Por mucho que nos guste 'Star Wars', debemos admitir (aunque en público lo digamos con la boca pequeña) que George Lucas no inventó la pólvora, y que su saga está trufada de inspiraciones (para los detractores, simples plagios encubiertos) sobre todo tipo de referencias literarias, cinematográficas, culturales, religiosas y folklóricas.
Pero nadie puede discutir que el estreno de 'La guerra de las galaxias' en 1977 supuso un hito a nivel mundial nunca visto hasta entonces y que, aunque comenzó hace mucho tiempo y sufrió no pocos vaivenes (ahí están sus discutibles precuelas) su legado perdura hasta la actualidad, hoy día con más vigencia que nunca.
El incontestable éxito de aquella película, refrendado por el salto de calidad de 'El Imperio contraataca', abrió los ojos a quienes, viendo la mina de oro inagotable que parecían ser las space operas, no dudaron en lanzarse a producir un sinfín de imitaciones y sucedaneos rápidos y baratos para intentar rascar algunas migajas de la moda galáctica del momento. El resultado fueron una serie de películas que van desde la Serie B entrañable hasta bochornosos plagios, algunos de los cuales no se llegaron a estrenar en nuestro país o, si lo hicieron, fueron a parar directamente a la más polvorienta estantería del videoclub de nuestro barrio. Os invitamos a repasar algunos de estos títulos; seguro que más de uno os suena, y nos podemos echar unas risas con ellos.
8 sucedáneos barateros de 'Star Wars'
'Buck Rogers en el siglo XXV'
1978: Universal contraataca el pelotazo de 'La guerra de las galaxias' (de Twentieth Century Fox) con dos lanzamientos espaciales consecutivos. Por un lado, estrena en la pequeña pantalla 'Galáctica', que en su momento fue el show televisivo más caro de la historia (y que Fox llevó a los tribunales por supuesto plagio) y que fue todo un éxito; un año después, apuesta por 'Buck Rogers', adaptación de las aventuras del personaje creado por Philip Francis Nowlan en 1928 y cuyo episodio piloto fue estrenado en salas comerciales. No le fue demasiado mal en taquilla, pero sus resultados artísticos fueron un auténtico desastre, y su héroe acartonado, sus FX de saldo, sus androides de juguete y su aire naïf desconcertaron a quienes esperaban algo más currado, habida cuenta de los logros de 'Galáctica'. El aplastante estreno de 'El Imperio contraataca' en 1980 propició la cancelación de la serie y que el Rogers cinematográfico fuese olvidado, con razón.
'Starcrash: Choque de galaxias'
Nos encontramos ante una de esas joyas de la caspa-ficción que todo adicto al cine fantástico cutre busca como un Santo Grial. Con una ínfima parte del tiempo, recursos y presupuesto de 'Star Wars', el transalpino Luigi Cozzi (firmando con el seudónimo de Lewis Coates, que mola más) dirigió este pastiche italoamericano repleto de (malos) trucajes de cámara, heroínas en biquini, señores disfrazados de robots y una impostada trascendencia en los diálogos, copia barata de la filosofía jedi. ¿Por qué nos produce tanta risa? No me digáis que ver a una exchica Bond metida en este berenjenal (Caroline Munro, 'La espía que me amó'), a un bisoño David Hasselhoff de émulo de Han Solo o al mismísimo Christopher Plummer (¡el coronel Von Trapp de 'Sonrisas y lágrimas'!) imitando a Obi-Wan Kenobi no tiene su morbo. Y, atentos, que esa música que tan inconfundiblemente imita al score original de John Williams, está orquestada nada menos que por el cinco veces ganador del Oscar John Barry. Descacharrante, sí, pero viendo que en países como España casi llegó al millón de espectadores, normal que hasta se sacaran de la manga una secuela. ¿Quién es el que se ríe ahora?
