El actor británico Kenny Baker, conocido por haber encarnado al androide R2-D2 en la seis películas de la saga 'Star Wars', ha muerto a los 83 años de edad tras una larga enfermedad. Lo ha confirmado su familia mediante un comunicado. El intérprete también había trabajado en otros filmes como 'Los héroes del tiempo', 'Flash Gordon' o 'Amadeus'.
El diario británico The Guardian ha recogido el comunicado oficial del fallecimiento del actor. Abigail Shield, sobrina del difunto intérprete, comentó al medio: "Nos lo estábamos esperando, pero es igualmente triste de todas formas. Ha tenido una larga y repleta vida, ha dado grandes cantidades de felicidad a la gente y ha sido muy querido por todo el mundo, estamos muy orgullosos de él".
Nacido un 24 de agosto de 1934 en Birmigham, antes de saltar al mundo de la interpretación trabajo durante una breve temporada en el mundo del circo, convirtiéndose en patinador de hielo. Durante una comedia llamada 'The Minitones' junto con el actor Jack Purvis, fue cuando George Lucas se fijó en él y lo contrató para convertirse en el hombre que estuviese dentro del androide R2-D2 en 'Star Wars: Episodio IV - Una nueva esperanza' en 1977.
Más allá de 'Star Wars'
A partir de entonces, el actor no faltó a ninguna cita galáctica, estuvo presente interpretando al icónico robot en 'El imperio contraataca' y 'El retorno del Jedi'. Posteriormente, volvió a meterse en el traje del androide en la trilogía precuela que dirigió George Lucas entre 1999 y 2005. Sólo ha faltado a una, no pudo estar en 'El despertar de la fuerza', aunque fue ejerció de asesor para Jimmy Vee, el actor que le relevó en el papel. Pese a ser compañero de reparto de Anthony Daniels, que encarna a C-3PO, lo cierto es que su relación siempre fue muy conflictiva.
Además de haber participado en los seis capítulos de 'Star Wars' como R2-D2, fue también en 'El retorno del Jedi' el Ewok Paploo. Aparte, Baker también apareció en otras películas de reconocido prestigio como 'El hombre elefante', 'Amadeus', 'Dentro del laberinto', 'Los héroes del tiempo', 'Los Goonies', 'Flash Gordon' o 'Willow'.
'Star Wars': originales y precuelas
Trilogía Clásica: Forma parte de nuestra propia mitología
Somos ya varias generaciones las que hemos crecido al calor de la trilogía original, con sus personajes inolvidables (héroes y malvados), sus escenarios de ensueño, su aura fantástica y sus frases y citas memorables, muchas de las cuales forman parte, desde hace décadas de nuestro propio bagaje social y cultural. 'Star Wars' nos regaló un universo y una religión propia (la Fuerza) en la que creer, y muy pocas películas han calado tan hondo a tanta gente de tan diferente espectro de edad. Sí, ya nos sabemos las escenas, los momentos claves, los giros argumentales y hasta diálogos enteros, pero no podemos negarlo: nos gusta que nos cuenten cuentos, y si además de princesas, villanos, brujos y leyendas también tenemos naves espaciales, rayos láser, algo de humor gamberro y espíritu aventurero juvenil, la combinación no puede ser más apoteósica.
Trilogía Clásica: Tiene al mejor villano de la Historia
En sus 120 años de historia, el Séptimo Arte nos ha regalado multitud de inolvidables malos: bandidos, gangsters, traidores, matones, sicarios, vampiros, psicópatas, nazis... pero, además de provenir de otras fuentes ajenas al original fílmico (son personajes que vienen de la literatura o el teatro, principalmente), ninguno escrito originalmente para el cine nos infundió tanto temor nato y a la vez tanta admiración perversa que el malvado Lord Darth Vader. Su primera aparición en pantalla en las primeras escenas de 'La guerra de las galaxias' ya despertó en nosotros cierto terror y curiosidad: ¿era una máquina, como podía parecer con aquel casco con forma de robótica calavera negra? ¿O era humano, como esa metálica respiración podía sugerir? Luego descubrimos que su vileza le permitía asfixiar solo con el poder de su mente. Pero la gran revelación de 'El Imperio contraataca' fue todo un shock: ¿hay pesadilla más terrible para alguien que descubrir que el ser más temible del universo pudiera ser su propio padre?
Trilogía Clásica: Una BSO inolvidable
¿Quién no ha tarareado alguna vez la banda sonora de 'Star Wars'? Y no solo el tema principal de la primera entrega, sino multitud de melodías: la marcha imperial, el tema de la cantina... John Williams, que venía recomendado por el amigo Spielberg (acababa de ganar un Oscar por el score de 'Tiburón'), dio una nueva épica y dimensionalidad al (aparentemente descabellado) proyecto fantástico de Lucas y colocó, con este trabajo, a la música orquestal de cine de nuevo en primera plana. Williams ganó con este trabajo el tercero de sus cinco premios de la Academia, sus partituras de 'Star Wars' son interpretadas en grandes conciertos por orquestas de todo el mundo y su obra ha inspirado a varias generaciones de compositores que dedicaron su talento y su empeño en escribir y dirigir música sinfónica para la gran pantalla: James Horner, Michael Kamen, Hans Zimmer, Lucas Vidal...
