Buscando director
Antes de que 'Atracción Fatal' encontrase al candidato idóneo para dirigirla, uno de los nombres que sonó con mayor fuerza fue el de Brian de Palma.
A día de hoy, es muy sugerente el pensar cuál hubiera sido el resultado final si De Palma hubiese sido el director, tarea que finalmente acabó recayendo sobre Adrian Lyne, en el que sigue siendo uno de sus trabajos más redondos.
Las primeras opciones para Alex
Cuesta imaginar 'Atracción Fatal' sin Glenn Close como Alex Forrest, pero como suele pasar en Hollywood, la actriz no fue la primera opción de los productores, quienes en un primer momento pensaron en Diana Ross para que fuese la estrella de la película.
Después, y con la intención de buscar mejores opciones, el guion se le ofreció a Anjelica Huston, Mia Farrow, Faye Dunaway, Isabelle Adjani y Sally Field, quienes lo rechazaron.
El casting
Emma Thompson, Debra Winger, Barbara Hershey y Miranda Richardson llegaron a hacer el casting, incluso Kirstie Alley se mostró absolutamente reticente a encarnar a Alex.
Finalmente, y después de que
Glenn Close hiciera la audición para el papel, se lo acabó ganando por méritos propios.
Última oportunidad
Que Glenn Close consiguiera el papel, no quiere decir que eso fuese un logro alcanzado a la primera. Por aquel entonces, la actriz creía que su carrera ya no iba a acabar de despegar del todo, por lo que se implicó totalmente para convertirse en Alex.
En un primer momento, los productores habían dudado en cuanto a la encarnación de Close como Alex, pues no veían en ella la sexualidad que debía desprender el personaje. Fue tras la insistencia de la actriz cuando consiguió una lectura del guion junto a Michael Douglas, en la que escenificaron la escena del primer flirteo entre ambos en el bar.
Con Adrian Lyne allí presente, el director fue de los primeros en quedar prendado ante la interpretación de la actriz, quien demostró que podía ser capaz de otorgar a Alex del carácter con el que había sido creada en el guion.
En la mente de Alex
Glenn Close quiso que su interpretación fuese lo más realista posible. Para ello, consultó con un psiquiatra acerca de la motivación que podía llevar a que el personaje actuase de tal forma.
En un primer momento, la actriz pensó que Alex simplemente era una psicópata, pero por la forma en la que la ira domina sus actos, y por el hecho de sentirse vilipendiada por el personaje masculino, el experto al que consultó dictaminó que lo más probable fuese que se trataba de una mujer traumatizada por haber recibido algún tipo de abuso en su infancia, trauma que proyecta en su yo adulta de forma implacable contra el infiel de Michael Douglas.
Lugares comunes
Adrian Lyne optó por recurrir a un espacio que el público ya conocía para rodar lo que sería el apartamento de Michael Douglas y Anne Archer en 'Atracción Fatal'
Un año antes, el lugar había sido la vivienda de Kim Basinger en 'Nueve semanas y media'.
Taquillazo
En un primer momento, el estudio no pensó en todo el potencial que tenía 'Atracción Fatal', que costó 14 millones de dólares.
Por aquel entonces, Adrian Lyne había tenido ya algún éxito pero el suyo no era aún un nombre que arrastrase a la gente a las salas. Sorprendentemente, el film se convirtió en una de las grandes sorpresas del año, pues no solo superó todas las expectativas posibles, sino que acabó convertida en la película más taquillera de 1987 en Estados Unidos, sumando un total de más de 320 millones de recaudación, lo que al tener en cuenta el valor de la inflación, hace que a día de hoy la cifra fuese superior a los 700 millones, todo un logro para un thriller.
Híbrido entre géneros
A día de hoy, 'Atracción Fatal' sigue considerándose como uno de los grandes ejemplos de thriller erótico de todos los tiempos, pero en realidad el film va mucho más allá de eso.
Podríamos estar hablando de ella como un drama psicológico, en el que se nos presenta un personaje totalmente roto que poco a poco se va sumergiendo en la locura motivado por la decepción y el abandono. O sobre un título costumbrista acerca de cómo el patriarcado imperante de la época convertía al padre de familia exitoso (abogado, cómo no) en alguien merecedor de poder ser infiel sin que esto manchase su historial.
La tercera asociación, y contra la que luchó Glenn Close por el hecho de creer fervientemente en el personaje de Alex, fue la que convertía el film en una suerte de título de terror con potencial psychokiller de por medio.