¿Debería Colin Trevorrow retirarse de 'Star Wars: Episodio IX'? Es la pregunta que muchos se hacen desde que se estrenó la última película del director, 'The Book of Henry'. Otros, directamente, especulan sobre si Lucasfilm echará al director y cuánto tardará en hacerlo. No sería la primera vez. Josh Trank iba a dirigir un spin-off de la franquicia hasta que sucedió eso: los 'Cuatro Fantásticos".
Algunas de las palabras que recibió la última película de Colin Trevorrow y no veréis en el póster son: "cercana a la catástrofe... estúpida" (The Hollywood Reporter), "mala" (Variety), "sentimentaloide, manipuladora y esquizofrénica" (Slant), "un drama penosamente obvio" (IndieWire). Léanse enteras las de Peter Bradshaw en The Guardian: "En su pura repelencia mal calculada, sus malas actuaciones, su cursilería estrafalaria, irritante y pasivo-agresiva, esta terrible película no podría ser más desagradable".
Resumiendo, que la película es mala. Mala, mala. Recogeríamos algún comentario positivo pero tiene un 28% en Metacritic y un 25% en Rotten Tomatoes. ¿Podría suponer, entonces, la destitución del director? ¿Debería hacerlo?
Owen Gliberman opina que los fans están en su derecho de cuestionar la confianza depositada en Colin Trevorrow y, desde Variety, ha dado su opinión al respecto. Para él, las dudas no provienen tanto de 'The Book of Henry', un proyecto muy distinto al que será el 'Episodio IX', como de su trabajo en 'Jurassic World'. Corramos pues un tupido velo sobre 'The Book of Henry' y centrémonos en el gran éxito del director.
Colin Trevorrow se ganó un título en la franquicia de Lucasfilm al viejo estilo de Hollywood: con un megaéxito anterior en taquilla. En 'Jurassic World', Trevorrow supo articular la nostalgia y los efectos especiales para relanzar la franquicia de los dinosaurios directa a los récords de taquilla. Con 1.600 millones recaudados en todo el mundo, 'Jurassic World' es la cuarta película de mayor recaudación de la historia (la número 24 en EE.UU. si tenemos en cuenta la inflación). Sin embargo, se trata, según Gliberman, de una película sin empuje ni genio: una máquina de CGI sin rastro de humanidad. Su mayor atractivo: hacer un T-Rex "más grande todavía". El crítico amplía el diagnóstico al resto de sus películas y va al corazón del problema: ¿puede un director que jamás insufló un rastro de humanidad en sus películas tomar las riendas de la saga que en 1977 redescubrió, más allá de la grandiosidad y el espectáculo, la magia y la humanidad de contar historias?
Pero, claro, una cosa es señalar el problema, aunque se vaya directo a su corazón, y otra muy distinta que vayan a cambiarse las cosas. Kevin Lincoln ha analizado para Vulture la posibilidad de que la destitución sea llevada a cabo, y su conclusión no podía ser más clara: no va a pasar.
En primer lugar, señala, queda por examinar si la taquilla de 'The Book of Henry' reproduce la opinión de la crítica (cosa más que probable) y, también, hay que recordar que en los últimos años se han tratado de levantar muchas franquicias sin el éxito que tuvo 'Jurassic World' (algo tendrá). Estamos hablamos de un éxito-escudo muy muy grande frente a una película ('The Book of Henry') muy pequeña. En unos meses, dice el crítico, la mayor parte del público no sabrá que existió algo llamado 'The Book of qué'. Incluso si la cosa se pone fea una vez comience el rodaje, Colin Trevorrow podría recibir una ayudita al estilo Gareth Edwards; cosa que, por cierto, no le hizo ningún daño ni a 'Rogue One: Una historia de Star Wars' ni a su director.
Es cierto que ya hay un precedente de destitución en LucasFilm, pero, señala Lincoln, "El caso Trank" no tiene nada que ver con "La polémica Trevorrow". Los 'Cuatro fantásticos' eran una gran acontecimiento en la carrera de Josh Trank mientras que 'The Book of Herny' ha sido unas vacaciones de su director: no puede compararse el presupuesto y las pérdidas a que se exponen ambas películas. Y, lo más importante, no están sucediendo escándalos e indiscreciones como los que provocó Trank contra la productora tras la acogida de su película. En cambio, entre Colin Trevorrow y los productores todo parece ir como la seda. Frank Marshall, productor de 'Jurassic Park' y su esposa Kathleen Kennedy, presidenta de LucasFilm, no han tenido más que buenas palabras hacia el director.
