Como cada año, la gala de los Premios Goya ha puesto al cine español en un escaparate ante todo el país. Y como cada año, resurge el debate alrededor de las subvenciones. Dentro de la industria se ven los 35 millones de euros repartidos por el ICAA como una limosna insuficiente, comparada con presupuestos barajados en países vecinos en los últimos años: 150 millones en Alemania, 400 en Italia, 666 en Francia o 583 millones de libras en Reino Unido. Pero en las redes sociales se repiten dudas y críticas a la idea misma de que el cine reciba dinero público.
Esas críticas vienen incluso desde dentro de la cultura, donde cabría esperar algo de comprensión y solidaridad: Arturo Pérez Reverte y artistas de la talla de Taburete o Vega han reproducido ese aplaudido mensaje de "si yo no tengo subvención por qué deberían recibirla esos vagos del cine". Pérez Reverte, además de ser un señor absolutamente rico cuyos libros han sido adaptados al cine en producciones que recibieron ayudas, ha mentido diciendo que la industria literaria no recibe subvenciones. Al grupo musical liderado por el hijo de Bárcenas se le olvidó que ha sido contratado por ayuntamientos. Y la exconcursante de 'OT' ha admitido que simplemente no sabe si existen las ayudas al sector musical, lo que no le ha impedido quejarse (sí, existen). El problema de base es que todos ellos, junto a una gran parte de la población española, desprecian el cine español y lo ven como un enemigo.
El nuevo Ministro de Cultura y Deporte José Manuel Rodríguez Uribes habló de ello en su primera entrevista a El País: "Hay que hacer un esfuerzo en todos los ámbitos (el ministerio, las televisiones, los medios...) por fomentar y poner en valor nuestro cine. ¿Cómo? Ya lo veremos, pero trabajaremos para que los ciudadanos lo valoren". Reconocer que hay un problema es el primer paso, y este camino será largo: solo un trabajo de educación y rediseño de la imagen del cine patrio que podría durar años y décadas llevará a los ciudadanos españoles a valorar y respetar nuestra producción cinematográfica. Será difícil porque hay una pátina ideológica y política que recubre todo el debate y lo convierte en una discusión estéril. En un país en el que un concejal puede llamar "enfermos" a los homosexuales y salir indemne no tiene sentido discutir nimiedades, como si la cultura tiene que recibir dinero público o no. Para empezar, porque nadie se pone de acuerdo en qué es cultura. Por no hablar de todos los que tildan de "panfletario" al cine español cuando hace mucho tiempo que no se hace cine político en nuestro país.
El debate político polarizado parece estar en nuestra propia naturaleza (así lo argumenta Amenábar en su última película), así que deberíamos evitar que el progreso del cine español, y la propia supervivencia de su industria, dependa de estas discusiones retóricas. Se agradecen discursos tan elocuentes como el de Bob Pop, que nos recuerda que la cultura también es educación y crea Marca España, pero las respuestas al video demuestran que Bob está predicando en el desierto. Quienes estén de acuerdo con él lo aplaudirán, y quienes no lo estén lo insultarán, pero nadie se moverá de su posición inicial. Eso sí que es Marca España.
Por qué sí hay que subvencionar la cultura, explicado punto a punto por @BobPopVeTV #LateMotiv pic.twitter.com/HLVM0umjjp
? Late Motiv en Movistar+ (@LateMotivCero) January 28, 2020
Hay debates necesarios, como qué películas deberían recibir subvenciones y cuáles no, pero lo que no está abierto a discusión es que las ayudas al cine son positivas, y apropiadas para incentivar una industria que genera riqueza. No se ponen en duda las subvenciones a los partidos políticos, a la agricultura o a una industria del automóvil a la que el Gobierno planea dedicar casi 2.700 millones de euros en los próximos cinco años. Tampoco es excluyente pedir más ayudas al cine y admitir que otras industrias en auge, como la del videojuego, también deberían beneficiarse de ellas.
