Ya se ha terminado la segunda temporada de 'Supergirl', la primera desde su paso a la cadena The CW. Nosotros en España la hemos podido seguir al día a través de HBO. Ese susurro que podéis oír es el suspiro de alivio de los fans. Acabamos con una serie mejor que la que teníamos al empezar. Y eso que al empezar la temporada todo eran temores: el abandono de Calista Flockhart, el recorte de presupuesto, las imposibles tramas de Jimmy Olsen (Mehcad Brooks) y algún que otro personaje insoportable (Snapper Carr) nos hizo temer por la serie. 'The Flash' y 'Arrow' ya son, en su mejor momento, irregulares. Y algo de eso se le ha pegado a nuestra chica de acero esta temporada, sobre todo hacia la mitad, pero la recta final, especialmente los dos últimos capítulos han conseguido entregarnos todo lo que queríamos y un poquito más. Que igual podrían haber dosificado un poco y no reservarlo todo para el final, pero es un truco habitual en series de tantos capítulos. Los dos últimos tienen unos títulos escogidos con toda la intención: 'Resist' y 'Nevertheless She Persisted' son dos frases usadas por la oposición contra Donald Trump en EE.UU., y una vez más vemos cómo una ficción "ligera" de superhéroes aprovecha para hacer un alegato en contra de todo tipo de fascismo, condicionados por su presidente actual. Lo vimos en 'Agentes de SHIELD' y aquí también, y no son las únicas series que lo hacen.
La temporada más política
Pero no debería sorprendernos, 'Supergirl' es una serie de superhéroes destinada a un público adolescente, pero siempre ha tenido mensaje político, eso es inevitable cuando haces una serie con una chica como protagonista que combate y supera a amigos y a enemigos hombres por igual. Por encima de todas la consideraciones, aunque sea una obviedad, Kara es una chica. Y una chica ocupando espacios tradicionalmente reservados para hombres es política. Las historias de superhéroes siempre se han basado en enfrentar el bien y el mal, aunque sea con trazo grueso. En el caso de 'Supergirl' hay que sumarle que ella y su primo son refugiados aliens de un mundo destruido, lo que lleva a metáforas sobre inmigración que han sido clarísimas esta temporada. De hecho, la presidenta (demócrata, que eso lo dejan bien claro, y alien enmascarada) que interpreta la legendaria Lynda Carter puede verse como un absoluto opuesto a Trump. La Wonder Woman de los 70 tiene orígenes hispanos, y ha declarado que eso la acerca mucho a los temas de inmigración. La serie también ha enseñado sus cartas con la salida del armario de Alex Danvers y su relación con Maggie Sawyer, una de los primeros personajes gays del canon de Superman.
Pero si hay algo que posiciona a la serie políticamente y como feminista es el personaje de Calista Flockhart. Los diálogos de Cat Grant, fuente inagotable de memes, sólo han aparecido en tres episodios de esta temporada, pero no por eso nos han sabido a poco, es que son geniales. Como el personaje, que ha sido justamente añorado todo el tiempo que ha faltado, pero que ha cumplido con creces en su pequeña vuelta. Aún no tenemos noticias de cómo quedan las cosas con este personaje, pero esperamos que al menos mantenga sus colaboraciones esporádicas.
El reparto se ha ampliado, teniendo ya Kara una pequeña familia de personajes a su lado: a Winn, James y J'onn se han unido esta temporada M'gann, Maggie, Mon-el, Lena Luthor, Snapper Carr y otros.
Personajes antiguos y nuevos han funcionado de manera desigual. Hay un consenso general entre los espectadores de la serie en que las tramas de Jimmy Olsen como vigilante enmascarado son tediosas y repetitivas, y nosotros no lo vamos a desmentir. Igual que el papel de Snapper Carr se ha revelado como un pequeño fiasco como sustituto de Cat Grant, sólo ha servido para dirigirle un más que necesario discurso a Kara y para molestar. Los que han funcionado, han funcionado muy bien, en concreto Mon-El (Chris Wood), que se ha convertido en motor de la serie. Los guionistas han sabido mostrar un arco de relación preciosa, y la pareja de actores ha ido creciendo en química y carisma hasta llegar a un explosivo final. Los fans de los cómics ya sabíamos que el sitio de Mon-El no iba a estar cerca de Kara siempre, igual que los guionistas saben que una heroína nunca puede tenerlo todo, así hemos llegado al tremendo final, por ahora, de la pareja.
Ha funcionado muy bien, también, Teri Hatcher, como Rhea, la madre de Mon-El y última villana de lo que empieza a ser una tradición en la serie de poner a figuras maternas a luchar contra Supergirl. Uno de los grandes placeres de la serie ha sido ver interactuar a tres actrices con tanto carisma y experiencia como Teri, Calista y Lynda.