A pesar de todo, LucasFilm siempre está muy atenta a sus seguidores y no querría entrar bajo una atmósfera de fracaso en la película que debe cerrar su última e importante trilogía. Pero hay mucho dinero ya en juego y muchas otras formas de evitar un desastre. En cualquier caso, se puede pensar, es una pena que para esta tercera parte se optara por un director como Trevorrow, sin una personalidad que aportar a la franquicia y al que puede que la productora deba vigilar, en lugar de alguien como Rian Johnson, quien, se dice, ha tenido gran libertad e ideas que plasmar en 'Star Wars: Los últimos Jedi'. Pero sin duda es algo que LucasFilm ya sabía cuando contrató a Colin Trevorrow pensando en tenerlo todo (y a todos) atado y bien atados para el cierre de la trilogía.
Y en España qué
Algo parecido se comenta en las redes sociales españolas. Estos son algunos de los comentarios más destacados:
Trevorrow no va a perder Star Wars IX por las malas críticas de Book of Henry, como algunos sugieren. En Lucasfilm sabían lo que compraban.
? Ángel Vidal (@darkavm) 16 de junio de 2017
Es gracioso que se dé tanto énfasis al director cuando en mandan los productores, el director (Kershner, Marquand, Abrams) es una pieza más.
? Acaimo González (@acaimo) 16 de junio de 2017
Desde que vi Jurassic World y me enteré de su fichaje, supuse que le tendrían bien controlado con sus esquemitas y no le dejarán cagarla.
? Javchas (@revydosmanos) 16 de junio de 2017
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El miedo a una hecatombe
George Lucas pensaba que su creación iba a ser un fracaso, en lo que coincidían algunos amigos a los que había mostrado la película en un pase privado. Es el caso de Brian de Palma, quien la calificó como la peor película que había visto. Así que Lucas, en vez de atender al estreno, se fue de vacaciones a Hawaii con Steven Spielberg. Durante su estancia germinaron la idea de 'Indiana Jones'.
Cuando las secuelas no dominaban la Tierra
La escena de 'La guerra de las galaxias' en la que el el TIE fighter (caza estelar) que pilota Darth Vader queda fuera de control en el espacio, con el villano, por lo tanto, aún vivo, fue incluida más tarde, por la insistencia de Lucas, ya que otros componentes del equipo consideraban que dejaba abierta la opción de una secuela (y entonces no estaban bien consideradas como opción comercial rentable).
El director que solo sabía dos frases
Los actores achacaban a George Lucas que fuera poco comunicativo. Solo decía: "Más rápido" o "Más intenso". Cuando durante unos días se quedó sin voz, le facilitaron una pizarra donde estaban escritas esas palabras.
El héroe que podía parecer el líder de una secta
Ya había comenzado el rodaje cuando Lucas decidió modificar el apellido de Luke, del original Starkiller por Skywalker. Temía que "el asesino de estrellas" adquiriera connotaciones que se asociaran con Charles Manson (célebre por el asesinato de la actriz Sharon Tate y cuatro amigos el 9 de agosto de 1969). J.J. Abrams homenajea al nombre en 'El despertar de la fuerza': la principal base se llama 'Starkiller base'.
La amenaza fantasma de las prendas (o de su ausencia)
Los productores querían que Chewbacca no fuera desnudo, sino que vistiera algún atavío, como unos pantalones cortos. Peter Cushing sufría con las botas que tenía que portar. Por eso no las utilizaba en los planos que no eran generales y no se le veía de cuerpo entero. Los pechos de Carrie Fisher fueron cubiertos con cinta adhesiva para que no se transparentaran, ya que el vestuario no permitía portar lencería. Como dijo ella irónicamente: "Como todos sabemos, no hay ropa interior en el espacio exterior". Sus repetidas quejas sobre su vestuario en las dos primeras obras de la saga, con las que, dijo, "no parecía una mujer", dieron sus frutos. De ahí, su escaso vestuario como esclava de Boba Fett en el inicio de 'El retorno del Jedi'. Claro que difícil de manejar o controlar. Antes de rodar cada plano, tenía que estar pendiente alguien de vestuario de que los pechos se mantuvieran ajustados en el interior de tan escasa tela. Pero muchos planos debieron ser rodados de nuevo porque los rebeldes pechos no dejaban de desafiar al imperio de escasa tela.