Trilogía Clásica: La artesanía de los efectos especiales
A pesar del empeño que puso Lucas en introducir "mejoras" (más que discutibles) en las ediciones especiales, los inmejorables trucajes y efectos mecánicos de 'Star Wars' supusieron todo un salto de calidad en el cine de los años setenta y ochenta y que se mantuvieron con admirable vigor hasta la irrupción, ya en los noventa (con 'Terminator 2' y 'Jurassic Park') del CGI. Echad un vistazo a los cientos de documentales que existen sobre cómo se hicieron aquellos primeros efectos especiales es descubrir todo un ejercicio de audacia, artesanía y cierta inconsciencia, ya que en muchos aspectos la gente de Industrial Light & Magic ILM fueron auténticos pioneros que se lanzaron sin red hacia una aventura incierta. Hoy todo pasa por un software; aquello era puro trabajo de orfebrería técnica e imaginativa.
Trilogía Clásica: Adoramos a todos los personajes
Desde Luke Skywalker, encarnación del arquetípico héroe juvenil, hasta el traidor redimido Lando Calrissian, nos encantan todos los personajes (buenos y malos, protagonistas y secundarios) de la saga clásica. Leia, Chewie, R2-D2 y C-3PO, Vader, Palpatine, Yoda, Obi-Wan, Boba Fett, Jabba el Hutt... pero si hay que elegir a uno por encima de todos ellos es ese Han Solo descarado, insolente, contestatario y, sin embargo, tremendamente noble. Mucho tuvo que ver la aportación que hizo el propio Harrison Ford y es este actor el que, a fin de cuentas, más prolífica carrera ha tenido después de la saga galáctica. Si el cazarrecompensas más famoso de la galaxia hubiese sido un sosías, ¿qué hubiera sido de Indiana Jones? Harry fue el rey de los ochenta, el yerno, marido, tío, hermano mayor o simplemente colega que todos deseábamos tener, ya fuera interpretando a aventureros, policías, estrambóticos inventores o fugitivos en busca de justicia. Su regreso a la saga es, sin duda, uno de los grandes alicientes de 'El despertar de la Fuerza'.
Precuelas: El nacimiento del villano
Si la trilogía clásica es la odisea de Luke Skywalker, los episodios I, II y III son, inevitablemente, la historia de sus ancestros. ¿Qué le llevó a un noble caballero jedi, discípulo de Obi-Wan Kenobi, a traicionar a su propia hermandad y ayudar a instaurar el malvado Imperio Galáctico? Lucas siempre tuvo muy presente el morbo que nos producía conocer la respuesta a esa gran película, y lo cierto es que el clímax, aunque esperado y conocido, no defraudó en trágica resolución de 'La venganza de los Sith'.
Precuelas: Geniales para iniciar a los pequeños fans
Aunque a los veteranos nos cueste aceptarlo, si tenemos hijos o sobrinos de corta edad éstos conectarán con gran facilidad con personajes como el pequeño Anakin del 'Episodio I', el joven Obi-Wan, el maestro Qui-Gonn, el sabio Yoda o el malvado Darth Sidious, por no hablar de la inabarcable galería de fantásticas criaturas e imaginativos alienígenas que pueblas las tres películas. Aunque sea a niveles muy básicos, conectan con un público muy concreto y fiel que no tardará en emular en casa las aventuras de sus héroes de la pantalla. Al fin y al cabo, lo que todos hicimos en nuestra infancia.
Precuelas: Personajes que funcionan
Porque existe vida más allá de Jar Jar Binks, no se puede negar que hay algunos personajes cuya aportación es ciertamente interesante, y que determinarán el destino futuro de otros ya conocidos. Sobresale la evolución, a través de los tres episodios, del joven padawan Kenobi hasta convertirse en todo un maestro jedi. Igualmente llamativa es la fuerte personalidad de Mace Windu, el caballero que nunca confió en el impulsivo Anakin y cuyo trágico desenlace supone el inicio del viaje al Lado Oscuro del joven Skywalker. 'El ataque de los clones' nos descubre el origen de uno de los secundarios más memorables de toda la saga (Boba Fett). Y no nos olvidamos, por supuesto, de Padmé Amidala, que aunque su ocupación laboral es algo estrambótica (reina electa de Naboo y, tras dos legislaturas, representante de su planeta en el Senado de la República Galáctica), resulta ser, por cuestiones obvias, un personaje clave tanto en esta trilogía como para los acontecimientos posteriores.
Precuelas: El apogeo de los jedis
Una pega que tiene la trilogía clásica es que apenas podemos atisbar lo que fue la Orden de los Caballeros Jedi: sólo tenemos a un aprendiz viejoven (Luke), un par de ancianos (Yoda y Kenobi) y un villano cuasimecánico (Vader). El duelo a tres entre Kenobi, Qui-Gonn y Darth Maul del 'Episodio I', la batalla de Geonosis en 'El ataque de los clones' y el enfrentamiento final entre aprendiz y mentor al final de 'La venganza de los Sith' son estampas magníficas con los jedi en su máximo esplendor, y evocan una época gloriosa que en las posteriores aventuras de Luke son solo un vago recuerdo. Hasta Yoda demuestra ser un diestro e inquieto espadachín: no le juzguéis por su tamaño.
Precuelas: Casi todo atado y bien atado
¿Cómo iba a casar Lucas el final del 'Episodio III' en 2005 con el comienzo del 'Episodio IV', estrenado casi treinta años atrás? Esa era la gran pregunta al comienzo de la nueva trilogía, más cuando los dos primeros capítulos no hacen más que abrir tramas y dejar cabos sueltos. Pues bien, el cineasta logró casi con total solvencia superar su propio reto, y perfectamente podríamos ver de manera continua ambas películas y apenas notaríamos ningún salto. Solo nos queda una duda de manera perenne: ¿Por qué el pequeño R2, testigo de todos los avatares de la familia Skywalker, nunca dio pistas a Luke de todo lo que sabía?