Y Superman, claro. La adición de Tyler Hoechlin, indispensable para entender los orígenes y estatus de Supergirl, pero que venía con trampa, igual que Mon-El. El peligro de que los personajes masculinos superaran en carisma e importancia a la protagonista estaba ahí, y con Mon-El casi pasa, pero los guionistas se han demostrado hábiles también en esto.
Los guionistas y Melissa Benoist, claro, que se confirma por segundo año como la elección ideal para este personaje. No solo es una actriz solvente y físicamente perfecta para interpretarla, es que tiene carisma a raudales, química con sus compañeros, sean hermanas o novios y encima, canta y baila, cosa que los productores no quisieron desaprovechar, de ahí el crossover musical con 'The Flash'. Sin desmerecer a Chyler Leigh y a Chris Wood, jóvenes, guapos y talentosos, capaces de conectar con el público y servir las escenas de transiciones y emociones necesarias para llegar a las escenas de acción.
Salvado el conflicto con Rhea, la próxima temporada se empieza a dibujar con un flashback que nos lleva a la noche que Krypton murió, y a un tercer misterioso superviviente, nos deja a una Supergirl más madura, que a base de ser capaz de sacrificarse ha conseguido superar a su famoso primo. Y a Mon-El entrando en una extraña puerta en el espacio que no sabemos adónde le llevará.
Nos encontramos pues, como decíamos, con una serie mejor, con un reparto expandido, capaz de generar tramas que funcionan y con unas pocas piedras en el zapato, esperemos que no caiga en los vicios en las que caen sus series hermanas 'The Flash' y 'Arrow', que cada temporada inciden más en la repetición y en el aburrimiento aderezados con pequeños momentos brillantes. Esperemos que Supergirl siga creciendo, haciendo su viaje del héroe a lo Joseph Campbell, como dice Cat, y que nos siga haciendo felices un año más. Porque pese a las adversidades, ella sobrevivió, y nosotros queremos verlo.
Los pros y los contras de la segunda temporada de 'Supergirl'
La desaparición de Cat Grant
FLOP
De ésta cuesta recuperarse, es la consecuencia más importante del cambio de canal. Calista Flockhart lleva décadas encadenando protagonistas para canales importantes uno tras otro, y The CW no deja de ser una cadena pequeña. Tuvo el detalle de aparecer en el primer episodio de esta temporada, para darle una salida lógica al personaje y dejar abierta la posibilidad de reapariciones puntuales. Y es que ahora no hay nadie como Cat Grant en la serie, nadie capaz de lanzar discursos feministas perfectamente estructurados, mezclados con frivolidades malvadas, referencias meta y pullitas a su marido en la vida real, Harrison Ford. Y no, el nuevo jefe de Kara, ese Perry White de serie B llamado Snapper Carr, no cuenta como sustituto.
Los efectos especiales
Flop-Fiuuuuuu-Flop
Hemos perdido presupuesto, hemos perdido efectos especiales, ya no vemos tanto a Kara volar ni realizar grandes hazañas con sus poderes, todo ese aparato visual se ha perdido un poco en esta temporada, donde hemos visto más veces a Kara con los brazos en jarras que en el aire. Pero hay una parte positiva de todo esto, parece que el departamento de maquillaje y peluquería ha tenido un ratito para pensar y desastres estéticos como lo de Red Tornado, Índigo o el infame mechón blanco de la tía Astra no han vuelto a ocurrir. A pesar de ese pequeño consuelo hemos perdido a J'oon J'oonz y otros volando y rescatando aviones.
Mon-El y Maggie Sawyer
Fiuuuuuuuuuu.
A falta de rayos láser, buenos personajes y buenas tramas. Lo de Mon-El está siendo una locura, el actor Chris Wood ya contaba con una buena base de fans desde que apreció en 'Teen Wolf', pero desde que es el interés romántico de Kara y un vacilante héroe exiliado, la cosa se ha desatado. Tal es el éxito que algunos apuntan a un excesivo protagonismo que hace sombra a la propia protagonista, pero su relación está haciendo crecer a nuestra Kara a paso de gigante, y no se puede ser más mono que cuando están juntos, hay química a raudales.
Y en cuanto a Maggie Sawyer, todo son enhorabuenas: su personaje proviene de los cómics, donde fue el primer personaje gay del universo de Superman, allá por los años ochenta. Pues no solo la han incorporado a la serie de manera elegante y funcional, si no que se ha creado una trama amorosa con la hermanastra de Kara, Alex Danvers, llena de emoción, descubrimiento y diversidad. La reacción no ha podido ser mejor. También hemos conocido este año a personajes como Miss Martian y Lena Luthor, aunque aún es pronto, parecen dos auténticos "Fiuuuuuuu".
The Guardian. Jimmy Olsen y Winn Schott.
FLOP FLOP FLOP Y REFLOP.