'Flash Gordon'
Vale, hoy la recordamos con cierto cariño porque tenía una envidiable pléyade de secundarios (Topol, Max Von Sydow, Ornella Muti, Timothy Dalton, Brian Blessed), alguna secuencia inspirada (el borrado de memoria de Zarkov, esa ruleta rusa en torno al árbol de iniciación) y no nos olvidaremos nunca de la BSO compuesta e interpretada por el grupo Queen, con ese machacón tema principal que seguro que ya está resonando en nuestras cabezas. Objetivamente, esta producción de Dino de Laurentiis, con escenarios fotocopiados directamente de 'Star Wars' (los pasillos del palacio de Ming parecen más bien de la Estrella de la Muerte) y personajes prácticamente idénticos (que alguien me diga que ese Klytus no es un sosías de Darth Vader), es, sin embargo, una entrañable horterada de cartón piedra con un guion más preocupado en intentar superar a la saga de Lucas que en ser fiel al cómic original de Alex Raymond y al que no le ayudan para nada el pétreo carisma de su pareja protagonista, los olvidados Melody Anderson y Sam J. Jones. Él, por cierto, reapareció en un impagable cameo en 'Ted', film que nos regalaba la definición definitiva de 'Flash Gordon' en nueve palabras: "Es tan mala... ¡y a la vez tan buena!"
'Los siete magníficos del espacio'
Otro que bailaba en aguas parecidas a De Laurentiis era Roger Corman: ¿que allá hay un éxito? ¡A ametrallarlo! Nos encontramos sin duda ante un caso paradigmático, digno de estudio: de entrada, el título en castellano es casi más acertado que el original ('Battle Beyond the Stars'), habida cuenta que la peliculita de marras mezcla descaradamente situaciones, personajes y tramas tanto de 'Star Wars' como de 'Los siete samuráis' (¿o quizá de su remake americano, 'Los siete magníficos'?); y, lo más gracioso, debe ser la única película del mundo en la que el director artístico, el guionista y el compositor tienen más importancia que el propio director en el póster promocional. Todo tiene una explicación: cuando llegó a la mayoría de videoclubs, el primero ya estaba dando la campanada con 'Terminator' (era James Cameron), el segundo ya era conocido por haber escrito y protagonizado 'Piraña' (John Sayles) y el tercero era un joven talentoso músico de nombre James Horner. ¿Y quién era el realizador? Pues un tal Jimmy T. Murakami, que debutaba oficialmente con este largo y del que prácticamente nunca más se supo. Decorados cutres, diseños de chiste (¿me lo parece a mí o el héroe pilota una nave con tetas?), un mix imposible de mercenarios (un vaquero, una valkiria, un lagarto humanoide, un lancero, un telépata albino...), villanos de pacotilla, efectos especiales de saldo y un gran misterio: ¿cómo es posible que gente como George Peppard o Robert Vaughn se prestaran a tamaña tontería?
'Space Riders'
A George Lucas le debió salir una úlcera, como poco, cuando el título de otro de sus grandes éxitos, 'Raiders of the Lost Ark' ('En busca del arca perdida'), servía de base para otro sucedáneo de 'Star Wars': 'Space Riders'. A saber: un niño de diez años es secuestrado accidentalmente por una nave en la que viaja un variopinto grupo de piratas espaciales, y vive con ellos un sinfín de aventuras. ¡Anda! ¿Se adelantó al Anakin del 'Episodio I'? Bueno, en realidad casi recuerda más al punto de partida del sesentero cómic 'Guardianes de la galaxia'... Roger Corman no tuvo reparos en reciclar naves, explosiones y el score de James Horner de 'Los siete magníficos del espacio' para rellenar esta olvidada y olvidable peliculilla, sólo vista (y sufrida) por espectadores estadounidenses y de la Alemania occidental.
