Adivinar el giro sorpresa de 'Sugar' era un trabajo para los detectives más avispados. Y aun así, es difícil que -si no nos lo han contado antes- no nos deje con la mandíbula en el suelo. No será porque los guionistas no han dejado pistas a lo largo de la temporada, pero lo que ocurre al final del episodio 6 muchos no lo han visto y no lo verán venir, porque es uno de los WTF televisivos más grandes que se recuerdan en mucho tiempo.
Aunque ya hemos avisado arriba, insistimos, a partir de aquí incluimos spoilers muy importantes de 'Sugar', así que si la estás viendo o planeas hacerlo, ni se te ocurra seguir leyendo.
Estrenada el pasado 5 de abril en Apple TV+, 'Sugar' es un homenaje al cine negro y las historias de detectives privados con Colin Farrell en la piel de John Sugar, un investigador a cargo de resolver el misterio de la desaparición de la nieta de un legendario productor de Hollywood. Sugar es un arquetipo clásico del noir y el policíaco, con la particularidad de que él mismo es un gran cinéfilo, lo que da pie a que la serie haga insertos de películas clásicas en sus escenas.
Pero ese no es el elemento más original de 'Sugar', al menos hasta el sexto capítulo, titulado 'Vete a casa'. Cuando la serie se estrenó y se publicaron las primeras críticas, la prensa especializada avisó de que en la recta final de la temporada se producía un giro argumental de 180 grados que le daba la vuelta por completo a la serie, de la forma más arriesgada y sorprendente. Y ese giro por fin ha llegado.
A medida que avanza la serie, queda cada vez más claro que John Sugar esconde un secreto relacionado con su propio físico o naturaleza. Los más observadores se dieron cuenta y empezaron a teorizar: ¿Es Sugar un robot? ¿Quizá un superhéroe? En el capítulo 6, tras una pelea en la que Sugar hace rebotar una bala, se confirma que está ocurriendo algo sobrehumano, lo que da paso a la gran revelación: en la última escena, un Sugar herido se inyecta una sustancia en el cuello delante del espejo y se transforma, desvelando su verdadera identidad como un alienígena de piel azul que parece salido del mismísimo Universo Cinematográfico Marvel.
De esta manera, la serie que empieza y se desarrolla como un drama policíaco ambientado en Los Ángeles sin (aparentes) signos fantásticos, se convierte de repente en ciencia ficción pura y dura. Una decisión desde luego impactante y a su vez una jugada muy arriesgada, ya que según cómo se lo tome cada espectador, puede ser una genialidad o la mayor tomadura de pelo.
Iba a pasar antes
Después del estreno del episodio en Apple TV+ el pasado 3 de mayo, Colin Farrell ha concedido una entrevista a Variety en la que desvela que, en una versión temprana del guion, el giro estaba en el primer episodio.
"Pero entonces nos dimos cuenta de que, en lugar de apoyarnos en ese recurso o usarlo como gancho para la audiencia desde el principio, toda la atención hacia la serie debía ganarse primero por el drama humano que se está desarrollando", explica el actor. "Y solo entonces es cuando ese otro aspecto, el giro de ciencia ficción, encaja".
Por otro lado, Farrell, que también ejerce como productor ejecutivo, opina que el giro "aporta bastante intriga a la historia" y el personaje de Sugar, "un hombre amable y sin cinismo", propicia "una forma muy original de habitar el género del noir". Según Variety, el actor no consideró el secreto sci-fi como un elemento disuasorio a la hora de afrontar el proyecto, ya que lo que más le interesaba era "celebrar Los Ángeles".
Mark Protosevich, creador y guionista de la serie, revela que desarrollando la historia, hubo dos posturas contrarias, una a favor y otra en contra de desvelar la identidad del protagonista al principio. "Puedes hacerlo en el primer o el segundo episodio y durante el resto de la serie, la audiencia está dentro de la perspectiva con él y saben lo que están viendo", apunta. "Pero entonces empezamos a plantear retrasarlo para que el misterio de quién es Sugar se convirtiera en una parte fundamental de la serie, tanto como la investigación".
