Lo tengo claro, el fandom de 'Star Wars' es el mejor del mundo. Para empezar porque no escapa a nadie. Los fans se implican hasta el final, pero es que además el impredecible trámite de viajar con una espada láser arranca sonrisas y contagia esa ilusión rodeada de buen rollo que nace de un iconismo innegable. Eso es lo que más me gusta del grupo absolutamente ecléctico y adorable que forman los seguidores de aquella saga que arrancase con una Space Opera como nunca antes se había visto. Y es que desde aquella guerra de las galaxias el universo creado por George Lucas no ha dejado de expandirse en todas las direcciones logrando mantener un espíritu familiar propio que se disfruta muchísimo cada vez que toca convención.
Dos décadas de 'Star Wars Celebration' no han perturbado ni un poquito el corazón de esta cita ineludible, un evento gigante que llama especialmente la atención, no por su contenido, que despierta el interés de medio mundo, sino por su ambiente. Es muy llamativo el respeto, la inclusión y la entrega de unos fans que pueden esperar horas solo para ceder su sitio a un seguidor con un cosplay increíble y todas las ganas. "Tú eres más fan, tienes que entrar". Pedidas de mano, amigos de por vida y un sentimiento de comunidad cálido como pocos es lo que hace que esta franquicia no deje de crecer. Esos fans que se sienten como en casa en esta convención, jamás van a renunciar a una mega festividad galáctica tan difícil de describir como de abandonar, algo que contribuye sin duda a su longevidad más que robusta.
Hay colas para todo, pero la alegría nunca se marcha y la generosidad está presente siempre. Aquí el Lado Oscuro solo hace su aparición encarnado en los modelos más molones inspirados en un diseño de vestuario que esconde infinitas posibilidades. Un Luke a punto de ser devorado por la misteriosa criatura que vive en el dispensador de basura de la Estrella de la Muerte, un Darth Vader en las últimas, decenas de Heras y Ahsokas, mandalorianos por todas partes, princesas Leia guerreras, regias; Caballeros Jedi siempre listos para un duelo de espadas, Chewbaccas, Moradores de las arenas... La diversidad que transmite esa variopinta elección de disfraces es un fiel reflejo de lo mejor de estos días de intensivo galáctico: personas de todo tipo disfrutando de un acogedor universo en el que hay hueco para todos.
¿Así qué pasa? Pues que los paneles se convierten en una actividad más que puede incluso llegar a perder lustre ante el frenético ir y venir de un espacio principal lleno de encuentros con autores, puestos con artículos de coleccionista, recreaciones de nuestros rincones favoritos de cada película, y un escenario que se asegura de que cada asistente a la Celebration disfrute en directo y a dos pasos de las últimas novedades que se acaban de anunciar.
Por los fans, para los fans
Esa ha sido una de las estupendas mejorías de la descrita como la mayor 'Star Wars Celebration' hasta la fecha: un 'The Star Wars Show' de lujo. Y es que este espacio conducido por Andi Gutierrez y Anthony Carboni, se ha encargado de entrevistar a todos los asistentes de cada panel justo al término del mismo, algo que no solo deja entrevistas estupendas y distendidas para los que disfrutan desde casa conectados al streaming; sino que acerca cada acontecimiento a aquellos que se han quedado sin hueco en el Celebration Stage, el centro neurálgico de la convención.
En este amplísimo pabellón es donde empieza la fiesta, de la mano de un DJ Elliot infalible y de esa expectación vibrante que solo es capaz de transmitir una sala así de apasionada. Este año lo gordo se ha concentrado en tres citas imprescindibles: El panel del Episodio IX, el de 'The Mandalorian' y (sorprendentemente aunque no mucho) el de 'Star Wars: The Clone Wars'. Los dos primeros venían previstos desde casa, pero el tercero ha protagonizado el giro inesperado de superar en entusiasmo, contenido e intensidad al panel del 20 aniversario de 'Episodio I - La amenaza fantasma'; que era favorito, y ha estado repleto de vítores y aplausos a la vez que perdía fuelle por la ausencia de las estrellas de la cinta y la comparación odiosa que lo enfrenta a aquella montaña rusa de emociones que fuese el 40 aniversario de 'Episodio IV - Una nueva esperanza'.
Un regreso muy sentido
Pero es que lo de 'The Clone Wars' es otro nivel. Tras aquella dolorosa cancelación se asentó una pena tal en el corazón de Dave Filoni, su showrunner, y de los fans de esta serie de animación, que ha sobrevivido al paso del tiempo, transformándose en puro deleite en aquel momento de salvación patrocinado por el nacimiento de un canal en streaming ávido de contenido.
El primer vistazo a ese nuevo contenido que veremos en Disney + provocó una perturbación en la Fuerza tan potente que muchos asistentes no pudieron evitar la emoción, entre ellas una de las realizadoras del propio evento que tuvo que enjugarse las lágrimas al término del mismo. Así estamos. La entrega es tal que la ebullición es incontrolable y escandalosa, todo un viaje animadísimo que no decae porque el musicote no se queda en los paneles, sino que se extiende por los pasillos. Altavoces al máximo con toda clase de temazos amenizan las colas, las paradas en boxes al lado de los puestecillos de comida para reponer fuerzas, o los momentos de reposo en modo sentada en torno a una zona con enchufes disponibles. ¿La fiesta? Interminable, como las opciones. Y es que más allá de esos paneles que vertebran el festival, hay propuestas de todo tipo para disfrutar de la saga en comunidad. Construcción de droides podcasts varios, fitness con sables láser, origami, artículos de coleccionista nunca antes vistos, ponencias en la Star Wars University y hasta varias sesiones de citas exprés abiertas a todas las tendencias sexuales.
De verdad que lo de la inclusión impresiona. Hay fans con discapacidad, movilidad reducida o enfermedades complicadas que olvidan que esto sea un impedimento en absoluto. Se que suena entre cursi e increíble pero es que en la 'Star Wars Celebration' hay mucho amor, uno tan presente como para confirmar que esa toxicidad que parecía impregnarlo todo tras el backlash de 'Los últimos Jedi', no solo es anecdótica sino absolutamente ajena a un fandom que no pierde el optimismo ante nada, ni siquiera al enfrentarse a la tormenta perfecta que transformó Chicago en el helado planeta de Hoth.
Tras cinco días de inmersión completa, la aventura se ha acabado. Ya no toca cruzarse por los pasillos con las tropas imperiales, toda clase de Princesas Leia o el más variopinto abanico de criaturas galácticas. Dj Elliot ya no nos pondrá las pilas antes de cada panel ni podremos cazar más artículos de merchandising de esos que hacen que el corazón de un fan crezca dos tallas. Tampoco viviremos plantando cara a una avalancha de emocionantes novedades ni tendremos la oportunidad de cruzarnos con nuestros actores favoritos... Pero una cosa está clara: la energía positiva, el entusiasmo y el buen rollo en general han alcanzado tal nivel en esos cinco días del 11 al 15 de abril, que tenemos "gasolina" de sobra para aguantar con el subidón hasta el año que viene. Anaheim 2020, prepárate, que vamos.