Si hay un lugar en el que nadie cuestiona la necesidad y el valor del apoyo público al cine, ese es Hollywood. La industria cinematográfica líder del mundo, que muchos detractores españoles de las subvenciones citan como un ejemplo a seguir, se beneficia de cuantiosas ayudas en formas de créditos fiscales, una rebaja de impuestos que se concede a producciones cinematográficas y televisivas. De hecho hay una guerra abierta entre los distintos Estados por ver quién atrae más rodajes con sus incentivos fiscales, y California va a la cabeza dedicando 330 millones de dólares al año.
Aquí va una lista de producciones que han recibido estos créditos fiscales:
- 'Bumblebee': 23,4 millones
- 'Space Jam 2': 21,8 millones
- 'Sherlock Holmes 3': 20,8 millones
- 'Capitana Marvel': 20,7 millones
- 'Érase una vez en... Hollywood': 18 millones
- 'Aves de Presa (y la fantabulosa emancipación de Harley Quinn)': 12,6 millones
- 'A ciegas': 2,5 millones
- 'Westworld': 12 millones en su primera temporada y 17,7 en la segunda
- 'Lucifer': 16,8 millones en su tercera temporada
- 'Star Trek: Picard': 15,6 millones
- 'Veep': 6,5 millones en su quinta temporada
Echando un vistazo a los títulos, está claro que Estados Unidos no reparte los incentivos fiscales atendiendo a cuestiones culturales: esto es un negocio que devuelve dinero a las arcas creando miles de empleos y generando nuevos gastos estimados en casi 6.000 millones de 2015 a 2018. "Todo el mundo sabe que los incentivos son una parte crítica de nuestra industria en la actualidad, sin el programa de créditos fiscales de California es una certeza que no podríamos haber rodado esta película aquí", contaba Gary Oldman sobre su segunda película como director, 'Flying Horse', que recibió 5,04 millones de las arcas californianas.
En otros Estados también se están ofreciendo estos incentivos, como en Nueva Jersey, donde 'Joker' y 'West Side Story' han recibido 2 y 7 millones respectivamente. Georgia, donde se ha llegado a debatir si se están dedicando demasiados fondos públicos al audiovisual, ofreció incentivos de 73 millones de dólares a 'Baby Driver', 'Guardianes de la Galaxia Vol. 2', 'Fast & Furious 8' y 'Spider-Man: Homecoming' combinadas. Por comparar, en España una película no puede recibir más de un millón de euros de subvención, siempre y cuando no supere el 40% del presupuesto. Las cifras que se manejan en otros países convierten a nuestra industria en cine de guerrilla.
Muchos países son cada vez más conscientes de los beneficios económicos que genera promover la producción audiovisual. En Reino Unido la industria del cine y la televisión generó en 2016 7.900 millones de libras en empleos, inversión e impuestos, ayudada por los 632 millones de libras invertidos por parte de los organismos públicos. Y hay vías colaterales de lucro para el país: los que visitan el Reino Unido se gastan casi 600 millones de libras en turismo relacionado con películas como 'Harry Potter', 'Paddington' y 'Kingsman'.
En España lo hemos vivido con las localizaciones donde se han rodado las últimas temporadas de 'Juego de Tronos', hasta el punto de que los habitantes de Gaztelugatxe empezaron a reunir firmas para frenar el turismo masivo que está recibiendo la ficticia Rocadragón. Incluso Chernóbil ha visto crecer las visitas de los espectadores del fenómeno de HBO, quizá atraídos por las posibilidades de desarrollar nuevas extremidades gracias a la radiación. El Ministro de Cultura también admite en El País que España tiene trabajo por delante para atraer más producciones internacionales. La proliferación de rodajes como 'The Witcher' o 'Terminator: Destino Oscuro', que también generan empleo local, ha demostrado que nuestro país es un jugoso plató audiovisual con paisajes muy diversos bañados por la luz natural, pero las productoras solo vendrán si el Gobierno y las Comunidades ofrecen ayudas atractivas y competitivas.
Todo esto requiere un esfuerzo coordinado entre Cultura y Hacienda que garantice más inversión en el cine, mientras se manda a la sociedad española un mensaje claro: la industria del cine español no es el enemigo. Es un sector capaz de generar riqueza y empleo, aportar valor a la imagen del país y representar las diversas realidades que forman España. Ayudar al cine es ayudar a nuestro país. Incluidos Pérez Reverte, Taburete y Vega.