Dirigida por Rodrigo Triana ('Como el gato y el ratón') y basada en los hechos reales acontecidos en mayo de 2003, 'Soñar no cuesta nada' cuenta la historia de un grupo de soldados militares colombianos del batallón antiguerrilla Destroyer, que encontraron en la selva cerca de 46 millones de dólares pertenecientes a las FARC.
La película, que se estrena en nuestro país a mediados de septiembre, ha sido proyectada en los festivales de Cannes, el Chicago Latin Film Festival (donde obtuvo el Premio del Público), el Festival Latino de Los Angeles, Palm Spring y los premios Goya entre otros.
Interpretada por Diego Cadavid, Verónica Orozco, Manuel José Chávez, Juan Sebastián Aragón y Marlon Moreno, la película se centra en la historia de los soldados Porras, Venegas, Lloreda y Perlaza, y podría considerarse como una suerte de metáfora de la vida misma, en la que podemos ver cómo un grupo de gente de clase baja se transforma al convertirse en poseedora de una gran fortuna.
De producción bastante humilde, 'Soñar no cuesta nada' es una película muy amena y entretenida, en la que los diálogos comparten protagonismo con las (algunas divertidas, otras no tanto) aventuras que los soldados protagonizan con tal de no ser descubiertos por sus superiores y ser sometidos a un consejo de guerra.
Probablemente 'Soñar no cuesta nada' pase por nuestras carteleras sin pena ni gloria, como suele ser habitual con este tipo de producciones, pero quien vaya a verla seguramente salga con una sonrisa en los labios; no de oreja a oreja, pues la película no es ninguna obra cumbre del cine del siglo XXI ni mucho menos, pero al menos tendrá la sensación de que no ha malgastado para nada su dinero.
A caballo entre la tragicomedia y el mensaje moral, 'Soñar no cuesta nada' puede enfocarse desde diversos puntos de vista: uno de ellos sin duda sería la avaricia del hombre, el cual es capaz de realizar actos completamente disparatados, como pegarse un tiro en la pierna, con tal de obtener dinero fácil; por otro lado, la película bien podría considerarse como un dardo envenenado dirigido al gobierno y ejército colombianos, pues el retrato que el director Rodrigo Triana realiza de los soldados no es precisamente favorable, aunque tampoco excesivamente incisivo. Más bien, la película retrata a un grupo de gente corriente que se encuentra ante la posibilidad de cambiar radicalmente su modo de vida hasta un status muy superior, y sus consecuentes excesos.
Por último, tenemos en la figura de uno de los soldados el mojigato retrato de la incorruptibilidad, de la buena fe, por decirlo de algún modo, del hombre que no se deja seducir por el dinero sucio obtenido con el tráfico de drogas, los secuestros y los asesinatos.
¿O no?
Así pues, 'Soñar no cuesta nada' es un agradable descubrimiento que nos hará pasar un buen rato, con muchas secuencias repletas de vises cómicas, un mensaje moral no demasiado puritano, y un streep-tease antológico.
Película sin pretensiones, pero muy bien realizada. Recomendable.