La fuerza con ojos rasgados y tamaño pequeño
Antes de decantarse por Alec Guinness para interpretar a Obi Wan Kenobi, se consideró la posibilidad de que fuera el actor japonés Toshirô Mifune, protagonista de 'La fortaleza escondida', y que la princesa Leia también tuviera rasgos orientales. También se había considerado que Luke, y sus tíos, fueran enanos.
Los directores posibles
Paul Verhoeven fue considerado para rodar 'El imperio contraataca', tras rodar 'Eric, oficial de la reina'. Mantuvo una reunión, en la que enseñó su película 'Vivir a tope', pero no supo más. David Lynch (como ya te contamos) y David Cronenberg fueron tanteados para rodar 'El retorno del Jedi', pero ambos desestimaron la oferta.
La inspiración robótica y cómica
El antecedente del diseño de R2-D2 es el de los robots asistentes de 'Naves misteriosas' (1972), de Douglas Trumbull. Y el de C-3PO, el del Maria en 'Metropolis' (1926), de Fritz Lang, el primer robot de la historia del cine. Y se convirtieron en la versión robótica de 'El gordo y el flaco' (Oliver Hardy y Stan Laurel).
El maldito sonido de la fuerza
El sonido de los sables láser se consiguió golpeando con un martillo el alambre de retención de una radio torre de antena. En 'La amenaza fantasma' (1999), durante las peleas con las espadas láser, Ewan McGregor acompañaba cada movimiento con el zumbido correspondiente, cual niño que emula el combate y pone el efecto de sonido que falta. Fue advertido durante el proceso de montaje y suprimido. Por su parte, Jake Lloyd, el actor infantil que encarnó a Anakin, declaró que decidió no proseguir con la interpretación en más películas por el trauma que le supuso el comportamiento de otros niños que no dejaban de imitar el sonido de las espadas láser cada vez que se cruzaban con él. Lo que se agravó, convertido en tortura, por el hecho de que la película no satisfaciera las expectativas de los fans.
La fuerza tiene sus límites
En 'El imperio contraataca' (1980), Mark Hamill tuvo que golpear su cabeza 16 veces contra el techo de la choza de Yoda antes de que el director, Irvin Kershner, quedara satisfecho. En 'La guerra de las galaxias', en la secuencia de la trituradora, aguantó tanto la respiración bajo el agua que se le reventó una vena facial. En el siguiente plano que rodaron se le encuadró desde el perfil indemne.
En una galaxia muy lejana una patata y un zapato se convirtieron en asteroides
Se rumorea que un asteroide era un zapato. Por lo que parece, debido a la insistencia de Lucas en que rehicieran los asteroides, uno de los diseñadores de efectos especiales lanzó hastiado uno de sus zapatos entre los asteroides. Se dice que fue corregido en una posterior remasterización. Lo que sí es seguro es que un asteroide es una patata. Aparece cuando el Halcón Milenario entra en el campo de asteroides: es el tercero que aparece por la izquierda.
La caja mágica
Carrie Fisher tuvo que subirse a una caja en muchos de los planos compartidos con Harrison Ford, dada la notoria diferencia de estatura (1'81 frente a 1'51).
Doble casting
George Lucas hizo el casting a la vez que Brian De Palma el de 'Carrie' (1976). William Katt, que también hizo una audición para el papel de Luke Skywalker, acabó consiguiendo el papel del chico soñado por la protagonista de la adaptación de Stephen King.
El cameo de una directora
Una sonrisa risueña
Durante el rodaje en Londres, Carrie Fisher alquiló un piso que pertenecía a Eric Idle, quien junto a los otros componentes de Monty Phyton, rodaba entonces 'La vida de Brian'. En una fiesta organizada por Idle, a la que asistieron la actriz, Harrison Ford y los componentes de los Rolling Stones, entre otros, bebieron un potente licor que Idle llamaba "Limpiador de mesas tunecinas". Al día siguiente rodaban la escena de la llegada a la Ciudad de las nubes. Las secuelas del alcohol ingerido explica la expresión tan risueña de Carrie Fisher y Harrison Ford en esa escena.