En 2019, cuando vimos las primeras imágenes de 'Sonic: La película', pocos hubieran imaginado que la franquicia del erizo azul se convertiría en todo un fenómeno cinematográfico. Aquel terrorífico diseño del personaje, las malas opiniones del tráiler o el anuncio de Paramount de una corrección, transmitían la sensación de un producto descuidado que sucumbiría a la maldición de los videojuegos en la gran pantalla, pocas veces trasladados con éxito al cine. Pero nada más lejos de la realidad.
Contra todo pronóstico, la película salvó los muebles con su lavado de cara y se erigió como uno de los títulos familiares más brillantes de aquel fatídico 2020, cuando la producción cinematográfica se dio de bruces con la llegada del COVID. Pero no solo por sus buenos resultados económicos, ya que tanto crítica como público cayeron rendidos con comentarios ante una adaptación rebosante de diversión y cariño hacia el personaje de SEGA.
La llegada de una secuela fue inevitable, y, sabiendo que ya pisaban sobre seguro, el aumento de ambición hizo acto de presencia. No tanto por ampliar el universo de Sonic e incorporar nuevos personajes como Knuckles o Tails, más bien por apostar por una aventura más dinámica, espectacular y con más acción que exprimía mejor el espíritu plataformero de los videojuegos.
Alcanzada esta posición, donde se llegaba a un punto álgido difícil de mejorar, el riesgo de seguir adelante y expandir la saga solo por el beneficio económico podría traducirse en desastre. Ahí está el ejemplo de la serie de Knuckles para SkyShowtime, que obtuvo críticas fatales y su repercusión fue casi nula. Sin embargo, con 'Sonic 3: La película', Paramount ha vuelto a hacer los deberes. Y de la mejor manera posible.
No es que esta tercera entrega invente nada. Sigue siendo un título familiar que se apoya en los mismos esquemas que sus predecesoras. Las bromas ligeras, las situaciones de comedia de enredos y los chascarrillos propios de los personajes de SEGA siguen a la orden del día. Pero los responsables del film, el director Jeff Fowler y los guionistas Patrick Casey, Josh Miller y John Whittington, se adentran en nuevos terrenos que elevan la saga a un nuevo nivel.
Todo es gracias lo bien que han sabido incorporar a Shadow, el erizo oscuro a quien da voz Keanu Reeves en la versión original en inglés. Los que sean fans de los videojuegos de Sonic conocerán de primera mano el tono más intenso y oscuro que arrastra el personaje, que es justo lo que esta secuela aprovecha para sorprender desde la acción y desde el desarrollo emocional de las tramas.
Por ejemplo, la primera aparición del personaje, en el enfrentamiento con Sonic en el corazón de Tokio que se deja ver en los tráilers, posiblemente nos deje una de las secuencias de acción más trepidantes de la saga e incluso de todo el 2024. El espíritu indomable de Shadow, su aura oscura, su toque más adulto o el presentarse como una versión más potente del erizo azul, se aferra con fuerza a la norma de las secuelas del más y mejor. Pero no solo sorprende desde la pirotecnia.
La historia de Shadow te llegará al corazón
'Sonic 3' pone su foco argumental en la historia de Shadow, un ser oscuro al que no tardamos en verle con otros ojos tras conocer su triste pasado. La dolorosa narración de su amistad con Maria Robotnik, la nieta de Gerald Robotnik que le su guía en el mundo cuando se cuestiona su razón de ser, deja un relato tan duro como emotivo, que lleva a la saga a un tono más adulto y maduro.
Esto pone sobre la mesa el tema del vínculo fraternal, que la película expande a la relación de Sonic con sus amigos, elevando con mucha maña la parte dramática y emocional e incluso llevándote a soltar alguna lagrimilla. Aunque el verdadero mérito está en cuadrarlo dentro del tono de comedia familiar para todos los públicos al que sigue ligada, porque, como decía, no abandona los esquemas de sus predecesoras y mantiene el mismo espíritu de diversión. Puede parecer contradictorio, pero el guion sabe dosificar muy bien cada género y en qué puntos golpear con cada uno de ellos.
El único inconveniente está en dejar de lado a secundarios como Knuckles o Tails. Se centra tanto en Shadow que no tiene espacio para jugar con todos los personajes que ya conforman el universo cinematográfico de Sonic. De los presentados en anteriores entregas, solo el Ivo Robotnik de Jim Carrey sobresale. No solo por el placer de ver al actor de 'Ace Ventura, un detective diferente' o 'El show de Truman' en ese excentrismo cómico tan particular que tanto echamos de menos, también porque cuenta con la ventaja de interpretar un doble papel.
Si su vis cómica ya era un deleite con Ivo Robotnik, su interpretación como Gerald Robotnik, con el que juega con las contradicciones entre ambos personajes y se empeña a llevarlo a un extremo aún más alocado, nos deja un festín de diversión mayor que el de las dos primeras películas. Y es que claro está que 'Sonic 3: La película' ha puesto todos sus esfuerzos en seguir creciendo, en elevar todas sus virtudes y en entregar un título que ofrezca todo lo que uno espera de una gran secuela.