El ser humano necesita muy poco para sobrevivir en este mundo cruel. Dos de las cosas esenciales para lograr llevar una vida digna es una casa donde cobijarse y comida con la que mantenerse. Juan Miguel del Castillo director y guionista de 'Techo y comida' nos presenta la triste realidad que viven muchas familias en España durante la dura crisis. Este drama social está narrado de una forma intimista y profunda, con unas interpretaciones que sobresalen por encima de un guion a medio gas.
Natalia de Molina interpreta a Rocío, madre soltera que roza la veintena y con más de tres años en el paro. Su lucha es a diario con todo lo que le rodea, su casero, su jefe del Compro Oro, la educación de su hijo Adrián y con ella misma. Esta actriz nos regala una interpretación de las de antes, donde la garra y el tesón hacen mella en cada escena. La carrera de esta joven de 24 años es para tenerla en cuenta con un Goya a Mejor Actriz Revelación por 'Vivir es fácil con los ojos cerrados' ni más ni menos.
La trama se sitúa en pleno 2012, con la crisis económica golpeando duramente a nuestro país, más concretamente a Andalucía (Jerez de la Frontera, Cádiz), donde el paro juvenil registra unas cifras catastróficas. Es entonces cuando se nos presenta la triste vida de Rocío y su hijo Adrián viviendo el día a día como pueden y sobreviviendo con lo mínimo. Representa de una manera bastante correcta la situación de nuestros protagonistas con pequeños personajes cercanos como la vecina compasiva, la cuponista medio loca, el casero vengativo o el jefe incomprensivo. Personajes caricaturizados pero bien construidos, algo fundamental para la credibilidad de la obra.
Su guion aunque correcto no llega al nivel de otros aspectos de la película. Previsible por momentos y repetitiva respecto a otros dramas sociales, busca emocionar al espectador con las vivencias de los protagonistas y las penurias a las que se enfrentan de una manera valiente. Tener que realizar trabajos mal vistos como repartir propaganda de un Compro Oro, recurrir a la desesperada a ser limpiadora de lo que salga o incluso recurrir a la venta en el top manta son solo algunas de las cosas que deberá realizar nuestra protagonista para cuidar de su pequeño.
Con un reparto colmado de caras desconocidas (Mariana Cordero, Manuel Tallafé o Mercedes Hoyos) podemos apreciar de una forma más cercana los hechos que suceden en la trama principal. La tensión la podemos palpar con cada inconveniente que sufre la protagonista: trabajos que no salen, deudas en el camino, falta de comida o nula capacidad económica para pagar una vivienda. Hoy en día consideramos problema cualquier zancadilla que nos pone la vida, pero no hemos de olvidar lo que significa mantener a un niño si no se tiene ningún tipo de apoyo.
Una obra de carácter intimista y melancólico que contrasta con el espíritu de vida que tienen los niños. Adrián comienza a darse cuenta poco a poco de la dura situación que viven y se limita a observar las injusticias que vislumbra a su alrededor mientras vaga por la vida sin padre y una niñez digna. Sólo evadirse de la realidad con sus partidas a la PlayStation y sus partidos de fútbol le harán parcialmente feliz, con los insultos del resto de niños como telón de fondo.
Basada a nivel jurídico en un caso que sucedió en Torrejón de Ardoz en 2011, Juan Miguel del Castillo no tuvo reparos en ponerse manos a la obra y lanzar una campaña para financiarse a través del crowfunding. El realizador declaró en su día que se basó en las vivencias de una vecina con dos niños que mantener y sin ningún tipo de ayuda.
Natalia de Molina representa a las mujeres coraje de este país cuyo motivo de existencia consiste en sobrevivir y cuidar a sus vástagos, en un mundo donde es más fácil señalar que tender una mano. Las escenas en la que pierde los estribos (la del supermercado, brutal) son desgarradoras y transmiten la ansiedad vivida hacia los espectadores. El telón de fondo es la Eurocopa de 2012 en la que España barrió al resto de sus rivales. La razón de esta inclusión es cómo eventos deportivos o sociales permiten distraerse a la población mientras el hambre o las desigualdades acechan en cada esquina.
La nula noción educativa y laboral dificultan la vida a la protagonista tal y como ocurre en muchas zonas de Andalucía. 'Techo y comida' relata de forma realista y cruenta las vivencias de muchos núcleos familiares de nuestro país. Cómo la capacidad de supervivencia de una madre es capaz de alcanzar cuota infinitas. Un correcto drama social secundado por una interpretación magnífica.