'Turkish Star Wars'
Bueno, bueno, bueno... sí, hay que descubrirse ante el descaro sin complejos de Cüneyt Arkin, una estrella del cine turco de los años ochenta (en Occidente no le conocía ni Dios) que junto con el realizador Çetin Inanç perpetró este 'Dünyayi Kurtaran Adam', más conocido internacionalmente, gracias a los hados de internet, por el genérico título de 'Turkish Star Wars'. La película abre con una farragosa introducción sobre el destino de la humanidad en un futuro lejano, y para ilustrarlo no tiene ningún reparo en coger las escenas originales de 'Star Wars' y plantarlas en su película, tomándose la molestia, si acaso, de ponerle un filtro de color o reproducirlas marcha atrás, por ver si la cosa disimula... ¡ole, ole y ole, Arkin! ¡Que la saga galáctica eran creative commons, y nosotros sin enterarnos! La cosa no acaba ahí, claro. 'Turkish Star Wars' tiene secuencias propias, sí (aunque en algunas se usen como fondos, otra vez, material fílmico original de Lucas; atentos a esa batalla espacial), tales como esos combates en un planeta desértico (mira tú qué ingenioso) ambientadas con la banda sonora original de... ¡¡¡Indiana Jones!!! Huelga decir que la cinta es completamente insufrible, pero si queréis echaros unas pocas risas, no dejéis de buscarla en YouTube. Lo que digamos aquí, es poco.
'Starfighter: La aventura comienza'
El ecuador de la década de los ochenta comenzaba a ser terreno abonado para que space operas y videojuegos se cruzaran de manera inevitable. Quizá alguno recuerde el VHS de esta aventurilla juvenil con imberbe protagonista que logra vencer a la máquina recreativa 'Starfighter' y es por ello reclutado por un hombre del espacio para liderar una batalla en una galaxia muy, muy lejana... un punto de partida mitad 'Tron', mitad 'Juegos de guerra', que termina poniendo el punto de mira sí o sí en 'Star Wars', convirtiéndose en un pequeño batiburrillo de naves espaciales, aliens de látex y cierto look futurista a lo 'THX 1138', pero con ciertos hallazgos a descubrir, como ese vehículo espacial con volante de coche fantástico que se adelantó al DeLorean de 'Regreso al futuro'. Típica, sí, pero algo curiosa si creciste con este tipo de producciones a lo Amblin.
'Masters del Universo'
Durante buena parte de la década prodigiosa, Kenner ('Star Wars') y Mattel ('Masters del Universo') se disputaron los favores de los críos con sus figuras de acción y sus innumerables complementos. Hasta que a los inefables Menahem Golam y Yoram Globus (The Cannon Group) dijeron eureka: ¿cómo nadie había hecho antes una película con He-Man, Skeletor y toda esa amalgama de personajes fantásticos? Ok, pero una cosa es tener claro al bueno y al malo y otra muy distinta es tener un guion, y ahí es donde pincha 'Masters del Universo', la película: no tuvieron pudor en inspirarse (y algo más) en los mundos y personajes de Lucas, y aunque gran parte de la acción transcurre en La Tierra (planeta que, es verdad, no pertenece al universo lucasiano), eso no fue suficiente para levantar un film demasiado soso protagonizado por el inexpresivo cachas Dolph Lundgren, sin sable láser pero blandiendo espada de Grayskull al grito de: "¡Yo tengo el poder!". Dicen que cuando Stallone se enteró de este fichaje, no dudó en exclamar: "¿Pero le habéis dado diálogos?", refiriéndose a su rival en 'Rocky IV'. Pero eran otros tiempos, ahora comparten buen rollito y aventuras mercenarias. Por cierto, ¿os acordabais de que Frank Langella (bajo un horrendo maquillaje) y una adolescente Courteney Cox estaban también en el cast? Pues anotad también el nombre de Bill Conti (compositor de la mítica BSO de 'Rocky') como autor de una partitura que remezcla en una misma coctelera las fanfarrias de 'Star Wars' y 'Superman'. Se dice, se habla, se cuenta... que por los mentideros de Hollywood ya suena con cierta insistencia un posible (y temible) remake.