Aquí parece haber consenso, al menos entre los espectadores: el final del romance que ocupó a Jimmy y a Kara en la primera temporada dejó a todo el mundo un poco más tranquilo, pero la reconversión de Jimmy en The Guardian con la ayuda de Winn tiene tan poco sentido como pocos minutos le dedica la serie en total. El hecho de que hayan convertido a Jimmy Olsen en una especie de mentor y a The Guardian en una especie de Batman de National City solo contribuye a la confusión. En cuanto a Winn, sólo ha brillado en las pocas tramas (una) en las que no es el "ayudante voluntarioso de alguien más hábil".
Los villanos
Flop.
Hay una pequeña indecisión en esta serie a la hora de elegir villanos, lo de su tía Astra y su marido fue un poco incomprensible (por cierto, para ser "la última hija de Krypton", ¿no hay como muchos familiares rondando por ahí?) y lo de este año con la madre de Lex Luthor ha durado poco. Parece que la reina Daxamita interpretada por Teri Hatcher se va a desvelar como la gran antagonista de la temporada y eso nos gusta. Además, lo divertido de los archienemigos es que aparezcan y desaparezcan, habrá que darles tiempo. Mención aparte merecen la peleas, a 'Supergirl' le pasa lo mismo que a 'Legends of Tomorrow', les falta coherencia, a veces Kara es capaz de mover una nave espacial del tamaño de una ciudad pequeñita y a veces necesita 26 puñetazos para cargarse a un malo. Por no hablar de cuando "se le olvida" que tiene poderes.
Los cameos
Fiuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu
En este tema podemos vislumbrar lo bien que se lo pasa el productor Greg Berlanti en los despachos. Todos los cameos, estrellas invitadas y apariciones estelares tienen doble y triple sentido. Para disfrute de los fans. Tenemos a la Supergirl original del 82 ejerciendo de madre adoptiva de Kara; al Superman de la televisión, Dean Cain, como el padre; a Lynda Carter, la Wonder Woman original, siendo la presidenta de los Estados Unidos, nada menos; a la Lois Lane de los 90, Teri Hatcher, de villanísima madre de Mon-El, y lo que nos queda por ver. Además de múltiples referencias a la cultura pop, como las que la misma Chyler Leigh hace a 'Anatomía de Grey', su antigua serie; o las que se lanzan unos a otros en los crossovers con las otras series del "Arrowverse". Además, este año hemos tenido la visita del primo de Kara, Superman (Tyler Hoechlin), del que el año pasado solo vimos las botas, y nos ha alegrado mucho.
Kara Danvers
FIUUUUUUUUUUUUU
Melissa Benoist sigue siendo el atractivo principal de la serie; por mucha hermana saliendo del armario, primo con mallas o novio mega-guapo que salga, es a ella a quien quieres ver. Es una de esas raras combinaciones de actriz solvente, carisma a raudales y personaje potente.
Aún no nos hemos cansado de sus cuitas y de sus luchas para ser la heroína que necesitamos. Y con toda la épica que se le supone a una miembro de la casa de El, es muy bonito ver cómo Kara sigue siendo un poco torpe, un poco tímida, un poco empollona y un poco como nosotros. Además, Melissa canta y baila que da gusto, y Berlanti no ha querido dejar pasar la oportunidad de ponerla a hacer musicales con su excompañero de 'Glee' Grant Gustin, en un crossover con 'The Flash' que tenía poco sentido pero que era una gozada de ver y escuchar.
Los aliens
Flopifliflop.
Hay que reconocer las buenas intenciones de los guionistas de 'Supergirl'; llenando nuestro planeta de aliens, establecen un paralelismo evidente con los temas de la inmigración y de los refugiados, no hay que olvidar que Superman es el "refugiado de guerra" más importante de la historia de los cómics, y su prima igual. El problema es que empieza a ser demasiado, hay miles de aliens viviendo entre nosotros, y al más puro estilo 'Buffy, cazavampiros', la mayoría es básicamente señores con entrecejo protésico. Empieza a ser repetitivo que para cada problema haya una raza de aliens cuyos poderes se ajustan convenientemente a la trama, y está quitándole el efecto de singularidad que tenían los Kryptonianos, ya no son la excepción, empiezan a ser la regla, y eso a la larga puede hacer daño a la serie, cayendo en los esquemas repetitivos que lastran tanto a 'Arrow' y comienzan a pesar también en 'The Flash'.
Conclusión
'Supergirl' vuela alto. Pero no tenéis por qué creernos a nosotros, todos estos "fiuuus" y "flops" los podéis comprobar vosotros mismos en HBO España, donde tenéis las dos temporadas de una serie que no conviene subestimar. El efecto que causa entre los espectadores más jóvenes es considerable y los mensajes que manda son todos necesarios. Y es que Supergirl es la heroína que necesitamos, la chica de acero tiene un futuro prometedor entre manos.